¿A qué edad hay que vacunarse de difteria, tétanos y tosferina?

Vacunación.
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EUROPA PRESS/SESCAM
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Cada año, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social publica el calendario de vacunación común a lo largo de la vida tras su aprobación en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS). 

Así, se encarga de fijar las vacunas correspondientes por edad como mecanismos de prevención ante enfermedades que pueden ser graves o mortales. Además, también está disponible la actualización de los calendarios de las Comunidades Autónomas al que puedes acceder a través de este enlace

¿Cuántas dosis se administran y a qué edad?

Una de las vacunas más recomendadas es frente a la difteria, tétanos y tosferina. La administración comienza con una dosis dTpa en la etapa prenatal, normalmente entre la semana 27 y 28 del embarazo, y tres dosis posteriores en primovacunación con DTPa a los 2, 4 y 11 meses. A la edad de 6 años se aconseja la suspensión de una vacuna combinada DTPa/VPI, mientras que los bebés vacunados a los 2, 4, 6 y 18 meses reciben una dosis de dTpa.

Por otra parte, es aconsejable una dosis de recuerdo frente al tétanos y la difteria a los 14 años y otra a los 65 años a aquellas personas que hayan sido vacunadas con 5 dosis durante la infancia y adolescencia.

¿Por qué se recomienda? ¿Cuáles son los efectos de estas enfermedades?

¿Por qué es importante la vacunación frente a estas enfermedades? En primer lugar, el tétanos es una enfermedad aguda grave causada por las esporas de la bacteria Clostridium tetani. Se encuentran en el medio ambiente, "particularmente en el suelo, las cenizas, los intestinos y heces de animales y humanos, en la superficie de la piel y en herramientas oxidadas", informa la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La vacunación es la herramienta más eficaz para su prevención, cuyos síntomas principales son: calambres en la mandíbula, espasmos musculares y dolorosos, dificultad al tragar, convulsiones, fiebre, sudoración, dolor de cabeza o aceleración de la frecuencia cardíaca, entre otros. Es una emergencia médica y su tratamiento es difícil que incluso puede ocasionar la muerte.

La difteria es una infección producida por la bacteria Corynebacterium Diphtheriae cuyos síntomas pueden ser de leves a graves. Pueden aparecer de forma gradual y empiezan por dolor de garganta o fiebre. "En los casos de gravedad, la bacteria genera un producto tóxico que da lugar a una espesa placa en el fondo de la garganta que, a veces, al bloquear las vías respiratorias dificulta la respiración o la deglución", subraya la OMS. 

Aunque pueda ser trata con medicamentos, puede causar daños en órganos como el corazón, los riñones o en el sistema nervioso, si se encuentra en fase avanzada. Incluso puede llegar a ser mortal. De hecho, "a veces la toxina pasa al torrente sanguíneo y causa complicaciones como inflamación y lesión del miocardio, de los nervios, problemas renales o trastornos hemorrágicos". 

Por último, la tosferina es una infección de las vías respiratorias altamente contagiosa que se caracteriza "por una tos seca intensa, seguida de sonidos agudos al inhalar", indican en Mayo Clinic. Afecta principalmente a menores que no han completado su vacunación o a personas adultas que han perdido inmunidad y es causada por la bacteria Bordetella pertussis.

Algunos de sus signos de alerta incluyen congestión nasal, fiebre, tos incontrolable, vómitos, fatiga, diarrea o coloración azulada de la piel (en casos más graves). La vacunación es clave para prevenir esta enfermedad que puede tener serias complicaciones, sobre todo en bebés menores de seis meses.

Calendario de vacunación 2020.
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Ministerio de Sanidad
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