'No-kill eggs', los primeros huevos que evitan la muerte de millones de pollitos macho

Gallinas enjauladas, libres, ecológicas... El código que identifica a cada huevo y la numeración de 0 a 3 -cuánto más bajo el número, mejor- ayuda a identificar el tipo de producto que estamos comprando y, al menos en teoría, las condiciones en las que viven las gallinas ponedoras. Pero ahora, una nueva categoría ha llegado al mercado en Alemania y promete acabar con una práctica bastante desconocida de las granjas avícolas: la muerte de millones de pollitos macho con sólo un día de vida.

Bautizados como no-kill eggs (huevos sin muerte), mediante una nueva tecnología se puede identificar el sexo del pollito en cuanto el huevo es fecundado. De esta forma se acaba con una de las labores rutinarias de las granjas: los sexadores determinan si el pollito es hembra -en cuyo caso pasa a la granja de engorde o como ponedora- o macho.

A los segundos les espera una vida muy corta, porque son inmediatamente sacrificados puesto que no sirven a la industria. De hecho, en algunos países todavía no se ha erradicado una práctica que añade un plus de crueldad a este dato: los pollitos son triturados vivos.

El nuevo sistema de Selectegg ya se ha comenzado a aplicar en algunas granjas de Alemania, donde cada año 45 millones de pollitos macho son sacrificados. Con esta detección temprana del sexo, los huevos fecundados masculinos serán descartados antes de que de formen y eclosionen, y destinados a la industria de alimentos para animales.

Los primeros huevos procedentes de granjas con este sistema acaban de llegar al mercado en este país europeo y aspiran a convertirse en el estándar en todo el mundo en unos años. Aunque, lógicamente, no se trata de huevos veganos -cuesta imaginar que pueda existir algo así-, al menos sí aportan un plus de humanidad a las granjas de gallinas.