Varios científicos crean 'Aireamos.org' para impulsar la medición de CO2, ventilar espacios y frenar la COVID-19

Abrir las ventanas es una de las formas de ventilar la casa y mejorar la calidad del aire.
Abrir las ventanas es una de las formas de ventilar la casa y mejorar la calidad del aire.
GTRESONLINE
Abrir las ventanas es una de las formas de ventilar la casa y mejorar la calidad del aire.

Científicos y otros profesionales, junto a activistas y divulgadores, han creado el grupo 'Aireamos.org', con el objetivo de disponer de instrumentos que permitan conocer los niveles de CO2 en un espacio determinado y poder airearlo con la finalidad de frenar la propagación de la COVID-19.

Así lo ha explicado uno de los promotores de la iniciativa, el investigador especializado en aerosoles y catedrático de Química y Ciencias Medioambientales en la Universidad de Colorado, José Luis Jiménez, que es también uno de los firmantes de la carta internacional que advertía a la Organización Mundial de la Salud (OMS) del riesgo de contagio por aerosoles del SARS-CoV-2.

Jiménez ha participado con el resto de impulsores de 'Aireamos.org' en una presentación online que se ha realizado a través de las plataformas de la Fundación Ibercaja.

Ha contado que la mayoría de los contagios de la COVID-19 se producen por aerosoles, algo que ocurre si se habla a poca distancia sin mascarilla con alguien infectado y cuando se comparte el aire en una habitación, mientras que el contagio por superficies es "menos probable".

Después de que la OMS y diferentes organismos y Gobiernos hayan reconocido esta vía de propagación, "el esfuerzo que se ha dedicado a limpiar superficies ahora hay que centrarlo en ventilar" para "quitar el virus del aire, no respirarlo y no infectarnos".

Una opción es abrir las ventanas, pero "en invierno es difícil" en lugares donde hace frío y, por eso, se ha creado esta coalición con el objetivo de generalizar la medición de CO2 a un coste asequible, ya que es la manera de conocer si un espacio está correctamente ventilado y no hay presencia del virus en aerosoles, ha desgranado el experto.

Medidores

Jiménez ha dicho que actualmente hay medidores en el mercado con uno coste de entre 90 y 200 euros. Asimismo, ha apuntado que la presencia de CO2 en el exterior es de unas 400 partes por millón, "es decir, de cada millón de moléculas en el aire, unas 400 son de dióxido de carbono". Sin embargo, en un espacio cerrado estos niveles pueden subir a 3.000 o 5.000, por ejemplo, en aulas de colegios o en supermercados, y resultar "peligrosos", en parte porque se está respirando por segunda vez el mismo aire.

"Si todos pudiéramos medir el CO2, podríamos ver cómo ajustar la ventilación", ha precisado el científico, que ha apostado por que haya "en todos los sitios donde se comparte el aire medidores de pared, como si fueran un semáforo, que indiquen si un espacio está bien o mal ventilado".

Ha explicado que los integrantes de 'Aireamos.org' se han puesto en contacto unos con otros tras confirmarse la transmisión de la COVID-19 por aerosoles con el objetivo de "tirar del carro en la misma dirección", ya que todos ellos están involucrados en la medición de CO2.

Al crear esta plataforma, su objetivo es darse a conocer para "tener más aliados y un alcance más importante", pero no poseen "ni intención política, ni ánimo de lucro", ha remarcado Jiménez, que ha afirmado que en ningún otro país se ha impulsado una acción de este tipo. "España va por delante en esto y estamos intentando que se implante de forma masiva", ha añadido.

Iniciativas

A la presentación inicial ha seguido la participación del resto de integrantes de 'Aireamos.org'. María Cruz Minguillón, investigadora del CSIC del grupo de aerosoles atmosféricos, ha indicado que elaboraron en octubre la guía para ventilar las aulas, tras traducir el documento de Harvard sobre esta cuestión.

Por su parte, Albert Verdaguer, del Instituto de Ciencias Materiales de Barceolona, del grupo de Química y Física de Superficies, ha precisado que han aplicado sus conocimientos para estudiar la supervivencia de los aerosoles de la COVID-19 "en distintos ambientes" y han probado medidores de CO2 "en todas las condiciones de humedad y temperatura" para establecer cuáles son las necesarias para evitar el contagio.

Proyectos piloto

Por su parte, Javier Ballester, del Laboratorio de Investigación en Fluidodinámica y Tecnologías de la Combustión (LIFTEC), y Juan José Alba, del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón, vinculados a la Universidad de Zaragoza, están colaborando con el Ayuntamiento de la capital aragonesa, Tranvía de Zaragoza, Avanza Zaragoza y Fundación Ibercaja para la instalación de medidores de CO2 en colegios y en el transporte público.

Ballester ha relatado que en el caso del transporte público este viernes está previsto que se haga la primera instalación y "en los próximos días" comenzarán las mediciones de CO2. "Llevamos un ritmo buenísimo", ha dicho, y ha adelantado que "en pocas semanas habrá resultados".

Otro de los proyectos piloto se va a desarrollar en Valladolid, con la colaboración de la asociación sin ánimo de CRITOurbanIA. Uno de sus representantes, Juan Goicolea, ha explicado que pretende que la ciencia redunde "en beneficio de la sociedad" y en este caso van a desarrollar una aplicación denominada 'CaeliA'.

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