Deja de comer panga, pero no por el mercurio

Un filete de panga.
Un filete de panga.
LA GULATECA
Un filete de panga.

Hace unos días el panga volvía a saltar a los titulares. Y van ya unas cuantas veces que este popular pescado blanco protagoniza una de esas alertas alimentarias que durante unos días se convierten en histeria y después caen en el olvido.

Aunque carece de interés nutricional y gastronómico -que tiene pocas espinas es casi lo mejor que se puede decir de él-, su precio muy ajustado lo ha convertido desde hace años en un éxito de ventas. Llega ultracongelado desde el sudeste asiático, donde sus condiciones de producción más que cuestionables también han suscitado más de una pregunta.

En esta ocasión, un informe sobre el alto contenido de mercurio en este pescado ha sido el causante del revuelo. ¿Hay motivo para preocuparse y desterrar el panga de la lista de la compra? Sí, pero no por un problema de salud ni por el mercurio.

A partir del análisis de 80 muestras se hablaba de una cantidad alta de mercurio en el pescado -fruto de la contaminación en los ríos donde se cría- aunque dentro de los límites tolerables para adultos. En el caso de los niños el tema era más preocupante, porque las cantidades de mercurio en una sola ración de panga representaban un porcentaje muy alto de la dosis semanal tolerable.

Dicho así parece un motivo suficiente como para que cunda el pánico y se regule el consumo. ¿O no? Miguel Ángel Lureña lo analizaba a través de su muy recomendable cuenta de twitter dedicada a la divulgación científica y matizaba los datos difundidos.

Empezando porque estaban basados en el consumo en 2006, cuando a día de hoy ha caído notablemente en parte por las diversas alertas alimentarias y a decisión de Carrefour y otros distribuidores de dejar de venderlo.

Según explica Beatriz Robles, experta en seguridad alimentaria, "incluso comiendo grandes cantidades de panga cada semana se estaría dentro de las ingestas semanales tolerables". Es decir, no hay un motivo de salud o seguridad para dejar de comprar este pescado que, de hecho, representa un menor peligro en cuanto a mercurio que otras especies como el atún, el tiburón o el pez espada.

A diferencia del panga, en estos casos -apunta- sí hay recomendaciones expresas de AECOSAN (Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición) sobre el consumo máximo de estos pescados en grupos de riesgo.

Es decir, si hablamos de mercurio, hay pescados más problemáticos que el panga, aunque últimamente todos los titulares apunten a él. "El problema del panga es su escaso valor nutricional, la forma de producción poco sostenible y que es un tipo de pescado que no educa el paladar de los niños porque no tiene sabor...", enumera Robles.

Así que sí, eliminar este pescado de nuestra dieta es una gran idea. Pero no por una cuestión de seguridad, sino porque hay pescados igual de económicos, más cercanos, sostenibles e interesantes a la hora de cocinar.

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