Anitta Ruiz Consultora de moda | #LAROPAHABLA
OPINIÓN

La conciencia textil de pega y el chaleco de la reina

La reina Letizia visita Nouakchott.
La reina Letizia visita Nouakchott.
GTRES
La reina Letizia visita Nouakchott.

Pantalones de chándal, una camisa cómoda y grandota, una pinza recogiendo el pelo, crema hidratante en la cara y bien de máscara de pestañas para no parecer recién levantada, bueno, eso si había vídeo llamada. 

No sé si os suena de algo pero para mucha gente ese ha sido el uniforme durante los meses ‘duros’ de la pandemia (y para los que siguen teletrabajando, no ha variado mucho). El caso es que el año 2020 cambió muchas cosas en el mundo y una de ellas fue el consumo textil. No podíamos salir y tardamos en tener cenas y mucho más en ir de fiesta. Así que dejamos de comprar vestidos para tener más almohadones y velas de olor. Ya se llevaba un tiempo hablando de los cambios en los patrones de consumo, pero no fue hasta ese infame marzo, que muchos no nos planteamos si de verdad estábamos comprando demasiada ropa. Miraba el armario abarrotado de cosas que en ese momento no tenían sentido. Yo, la reina de la lentejuela, vestida de algodón todo el día. Una locura.

Entonces empezaron a surgir ensayos muy sesudos diciendo que la industria de la moda es muy contaminante, que nos ponemos solo un 20% de lo que poseemos, que los de la generación Z ya no aprecian las tendencias y hacen lo que les da la gana. Vamos, qué teníamos que comprar menos y comprar mejor. Nunca lo tuve del todo claro y esta semana el tiempo me ha dado la razón. El gigante asiático Shein está reventando índices de venta con prendas a 5 euros. Ayer abrió en Madrid una tienda temporal y la cola de quinceañeros era kilométrica, literal. Lo de la moda de usar y tirar sigue vigente, la responsabilidad la guardamos en el bolsillo junto con la mascarilla. O al menos parcialmente.

Digo parcialmente porque es cierto que ya presumimos de repetir modelito. Lo hacemos los mortales y los Royals. En el Jubileo de Platino de la Reina de Inglaterra, que ha comenzado por todo lo alto en Londres, tanto la homenajeada cómo Kate Middleton posaban en el balcón de Buckingham Palace con looks que ya habíamos visto. Y oye, pues qué bien. Me gusta que podamos ir a la boda de nuestra prima favorita con lo mismo que ya nos pusimos para el fiestón de los (inserte aquí edad de número redondo) de nuestro mejor amigo.

Jubileo
Jubileo
EFE

¿Uniformes?

De hecho una de las cosas que estoy detectando como tendencia en este tiempo P.P. (Post Pandemia) es que mucha gente ha adoptado uniformes. En Finlandia, su primera ministra Sanna Marin, no sale del combo blanco negro en sus looks de trabajo (aquí en España hace algo parecido Diana Morant, ministra de Ciencia). Me parece correcto, aunque pueda resultar que nos plegamos a la masculinización de nuestro armario. Si se hace bien es un acierto. 

Imagen de la revista donde aparece la primera ministra finlandesa con un escote. Imagen de la revista donde aparece la polémica fotografía de Sanna Marin.
Sanna Marin.
Trendi

¿Les quedan chalecos?

Y bien lo hace doña Letizia cuando viaja con la Agencia de Cooperación Internacional. Después de que la tildaran de frívola por ponerse tacones para ir a visitar proyectos de desarrollo ha optado por el look de exploradora con el chaleco oficial de la AECID. Soy consciente de que la han criticado, pero a mí me encanta y además me aseguran desde la agencia que cada vez que la Reina se lo pone se multiplican las llamadas preguntando por la prenda. Espero que aprovechen el momento para explicar el gran trabajo que hacemos en proyectos de cooperación en países en desarrollo. Ahí, entonces, sí que #LaRopaHabla.

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