Isabel Preysler ha demostrado una vez más ser la reina de la alta sociedad reapareciendo con un poderoso traje sastre en rojo pasión (o venganza) tras su ruptura con Mario Vargas Llosa. Después de algo más de dos meses fuera de la lupa pública nos deja una lección de estilo que parece corear a la mismísima Shakira y su canción revancha: "las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan".
En menos de 24 horas hemos visto a Tamara Falcó e Iñigo Onieva de la mano en el desfile de Pedro del Hierro, y con esto se confirma para los medios la vuelta de la pareja tras la polémica ruptura; y a Isabel Preysler sola, en la Ópera. Está claro que los dramas amorosos están a la orden del día en esta familia.
De rojo pasión, a rojo venganza
Ya sea para demostrar el amor, o para sentirte poderosa después de una ruptura, el rojo es el color más apasionado del Pantone. Y así lo ha demostrado Preysler con su aparición en sociedad tras romper con el premio Nobel hace dos meses y comenzar una auténtica guerra fría con motivos desconocidos.
Un acertado y elegante traje sastre dos piezas, conformado por americana con hombrera estructurada años 90, con cinturón en el mismo tejido para marcar silueta y pantalón recto y ligeramente fluido que estiliza la silueta.
Los complementos del look se han mantenido en un perfil bajo que han convertido en mayor protagonista a ese despampanante traje de invitada con el que las mujeres de más de 50 solteras van a sentirse muy empoderadas. Un clutch natural en rafia y caña, y pendientes dorados rectangulares ligeramente redondeados.
La madre de la marquesa de Griñón estaba sonriente y risueña, eso sí, no ha dado ninguna declaración explícita acerca del motivo que la ha llevado a ausentarse haciendo gala de su innata discreción pero con este traje rojo ya lo ha dicho todo.
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