Ourense

El accidente de hidroavión en el que murió un piloto se produjo en un intento de ascenso a una ladera "muy pronunciada"

Fotografía del accidente subida por la Asociación de Trabajadores de las BRIF pertenecientes al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (@AT_Brif)
@AT_BRIF

Así figura en las pesquisas preliminares llevadas a cabo por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac) -adscrita al Ministerio de Transportes-, después de que un equipo de investigadores se haya desplazado a la zona. Ahora, están pendientes de publicación las conclusiones del informe técnico definitivo.

El sábado 8 de agosto de 2020, la aeronave Canadair CL-215-1A10 -operada por Babcock- participaba en las labores de extinción de un incendio forestal en la zona de reserva de la biosfera Gerés-Xurés, situada entre las provincias de Ourense y Pontevedra, en la frontera con Portugal.

Así, el hidroavión se precipitó a las 12,20 horas en un intento de ascenso a una ladera y "originó un pequeño incendio en la zona situada delante de la aeronave".

"Los dos ocupantes resultaron heridos de gravedad, pero pudieron abandonar el avión por sus propios medios y alejarse hasta quedar fuera del alcance de las llamas", relata el informe.

Posteriormente, "el copiloto (un ciudadano portugués de 65 años) falleció mientras era atendido por los servicios de emergencia y el piloto fue trasladado en helicóptero a un centro hospitalario de Portugal".

Las brigadas de extinción de incendios que estaban trabajando en la zona se desplazaron "de inmediato" al lugar del accidente y pudieron sofocar el fuego causado por el impacto de la aeronave. El hidroavión resultó destruido.

INCENDIO DE MÁS DE 400 HECTÁREAS

En concreto, la nave siniestrada pertenece a la empresa civil Babcock, con sede en Matacán, Salamanca, a la que el Gobierno de Portugal tiene alquilados tres aviones -dos operativos y uno en reserva- operados por Protección Civil en el aeropuerto de Castelo Branco.

El incendio forestal, que entró desde Portugal y afectó a la parroquia de Manín, en Lobios, quedó extinguido el 12 de agosto después de arrasar 425 hectáreas en el parque natural del Xurés.