¿Tienes fobia a las cucarachas? Descubre por qué y cómo superarla

  • La fobia a las cucarachas o blatofobia se da más frecuentemente en los países más desarrollados al asociarse con elementos desagradables como la suciedad o la pobreza.
  • Las cucharachas suelen más inofensivos que otros insectos como los mosquitos, pero despiertan mucha más aversión. Su anatomía o su rapidez al moverse podrían ser algunos de los motivos. 
Cucaracha
Una cucaracha en la vía pública.
Jorge París
Cucaracha

Tener cierta aversión o asco hacia ciertos animales, sobre todo insectos, es algo muy común. De entre estos insectos, hay algunos que despiertan más aversión que otros, como las arañas y, especialmente, las cucarachas, animales que por sus características -suelen estar en las cocinas, en la oscuridad, etc.- solemos asociar con suciedad o insalubridad. Cuando este asco se convierte en fobia, es decir, que nos provoca reacciones exageradas e irracionales, estaríamos hablando de lo que se conoce como katsaridaphobia o blatofobia, un trastorno que se puede tratar y superar.

Para hablar de esta fobia, sus causas y posibles remedios, hablamos con Paula Mella, psicóloga de la app ifeel.

¿Por qué es tan común tener asco a las cucarachas?

Aunque provoquen cierta repulsión a tanta gente, lo cierto es que las cucarachas suelen ser bastante inofensivas. No pican y es muy difícil que trasmitan alguna enfermedad, y siempre de manera indirecta, algo que sí ocurre con los mosquitos, por ejemplo, y no suelen provocar tanta aversión. Se trata, por tanto, de un miedo bastante irracional y cultural pues, como explica Paula Mella, “la repulsión o el miedo a las cucarachas puede ser especialmente llamativo dado que es un insecto muy frecuente y que habita en prácticamente todo el planeta. Sin embargo, se da más frecuentemente en los países más desarrollados dado que se asocia con elementos desagradables como la suciedad o la pobreza”. Se trata, por tanto, de una fobia adquirida que poco tiene que ver con un peligro real, “no supone ningún riesgo a nuestra especie ni a especies similares como los monos. De hecho, en algunas culturas, está la tradición de comerlas crudas o cocinadas”, explica.

Si no hemos tenido ninguna experiencia traumática con una cucaracha, lo que justificaría una fobia, lo más normal es que este tipo de fobias irracionales se produzcan por aprendizaje, por observación… Si alguien de tu entorno, mucha gente que conoces, en películas… tienen miedo a las cucarachas, es más probable que tú la tengas. Estas sensaciones podrían potenciarse por las propias características de las cucarachas: salen de la oscuridad, son muy rápidas, algunas pueden volar, aceitosas… De hecho, el entomólogo Jeffrey Lockwood, autor del libro La mente infestada: por qué los humanos temen, sienten asco y aman a los insectos, cree que ese miedo está incluso justificado, "es como en esas películas de terror en las que el fantasma cruza la habitación en un instante, las cucarachas nos sobresaltan con su rapidez casi sobrenatural”, afirma.

¿Miedo o fobia?

Que las cucarachas provoquen asco o repugnancia es bastante común, pero tener una fobia real hacia ellas no lo es tanto, pues una fobia implica una serie de reacciones que van más allá de un grito o un carrera, “la gran diferencia entre el miedo y la fobia es el nivel de malestar que nos produce. Por ejemplo, una persona con miedo al transporte público se sube al metro aunque sea una sensación desagradable y lo pasa mal. Pero una persona con fobia al transporte público, no se acerca ni se sube al metro debido los síntomas que presenta (palpitaciones, hiperventilación, ataques de pánico, entumecimiento de algunas partes del cuerpo, dificultad para pensar…). En el caso de las cucarachas es similar. El miedo a las cucarachas nos permite acercarnos a ellas y matarlas, por ejemplo, mientras que la fobia nos “obligaría” a huir o quedarnos paralizados por el temor”, aclara Paula Mella

Así, algunos de los síntomas que sentiríamos si tuviéramos una fobia real a las cucarachas serían:

•Escalofríos.

•Dificultad para respirar.

•Aceleración del ritmo cardiaco.

•Sensación de asfixia o estrangulamiento.

•Entumecimiento.

•Transpiración excesiva.

•Ataques de pánico

•Parálisis.

¿Cuándo y cómo habría que tratar esa fobia?

Las fobias deben ser tratadas por un profesional, sobre todo si nos impiden llevar una vida normal, interfieren en nuestro día a día y nos provocan, como afirma Mella, “un malestar clínicamente significativo. Por ejemplo ahora con el buen tiempo si se evita ir a terrazas por poder encontrarte alguna o se intenta no ir a parques y demás. Lo más aconsejable es acudir a un psicólogo especializado en técnicas de exposición y con experiencia en fobias y otros problemas de ansiedad”. Eso sí, siempre hay que tener en cuenta que el proceso no a ser un camino de rosas, “cualquier proceso para poner remedio al miedo / fobia lleva asociado cierto malestar en el proceso. Es recomendable, tener claro cuál es el objetivo final y si merece la pena embarcarse, no vaya a ser peor el remedio que la enfermedad. Por ejemplo, si de media te cruzas con 3 cucarachas al año, por muy mal que lo pases en ese momento, probablemente no te merezca la pena trabajar para superar la fobia”.

Estas psicoterapias suelen consistir en terapia cognitivo conductual, es decir, que tiene como objetivo modificar aquellas emociones, pensamientos, creencias y conductas que causan malestar. En el caso de las fobias, son bastante efectivas las técnicas de relajación y las de exposición, que consiste en exponer al paciente al estímulo que le provoca la fobia para provocar una desensibilización sistemática. Esta exposición puede consistir en exponer la paciente a fotos vídeos, realidad virtual, aumentada, etc.

Si el miedo no es muy grande, podríamos incluso intentar superarlo solos con algunos tips, “si lo que siente es cierto malestar o repulsión hacia las cucarachas se puede superar fácilmente con algunos consejos orientados a la exposición progresiva y la puesta en práctica de ellos. Como hacer una lista con 10 situaciones relacionadas con las cucarachas ordenadas de lo que te produce menor a mayor malestar, e ir practicándose poco a poco”. Hay incluso apps para smartphones que prometen ayudar a superar fobias, como Phobia Free, Phobious o Freedom from fears and phobias.

Sin embargo, “si las emociones y sensaciones que te producen van más allá, es recomendable que te pongas en manos de un profesional”, recomienda Paula. 

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