La falta de concentración, el mal humor y los problemas de sueño en adolescentes se revierten limitando las pantallas

  • Los investigadores estudiaron a aquellos que pasaron más de cuatro horas y menos de una al día ante una pantalla en su hogar.
Un adolescente consulta su móvil.
Un adolescente consulta su móvil.
GTRES
Un adolescente consulta su móvil.

El sueño en los adolescentes se puede mejorar con solo una semana limitando su exposición nocturna a pantallas que emiten luz en teléfonos, tabletas y ordenadores, según los hallazgos que se presentarán en Lyon (Francia), en la reunión anual de la Sociedad Europea de Endocrinología, ECE 2019.

El estudio del Instituto Holandés de Neurociencias, 'Amsterdam UMC' y el Instituto Nacional Holandés de Salud Pública y Medio Ambiente indica que, al reducir su exposición a los dispositivos emisores de luz azul en la noche, mejora la calidad del sueño en los adolescentes y se reducen los síntomas de fatiga, la falta de concentración y mal humor, después de solo una semana.

En concreto, los investigadores estudiaron los efectos de la exposición a la luz azul en los adolescentes en el hogar. Aquellos que pasaron más de 4 horas al día de tiempo frente a una pantalla tuvieron un promedio de 30 minutos de dormirse más tarde y de despertarse por la noche que aquellos que registraron menos de 1 hora diaria de tiempo de exposición a las pantallas, así como más síntomas de pérdida de sueño.

Estudios recientes han indicado que la exposición a demasiada luz nocturna, especialmente la luz azul emitida por las pantallas de los teléfonos inteligentes, tabletas y ordenadores, puede afectar al reloj del cerebro y la producción de la hormona del sueño melatonina, lo que resulta en una interrupción del tiempo y la calidad del sueño.

La falta de sueño no solo causa síntomas inmediatos de cansancio y poca concentración, sino que también puede elevar el riesgo de problemas de salud más graves a largo plazo, como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiacas. Otros trabajos han sugerido que la falta de sueño relacionada con el tiempo de detección puede afectar más a los niños y adolescentes que a los adultos, pero ningún análisis ha investigado completamente cómo la exposición en la vida real afecta al sueño en los adolescentes en el hogar y si se puede revertir.

El doctor Stenvers y sus colegas ahora están interesados en saber si la relación entre la reducción del tiempo frente a la pantalla y la mejora del sueño tiene efectos más duraderos y si los adultos pueden encontrar los mismos efectos. "Los trastornos del sueño comienzan con síntomas menores de cansancio y poca concentración, pero a largo plazo sabemos que la pérdida de sueño se vincula con un mayor riesgo de obesidad, diabetes y enfermedad cardiaca. Si podemos introducir medidas sencillas ahora para hacer frente a este problema, podemos evitar mayores problemas de salud en los próximos años", concluye Stenvers.

 

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