Anitta Ruiz Consultora de moda | #LAROPAHABLA
OPINIÓN

Si alguien va en chándal a la recepción en el Palacio Real, come canapés como todo el mundo

Los reyes presiden la recepción en el Palacio Real tras el desfile por el Día de la Fiesta Nacional
Los reyes presiden la recepción en el Palacio Real tras el desfile por el Día de la Fiesta Nacional
EFE
Los reyes presiden la recepción en el Palacio Real tras el desfile por el Día de la Fiesta Nacional

En esta vida no es necesario saber de todo, pero es muy recomendable rodearse de mucha gente que sepa de muchas cosas diversas. Una de estas cosas que no hay por qué saber es 'interpretar' el código de vestimenta de una invitación. La etiqueta (que no es la parte de la prenda que siempre pica y que indica cómo lavarla), más o menos formal según el evento, es algo que no se estudia en los colegios y mucha gente jamás se verá en la necesidad de saber distinguir entre un esmoquin o un frac. Como máximo querrán saber qué traje tiene que ponerse para la boda de su prima. Pero como aquí informamos, formamos y entretenemos, vamos con unos pequeños 'tips' para aquellas personas que estén interesadas y no tengan un batallón de asesores a su servicio (o Google).

Lo primero y más importante es que la etiqueta no está escrita en piedra y es una cosa que cambia y evoluciona con el tiempo. Quizá un poco más lentamente que este loco mundo que se mueve a velocidad de tuit, pero esto es sobre todo porque está basada en usos y costumbres y bueno, para que algo se convierta en costumbre, pues eso... Primero tenemos que acostumbrarnos.

Lo segundo, e igual de importante, es que la etiqueta la marcan siempre los organizadores del evento y puede ser clásica o tradicional, o por el contrario darle a la imaginación. Por seguir con la boda de tu prima como ejemplo. Puede ser que lo habitual es que vayamos a las bodas de día 'de corto' pero si ella pide que vayamos de largo o de elfos… ¡Ella manda!

Y lo tercero, todavía más importante: no es de obligado cumplimiento. Es una indicación y recomendación y está en la educación del invitado el seguirla o no. Puede ser que no te apetezca nada vestirte de verde, pero es tu prima, la quieres mucho y a ella le hace ilusión, así que haces el esfuerzo. Y a lo mejor, como no eres muy de disfraces pues solo te pones unas orejas picudas y un gorro, pero allí estás. Y tu prima sonríe y todos brindan y lo pasáis fenomenal. ¿Te hubiese prohibido entrar al banquete de no hacerlo? Pues seguro que no, pero se habría sentido triste u ofendida (aquí la cosa va en el carácter) porque no le has hecho caso.

Diana Morant e Irene Montero en el Día de la Hispanidad
Diana Morant e Irene Montero en el Día de la Hispanidad
GTRES

En los eventos en la Casa Real, una Embajada o un Ministerio pasa exactamente lo mismo, por mucho que pueda parecer más rimbombante. Si alguien hubiese ido en chándal al Desfile de las Fuerzas Armadas, habría hecho el besamanos y comido canapés como todo el mundo (invitado a la recepción posterior). Se hubiese sentido seguro o no con su decisión en base a su convicción personal en la elección hecha. Todos lo hubiesen comentado, no hay duda, pero eso va a pasar en cualquier caso. Poco podemos hacer con la condición humana.

Como bien decía la etiqueta evoluciona y cambia. Lo ha hecho mucho en los últimos años, sobre todo para las mujeres. Ya hemos hablado aquí de pantalones y faldas. Pero el hecho de considerar más protocolario, apropiado o elegante que una mujer vaya con vestido está ya muy pasado de moda. Cierto es que todavía se sigue utilizando, sobre todo en los ambientes más clásicos, la fórmula antigua de 'Hombres, traje oscuro; y Mujeres, vestido corto' u 'Hombres, esmoquin; y mujeres, vestido largo” para las indicaciones. Esto puede invitar a la confusión, pero lo dicho: PREGUNTA. Este vestido puede ser desde hace ya tiempo, perfectamente, un pantalón, un esmoquin, uno mono, un traje dos piezas con falda… y otras mil cosas más que ahora seguro que no se me ocurren. El único límite aquí es, una vez más, la educación y el estilo de la persona que se va a vestir. Bueno y el sentido común, que en realidad es lo que más intentamos ejercitar los que nos dedicamos a estas cosas y estudiamos para meter la pata lo menos posible.

Yolanda Díaz en el desfile del 12 de octubre
Yolanda Díaz en el desfile del 12 de octubre
Gtres

Sin ir más lejos ayer puse en guardia a un montón de gente, porque tenía dudas sobre una tradición de etiqueta militar y quería estar segura. Como estas cosas no están escritas en muchos casos, como ya os he dicho, todavía estamos contrastando datos... ¡Lo de no saber nos pasa a todos, aunque intentamos solucionarlo con mucha modestia y predisposición! Porque cuando hablamos de un modelito, para un experto en imagen o comunicación, quizá lo menos importante de todo es si nos gusta o no a nosotros personalmente. Sino sí es correcto para acompañar a todo tu mensaje o marca personal. Ya sabes, #LaRopaHabla y creo que es fundamental que por lo menos no indique que no solo no tienes ni idea sino que no te has molestado ni en disimularlo.

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