El 60% de los pacientes con depresión fuma, más del doble que la población general

  • El fumador depresivo asume que la nicotina mejora su estado de ánimo.
  • Pero la nicotina actúa como agente tóxico y desestabiliza el sistema nervioso.
  • Un estudio asegura que dejar de fumar con un tratamiento farmacológico no agrava los síntomas de la depresión.
Un hombre fumando un cigarro.
Un hombre fumando un cigarro.
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Un hombre fumando un cigarro.

Los pacientes con depresión presentan una mayor dependencia a la nicotina y, como consecuencia, este trastorno y los síntomas que acarrea están estrechamente relacionados con un alto consumo de cigarrillos. De hecho, se estima que el 60% de la población española que padece depresión es fumadora, una tasa que duplica la observada en la población general (en torno al 25%).

Existen varias explicaciones sobre los motivos que se esconden tras el alto impacto del tabaquismo entre la población que tiene un diagnóstico de depresión. Según el doctor Eugeni Bruguera, del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d'Hebron (Barcelona), una de ellas es "el efecto antidepresivo de la nicotina, que sería tomada por el fumador para mejorar su estado de ánimo".

También se consideran otras explicaciones, como que "la nicotina actúa como agente tóxico, provocando la desestabilización del sistema nervioso central, o la hipótesis de la existencia de una predisposición común a la depresión y al tabaquismo por factores genéticos, por ejemplo".

Investigadores pertenecientes a 38 centros de Europa y Estados Unidos han desarrollado un estudio orientado a conocer la eficacia de un tratamiento farmacológico para favorecer el abandono del tabaco en pacientes diagnosticados con trastorno depresivo mayor (TDM) actual o anterior.

Fármacos para que el depresivo deje de fumar

El estudio comprobó la eficacia y seguridad del tratamiento farmacológico en comparación con placebo. Los resultados, publicados en Annals of Internal Medicine, pueden conducir a un cambio de mentalidad, puesto que hasta hoy se pensaba que el proceso depresivo empeoraba al dejar de fumar.

El doctor Bruguera, uno de los investigadores del estudio, asegura que en los pacientes bajo tratamiento farmacológico para abandonar el tabaco, "no se observaron diferencias significativas respecto a la presencia de complicaciones neuropsiquiátricas" en comparación con el grupo al que se administró placebo, existiendo en ambos grupos una mejora en depresión y ansiedad.

El doctor Plácido Gascó, del Grupo de Abordaje del Tabaquismo de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) señala que "el estudio demuestra que el paciente deprimido o con antecedentes de depresión puede dejar de fumar con altas tasas de éxito".

Concretamente, en los pacientes tratados farmacológicamente para que dejaran de fumar se observó una mayor probabilidad de superar la adicción: (35,9% entre las semanas 9-12 frente al 15,6% para placebo y 20,3% frente a 10,4% entre las semanas 9-52).

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