Artes

Primera retrospectiva en España de Bruce Davidson, el mejor fotógrafo social del siglo XX

El reportaje de un gueto de Harlem al que pertenece esta foto es uno de los más conicidos de Bruce Davidson
© Bruce Davidson / Magnum Photos

Tras más de medio siglo haciendo fotografías a miles de personas, nadie se ha sentido mal captado: al contrario, todos los seres humanos a los que ha retratado coinciden en que Bruce Davidson capturó su esencia sin caer en excesos sentimentales o compasivos pero con exacta justicia, descubriendo incluso facetas que el propio modelo desconocía. Poco más se puede decir para evaluar la grandeza de un hombre de 82 años que acaso sea el mejor fotógrafo vivo —con permiso, quizá, de Josef Koudelka— y que ha dejado una huella de bondad y calidez que recorre la segunda mitad del siglo XX.

Por primera vez en España se hace justicia con una gran retrospectiva a la obra magnífica y amplia de un reportero sencillo y poético que ha sabido tratar cada una de sus series —es un completista de catálogo y no abandona ningún tema hasta no sentirse seguro de ha mostrado todos los matices— con un respeto moral y una dignidad artística admirables. Organizada por la Fundación Mapfre, la exposición se celebra, del 28 de mayo al 28 de agosto, en la Casa Garriga y Nogués de Barcelona.

En Magnum desde 1958

Que sea miembro de la agencia Magnum desde 1958 es un mero apunte curricular —se podrían añadir decenas de premios, becas y distinciones— de uno de los últimos fotógrafos de una estirpe en extinción: la de los reporteros que son a la vez poetas, la de los humanistas que consideran la cámara un mero artefacto para ponerlo al servicio de los valores éticos de los seres humanos y sus grandezas pese a los tropiezos. Tal como dicen los organizadores, las imágenes de Davidson son "el reflejo de un compromiso ético ante las duras realidades y los entornos precarios y vulnerables en los que se desenvuelve la existencia cotidiana de las personas fotografiadas".

Más que responder a un estilo concreto, lo que siempre importó al reportero, nacido en Oak Park-Illinois y bregado en el arte fotográfico desde niño —a los diez años su madre le regaló todo el material necesario para montar un cuarto oscuro en el sótano—, es el traslado de una visión personal de la realidad y los personajes. "Con ellos compartimos una intimidad a la que solo nos ha sido posible acceder a través de la carismática presencia de Davidson, que se granjeó la confianza y el acceso a la vida de las personas retratadas, incluso en los temas más conflictivos, con una asombrosa facilidad", añaden desde la Fundación Mapfre.

Irá a Madrid, Róterdam y Turín

La exposición, que en septiembre se trasladará a la sede de la fundación en Madrid para después iniciar una itinerancia internacional en el Nederlands Fotomuseum de Róterdam y el Centro Italiano per la Fotografía de Turín, incluye obras de todas las series de Davidson desde la temprana y dramática Los Wall, el seguimiento fotográfico, en 1955 y mientras hacía el servicio militar en Arizona, de John Wall, de 94 años, y su esposa Kate, de 79, que acogieron al joven durante los fines de semana de permiso.

No falta, por supuesto, Bandas de Brooklyn (1959), donde relató la vida diaria de la pandilla de los Jokers, chicos de ascendencia italiana, cultura católica, clase baja y mucha gomina en el pelo y ningún futuro en el horizonte. Los retrató durante meses en las noches de verano, en excursiones de fin de semana a Coney Island, en reuniones de acera hablando de naderías, reflejados en máquinas de discos, ejerciendo el aburrimiento, mostrando el pecho y la desolación, transitando por el doloroso rito de pasaje de la adolescencia...

Una mirada pionera e inmortal

Aquellas fotos fueron reunidas en el reportaje Brooklyn Gang, editado el mismo año en libro, una mirada pionera e inmortal a la cultura teenager y los clanes de pillastres callejeros. Fue una conmoción, se vendió hasta agotarse y elevó a Davidson a la categoría de mito: tenía 25 años, era el miembro más joven de la Magnum y a su director, el genial pero competitivo y malhumorado Henri Cartier-Bresson, le consumía una envidia nada disimulada.

También hay espacio para Calle 100 Este, 1966-1968, uno de los proyectos más conocidos del autor y uno de los pocos en los que usó una cámara de gran formato. Davidson se adentró en una zona de Harlem convertida en un gueto y consiguió una descripción tan completa, abarcadora e intensa que el reportero hizo visible una realidad de marginación, pobreza, drogas, alcohol y delincuencia que nadie quería conocer. La aproximación, ni moralizante ni sensiblera, fue de tal intensidad que Davidson todavía es conocido en el lugar como "el hombre de la cámara".

Metro y parques

El par de series urbanas más conocidas,  Metro de Nueva York, 1980 —colección de retratos duros y claustrofóbicos de viajeros del sistema de transporte subterráneo— y Central Park, 1992-1995  —la ambiciosa exploración del gran pulmón verde en la que experimentó con el formato panorámico—, dan paso a los trabajos más recientes del reportero, Naturaleza de París, 2005-2006 y Naturaleza de Los Ángeles, 2008-2013, realizados cuando ya había entrado en la séptima década de vida pero con la misma energía, jovialidad y ganas de aprender de un jovencillo. Son reportajes buscando revelaciones inesperadas en los espacios naturales insertados artificialmente en grandes ciudades.

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