¿Quién o qué nos obliga a odiar nuestro cuerpo?

Ilustración de Moderna de Pueblo
Ilustración de Moderna de Pueblo
Moderna de Pueblo
Ilustración de Moderna de Pueblo

Analizamos con la escritora y coacher Sol Aguirre; y la cantante Merche, el asunto de la insatisfacción corporal femenina de la que recientemente actrices como Emma Thompson han hablado. Esta viñeta de Moderna de Pueblo también habla de eso, de aceptar y sentirse bien con lo que vemos en el espejo. Un ejercicio que hay que practicar y no siempre es fácil.

La escritora Sol Aguirre
La escritora Sol Aguirre
Cortesía

¿Una presión interna o externa?

“A las mujeres nos han lavado el cerebro para que odiemos nuestros cuerpos”, denunciaba la actriz Emma Thompson tras rodar su última película 'Good Luck To You, Leo Grande'.

 Thompson, muy acostumbrada a las cámaras asegura que rodar desnuda delante de un espejo fue muy difícil: "No puedo mirarme al espejo sin meter o sacar algo. No puedo mirarme como soy. Todo lo que nos rodea nos recuerda lo imperfectas que somos las mujeres", denunciaba. 

“Nos intentan imponer la insatisfacción y, a veces, por desgracia, lo consiguen” asegura Merche. Y añade:“En los hombres las canas son atractivas y sinónimo de experiencia, en las mujeres sucede justo lo contrario. Pasamos a un segundo plano, o simplemente, y que es peor si cabe, dejamos de tener interés. 

Merche
Merche
Cortesía

La maternidad, otro handicap

Poco a poco esto va cambiando, pero ¿cuántas veces hemos escuchado a actrices que pasan una cierta edad y ya dejan de tener propuestas de trabajo?”, como recientemente ha manifestado Dafne Fernández, con tan solo 36 años y teniendo el físico que todas conocemos, asegura estar invisibilidad por la maternidad "En España no hay personajes escritos para mujeres reales. Ahora por mi edad y la maternidad ya no soy sexualmente deseable y eso me invisibiliza" denuncia la actriz.

La actriz Dafne Fernandez posa en la 24.ª edición del Festival de Cine de Málaga.
La actriz Dafne Fernandez posa en la 24.ª edición del Festival de Cine de Málaga.
GTRES

Nos mostramos menos en público

“Parece que ahora no nos mostramos. No veo ni tetas ni pubis en el vestuario. ¿Cómo ha pasado esto? ¡Me he dado cuenta que ahora en los gimnasios la gente se viste en la ducha porque la forma de su cuerpo les hace sentir mal!” exclama Sol, que dedicó un podcast de “Ellas charlan solas” junto con Leyre Larrañaga, a este tema. Si a estas presiones les juntamos, los cánones de belleza y los tabúes de mostrar el cuerpo, el cóctel estalla.

La primera pregunta que deberíamos hacernos ante la insatisfacción es un ejercicio de auto-honestidad nos recomienda Sol Aguirre: “Si nadie me viera, ¿yo como querría estar para mí delante del espejo? Nos han comido el tarro porque nos hemos dejado comer el tarro. Lo importante no es meterse en un vestido elástico es sentirse bien” explica Sol. Y Merche lo suscribe “estoy encantada con mis heridas de guerra, me recuerdan que he vivido y he superado los obstáculos que me he ido encontrando en el camino. Lo triste es cuando esa ‘perfección’ que nos imponen en los anuncios de tv, en las redes sociales… llega a afectar negativamente en las mujeres, que es a las que se nos exige una ‘eterna juventud’ y belleza por encima de nuestras capacidades intelectuales”. “Debemos tratar de estar felices y de que nada de lo que haya en nuestra vida nos limite. Ni lo que piensen los demás aplicado a nuestro cuerpo".

Imagen distorsionada de las relaciones sexuales

Presiones de miradas ajenas, que como destaca la escritora Sol Aguirre vienen, también, porque “nos comparamos con cosas que no son ni verdad (photoshop) o son casos muy excepcionales como por ejemplo la maravillosa Giselle Bundchen a la que por más que lo intentemos nunca nos vamos aparecer. La responsabilidad en las redes sociales y la publicidad es fundamental a la hora de mostrar cuerpos”. Según el reciente estudio Digital Fit, la exposición a las imágenes idealizadas de influencers por redes sociales provoca un aumento de la insatisfacción corporal de los adolescentes e impacta en sus hábitos alimenticios. “Esto también ocurre con el sexo. Ahora volvemos al tema de los padres que tenemos que explicar a nuestros hijos cómo es de verdad el cuerpo y el sexo, pues la manera en la que se está difundiendo no es la real”, añade Sol.

Los contextos culturales con otro ángulo desde el que Sol analiza la insatisfacción. “No se puede generalizar en cuanto a qué percepción nos causa la desnudez propia y ajena. La desnudez en Vitoria no es lo mismo que en la costa Brava. A 40 grados no te vas a tapar y tu vida es en bikini”. Tampoco podemos entender lo que siente una venezolana que no tenga el físico de las mises en el país número 1 en cirugías donde el tema de físico en x estándares es una imposición muy arraigada. Las propias familias costean las cirugías de las menores en vez de trabajar la aceptación y distinción”.

No dejarnos comer el tarro pasa por asumir que no solo hay espacio para un tipo de mujer. Ya es hora de mirar de frente a la señora del espejo con aceptación y distinción. Por mucho que nos quieran imponer, odiar nuestro cuerpo es opcional al igual que lo es teñirse las canas o usar cosmética anticelulítica. Ninguna de las dos opciones es la buena, bueno sí, la que nos haga sentir mejor a nosotras.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento