La ansiedad anticipatoria y la profecía autocumplida: ¿cómo podemos gestionar el miedo a lo que aún no ha ocurrido?

  • Este tipo de ansiedad provoca no disfrutemos del presente, que dejemos de hacer cosas por miedo a que se produzcan situaciones adversas y a que, en muchos casos, suframos por anticipado de forma gratuita.
  • Aprender a sustituir los pensamientos catastróficos por otros más racionales es uno de los pasos fundamentales para controlarla. 
Una mujer preocupada.
Una mujer preocupada.
PIXABAY
Una mujer preocupada.

Desde tiempos inmemoriales el ser humano utiliza mecanismos de defensa que le ayudan a prepararse para afrontar posibles amenazas o peligros futuros. Es algo innato y natural, nos ha ayudado a sobrevivir como especie y gracias a ello también estamos prevenidos para enfrentar y actuar ante diversas situaciones adversas o difíciles (como pueden ser, por ejemplo, un examen o una entrevista de trabajo).

Sin embargo, cuando ese miedo o preocupación excesiva por lo que aun no ha ocurrido nos inunda y además nos paraliza de forma recurrente tenemos que hablar de una patología conocida como la ansiedad anticipatoria. Al contrario que en el primer caso, este tipo de ansiedad nos perjudica gravemente, provoca que no disfrutemos del presente, que dejemos de hacer cosas por miedo a que se produzcan situaciones adversas que vaticinamos pueden ocurrir y a que, en muchos casos, suframos por anticipado de forma gratuita.

La profecía autocumplida

La ansiedad anticipatoria además está íntimamente ligada con la llamada profecía autocumplida. ¿Qué significa este término? Se utiliza en psicología para definir la capacidad del ser humano para, por decirlo de alguna manera, sabotearse a uno mismo. Ante una situación que nos estresa y, sobre todo, que nos produce miedo se genera una expectativa negativa, que acaba por bloquearnos, condiciona nuestro pensamiento y conducta, y provoca que se cumpla la mala predicción que habíamos imaginado.

¿Cómo podemos reconocer la ansiedad anticipatoria?

Como en todo cuadro de ansiedad los síntomas pueden manifestarse tanto de forma física como psicológica. Los mas habituales son:

- Pensamientos fatalistas o catastróficos.

- Sensación de pérdida de control sobre la situación o de que vemos lo que sucede a nuestro alrededor en tercera persona.

- Emociones desbordadas.

- Dolor en el pecho y dificultad para respirar.

- Sudoración.

- Voz temblorosa.

- Mareos e incluso pérdida de conciencia.

- Dolor de estómago.

- Taquicardias y palpitaciones.

Cómo llegar a controlarla

El camino para aprender a dominar la ansiedad anticipadora pasa por analizar el origen de este estrés, que puede estar ligado al estilo de vida de quien la sufre así como a fobias y miedos que en muchas ocasiones se deben a un trauma infantil que no se trató en su momento y que ha enraizado con fuerza a lo largo de los años.

La terapia cognitivo conductual ha demostrado ser uno de los tratamientos más efectivos a la hora de tratar este tipo de ansiedad y permite trabajar los problemas de la persona desde la raíz para ir reestructurando su propio pensamiento.

Las pautas para que el tratamiento sea lo más efectivo posible deben partir, en primer lugar, de aprender a identificar las propias emociones. Se trata, por tanto, de normalizar esa emoción negativa y no evitarla ni luchar contra ella

El siguiente punto pasaría por detectar los pensamientos catastróficos que nos invaden cada vez que vivimos una situación que nos provoca ansiedad anticipatoria y anotarlos para empezar a trabajar con ellos y sustituirlos por pensamientos más racionales. Si hay una posibilidad de que algo termine mal también hay muchas de que el resultado sea favorable.

Otro paso fundamental es el de aprender a ser conscientes de que hay situaciones cuyo resultado o desenlace puede estar en nuestras manos y muchas otras que no se pueden controlar. Esto va a ser una vía de escape perfecta para evitar la frustración, dejar de alimentar miedos sin fundamento y dejar que las cosas ocurran sin necesidad de intervenir. Podría servir de mucha ayuda, intentar en la medida de lo posible exponerse a esas mismas situaciones incontrolables para reforzar la confianza en uno mismo y trabajar los recursos aprendidos. Es decir, intentar entrenarse en las situaciones que nos dan miedo y afrontar pequeños retos que poco a poco podemos hacer más grande.

Y como último paso, ejercitar el arte de vivir el presente para evitar esa necesidad incontrolable de adelantarse a lo que está por venir. En este caso, echar mano de prácticas como el deporte, el mindfulness o la meditación pueden servir de gran ayuda para controlar esta anticipación y evitar los pensamientos negativos.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento