Anitta Ruiz Consultora de moda | #LAROPAHABLA
OPINIÓN

¿Se saltó Rosalía el protocolo en el desfile de Dior en París?

Rosalía en la Semana de la Moda de París 2023
Rosalía en la Semana de la Moda de París 2023
Getty Images
Rosalía en la Semana de la Moda de París 2023

¿Es que no te cansas de ser icónica? Así interpelaba a Rosalía una fan durante su estancia en París. Ella, se echaba la melena hacia atrás, ponía morritos y sonreía mientras no paraba de firmar autógrafos. Haciéndose la remolona pero probablemente sin cansarse nada. 

Reconozcámoslo, nos puede gustar o no, pero esa fan tenía toda la razón del mundo: la cantante es todo un icono, no sólo en el mundo de la música, también en el de la moda. Por ese mismo motivo ha sido invitada (y jaleada) en el desfile de Dior en París

La catalana atravesaba Las Tullerias vistiendo un total look en negro. Con falda chandalera, un plumífero cortísimo y botas de estilo militar. Las gafas, que no se quitó ni en el photocall, y el bolso eran de Dior (obviamente). Además, bien reconocibles. 

¿Iba adecuada Rosalía?

Al verla llegar muchos se preguntaron si no iría excesivamente informal para una cita tan 'chic' como un desfile de la Semana De La Moda más glamurosa del mundo. Haciendo la respuesta corta: No. Pero como tengo que rellenar todavía unas cuantas líneas más y además, a mí me gusta desarrollar mis pensamientos, me explico un poco.

Para empezar los desfiles ya no son lo que eran, pequeñas presentaciones para enseñar a compradores y prensa lo que se iba a llevar en los próximos seis meses. Un evento exquisito y exclusivo donde las adineradas clientas llevaban sus mejores galas, y las redactoras de moda un cuadernillo y un lápiz para hacer anotaciones y dibujar algún boceto rápido de sus looks preferidos. Esos tiempos (quien sabe si mejores) ya pasaron. Las exhibiciones en ostentosos salones han dado paso a impresionantes shows donde los invitados son más protagonistas que lo que se sube a la pasarela. 

Medio mundo sabe que Rosalía estuvo en París meneando sus engominadas trenzas camino del desfile de Dior, ni una cuarta parte de esta gente es capaz de describir ni una sola de las prendas presentadas por Maria Grazia Chiuri

Es más, ahora cientos de niñas en todo el mundo quieren las gafas, con un enorme CD en la patilla, de "la Rosalía". Que CD corresponden a las iniciales del diseñador que cambió la silueta femenina entrando en la segunda mitad del siglo XX es algo que probablemente nunca sabrán, básicamente porque les da igual. Objetivo conseguido para el equipo de Relaciones Públicas de la marca, que nos guste o no a los más puristas es vender, vender y vender porque los números tienen que cuadrar a final de año para que los que sí que sabemos quién era Christian Dior podamos seguir disfrutando de los tules, los encajes y las pasamanerías que se usan en las mágicas creaciones de la Alta Costura de la 'Maison'.

Rosalía llegando al desfile de Dior otoño-invierno 2024-2025 de la Fashion Week de París
Rosalía llegando al desfile de Dior otoño-invierno 2024-2025 de la Fashion Week de París
STEPHANE CARDINALE

Por este motivo Rosalía no iba "desarreglada" o poco apropiada. Cumplía perfectamente con la etiqueta que deseaban los que la habían invitado: se había llevado a su terreno (que podríamos calificar, sin ningún tipo de intención de ser peyorativos, como "choni de extrarradio") una marca convencionalmente clásica y pija. Porque sí, en estos casos es mucho más importante la "marca personal" que lo que conocemos como protocolo social. La gente con una fuerte personalidad, pero sobre todo los artistas, tienen una prerrogativa de la que carecen el resto de los mortales: es más importante su simple presencia que cualquier norma de protocolo. 

Y eso, ojo, que en realidad la Rosi estaba cumpliendo a rajatabla la etiqueta actual de este tipo de saraos: llevar puesto algo de la marca y que ese algo sea bien identificable. Es más, probablemente le habrían mandado previamente hasta la ropa interior para que la "motomami" se contoneara hasta el Louvre, con indudable seguridad y exudando poderío, mientras sonreía a un centenar de fotógrafos que se peleaban por la mejor instantánea que minutos después abría las galerías de todos los digitales. Así que amigas, mini punto y punto para Dior y su 'crew', que consiguieron la portada buscada, entre los cientos de impactos visuales que ese día ofrecía la "fashion week" parisina.

A los que añoran los salones, las rosas blancas y las copas de champagne tras el desfile quizá esto les desagrade, pero no podemos olvidar que esto, amigas, es un negocio y que detrás del terciopelo y las lentejuelas lo que queda es un Excel que exige que los números estén en verde para seguir funcionando. Show must go on.

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