Los Pueblos más Bonitos de España presumen de recetario de invierno

Migas extremeñas
Un plato de migas extremeñas.
REMITIDA
Migas extremeñas

Además de pueblos bonitos, encima en ellos se come bien... muy bien. Hablamos de los municipios más bellos de nuestro país, los que se integran en la asociación Los Pueblos más Bonitos de España. Ahora, además, presumen de recetario de invierno

“Uno de los grandes atractivos turísticos son sus platos típicos. Debido a que no podemos hacer turismo con normalidad, por la situación sanitaria que atravesamos, desde la asociación proponemos acercar nuestros pueblos a las casas de todas las personas, a través de su gastronomía”, explica Francisco Mestre, presidente y fundador de Los Pueblos más Bonitos de España.

Los platos típicos de invierno, cada uno con su personalidad única, son la especialidad de muchos pueblos, algunos ubicados en serranía o zonas frías durante esta época del año. Aunque cada uno de los pueblos, por pequeño que sea, ofrece un propio tesoro gastronómico, estas son algunas de las ideas gastronómicas extraídas de estos pequeños municipios:

Sopas de ajo tostao, de Bubión (Granada)

Las sopas de ajo son un plato saciante, caliente y lleno de vitaminas, perfecto para “calentar el estómago”. En Bubión, un pueblo blanco situado en plena Alpujarra, muy próximo a Pampaneira y Campaneira (otros dos municipios de la asociación), estas tradicionales sopas las hacen de una forma muy particular. Además de ajo (tostado, naturalmente), llevan cebolla, almendras, tomate y jamón. Toda una delicia invernal que puede acompañarse con vino de las bodegas de la Contraviesa y ser secundado por la variada repostería de la zona: borrachillos, papaviejos, soplillos, pan de higo o buñuelos.

'Butifarra con fèsols', de Beget (Girona)

La 'botifarra amb seques' es una popular receta desde la segunda mitad del siglo XIX.
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Catalunya.com

La gastronomía de Beget es única y llena de matices. Su cocina es tradicional de montaña, con productos autóctonos, donde no faltan los quesos y la carne de ternera y cordero. Encontraremos muchas recetas con la butifarra como protagonista o la longaniza, acompañados de pan de payés con tomate o con queso de oveja. Un ejemplo sencillo de hacer es la butifarra con judías blancas, uno de los platos más típicos de la zona. Se elabora con judías salteadas con ajo y perejil, vertiendo una tacita de cava para suavizar el sabor de las judías, llamadas fèsols en la zona.

Patatas volteás, de Candelario (Salamanca)

Son un plato típico de toda la zona salmantina que acoge al bello pueblo de Candelario. Sin embargo, aunque no podemos pasar por alto estas tradicionales patatas con torreznos, cebolla y pimentón ahumado, también son típicas las empanadas de setas de la zona o sus muchos embutidos de cerdo, cuyo sabor inconfundible se obtiene, según los locales, al secarse con el frío serrano de Candelario. En esa zona, pueblos de la Asociación cercanos comparten esta rica y tradicional gastronomía, como Miranda del Castañar, Mogarraz, La Alberca, también salmantinos, o Bonilla de la Sierra (Ávila).

Cocido lebaniego, de Potes y Mogrovejo (Cantabria)

El cocido lebaniego de Potes o Mogroviejo es uno de los platos más contundentes y deliciosos que podemos degustar durante el invierno. Este plato incluye una sopa consistente, garbanzos con productos de la matanza del cerdo, como chorizo y tocino, seguido por cecina, relleno y berza. Al elaborar este plato, no hay que olvidar acompañarlo de orujo, un licor de elaboración tradicional en Potes. De fabricación artesanal, se hace por medio de alquitaras, que destilan el caldo de las viñas de la comarca.

Gofio, de Betancuria (Fuerteventura)

Los pueblos canarios de la red (Betancuria, Tejeda, Teguise, Agulo y Garrachico) hacen gala de una gastronomía que nos puede parecer exótica. Quizá uno de los platos más tradicionales en este época (aunque se come todo el año) es la harina de gofio, servida con caldo, leche, agua, vino o miel. Este alimento de harina de cereales tostados, que los locales llaman millo, se hacía con trigo o cebada hasta que los colonizadores trajeron de América el maíz, uno de los sustentos de la gastronomía en las islas. Se elabora simplemente poniendo a hervir un caldo de pescado y vertiendo la harina de gofio mientras removemos para evitar que se formen grumos. Se suele comer como aperitivo o acompañamiento.

Migas con vino de pitarra, de Robledillo de Gata (Extremadura)

Migas extremeñas
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DIRECCIÓN GENERAL TURISMO DE EXTREMADURA

Rodeado de olivos, castaños y alcornoques, en Robledillo de Gata el aceite de oliva virgen extra, de manzanilla cacereña, se degusta todo el año. En invierno se comen especialmente las migas extremeñas, que no necesitan más que pan viejo, ajo, pimiento rojo, y seis cucharaditas del aceite de oliva, mejor si es de la zona. En el caso de Robledillo, es tradicional acompañarlo con vino de pitarra y aguardientes.

Revuelto de rebollones, de Puertomingalvo (Teruel)

El clima húmedo de Puertomingalvo hace posible el nacimiento de setas de muy diferentes variedades, no solo en otoño, sino también en otras épocas del año. Por ello, uno de sus platos típicos es el revuelto de rebollones, colmenillas o setas de chopo. También destacan sus trufas y sus tradicionales judías con morro, muy consumidas por los patudos (así se llama a los 135 habitantes que viven en este hermoso enclave) durante las épocas hibernales.

'Olla y pastissets' de boniato, de Vilafamés (Castellón)

El histórico pueblo de Vilafamés puede presumir de una gastronomía variada y exquisita, como su plato, llamado simplemente “olla”, que no sigue una única receta y que tiene como condición ofrecer al comensal productos de la zona, como verduras o morcillas, variando por temporada. También son típicos el lagarto de cerdo a la brasa con alioli, el tombet (pollo, conejo, cordero…) o la tradicional paella. De postre, es fácil elaborar sus pastissos (o pastissets) de boniato, que llevan limón, huevo, aguardiente de anís, mantequilla, así como boniato y canela para el relleno.

Buchos o el pote de berzas, de Cudillero (Asturias)

Esta villa marinera de casitas de colores ofrece muchos platos típicos basados (naturalmente) en pescado y productos del mar, como las fabes con almejas o el curadillo, un pescado que se seca al viento marino. Tampoco faltan los buchos, unos callos de merluza algo picantes, servidos con cebolla, ajo y pimiento. Son también populares sus oricios (erizos de mar), percebes, bugres (bogavante) o andarica (nécora). Pero para revivir el espíritu del sabor y aroma de Cudillero, te recomendamos que prepares un tradicional pote de berzas asturiano, un plato también muy característico de este pueblo y de aquellos que lo rodean.

Migas con vino de pitarra, de Robledillo de Gata (Extremadura)

Rodeado de olivos, castaños y alcornoques, en Robledillo de Gata el aceite de oliva virgen extra, de manzanilla cacereña, se degusta todo el año. En invierno se comen especialmente las migas extremeñas, que no necesitan más que pan viejo, ajo, pimiento rojo, y seis cucharaditas del aceite de oliva, mejor si es de la zona. En el caso de Robledillo, es tradicional acompañarlo con vino de pitarra y aguardientes.

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