Teresa Viejo Periodista y escritora
OPINIÓN

Madres S.A.

Madres senegalesas
Madres senegalesas
Cortesía de UNICEF
Madres senegalesas

Hace unos días impartí una conferencia durante la convención de una conocida marca de cosmética. Sus vendedoras son prescriptoras de la misma y, por tanto, deben de activar la curiosidad hacia sus clientas para que averiguar qué necesitan y que de ese modo lo encuentren en sus productos. Esto gesto es una muestra de liderazgo: inspirar a los demás y persuadirles de realizar un acto concreto.

Cuando me dispuse a hablar con ellas enseguida surgió la misma incredulidad que he detectado otras veces acerca del significado de 'liderazgo', ¿acaso no hay que pisar moqueta para ejercerlo y ganar ceros al mes? Entonces les explico que el ejemplo de empoderamiento femenino más impactante lo descubrí en Senegal, y no precisamente a través de alguna de sus ministras, que, por cierto, poseen una alta representación en el país. No necesitamos ocupar un despacho noble para ejercer el liderazgo con plenitud y ejemplaridad; sin embargo, suelo escuchar a mujeres lamentarse de que en su parcela, más doméstica, el concepto no termina de encajarles. ¿Liderar yo, pero cómo voy a ser yo un ejemplo para otras mujeres? ¿Qué aporto de singular si solo llevo la tienda de la familia, cuido de mis hijos y de mis padres? ¿Yo, que ni terminé la carrera cómo voy a representar ningún liderazgo? Las mujeres somos jueces implacables. Nadie como nosotras para someternos al rodillo de la autocrítica.

Las mujeres somos jueces implacables. Nadie como nosotras para someternos al rodillo de la autocrítica.

Cuando visitas África traes los bolsillos llenos de experiencias únicas. Realicé uno de mis viajes a Senegal como embajadora de Unicef, a fin de comprobar en el terreno algunas iniciativas muy transformadoras, y así fue cómo las conocí. En general las senegalesas emanan belleza, con sus trajes multicolor y sus bebés a cuestas, pero las de aquella aldea eran, además, un canto a la vida. Se trataba de las integrantes de uno de los primeros Comités de Madres del país, un ejemplo del liderazgo femenino surgido de un puñado de preguntas poderosas: "¿Por qué se mueren nuestros hijos? ¿Qué puedo hacer yo para evitarlo? ¿Y si ideamos una 'medicina' natural, un tipo de alimento que les proteja frente a la malnutrición y las enfermedades derivadas de ella?".

Los Comités de Madres surgieron de forma espontánea hace algo más de una década espoleados por la rabia que despertaba en ellas la muerte segura de sus hijos y ahora se diseminan por todo Senegal: mujeres de diversas comunidades que, buscando una solución para paliar dicha mortalidad infantil, empezaron a cultivar legumbres que molían para crear harina multi-vitaminada con la que alimentar a sus niños.

Cuando tienes un propósito y crees en él firmemente, tu creatividad se multiplica a un ritmo exponencial. Los Comités los forman mujeres de las aldeas que se organizan con estructura ejemplar -presidenta, vicepresidenta, secretaria, tesorera- y acopian víveres para ayudar a las familias más necesitadas, compran su propio molino y se autofinancian. Sus cargos no ostentan tarjeta sino compromiso, y su éxito les ha obligado a gestionarse en comités y Asambleas Generales. Los jefes de las aldeas las escuchan, lo hacen los alcaldes, los imanes, los ministros y el propio presidente. Son el paradigma del liderazgo femenino, desde la fuerza que representa la maternidad.

Teresa Viejo durante su viaje a Senegal
Teresa Viejo durante su viaje a Senegal
Cortesía de UNICEF

Cuando irrumpes en su espacio vital, una aldea de tierra salpicada de chozas de igual suelo mal cubiertas por una techumbre de paja, un par de cabras olfateando una hierba que escasea, y, con un poco de suerte, una letrina común excavada en una esquina y cubierta con una piedra, su primera reacción es curiosearte. Te observan el cabello con los dedos, te miran traspasándote la piel, prueban tu sentido del gusto invitándote a probar un menjunje indescriptible… Mantienen el mismo comportamiento curioso de sus niños y les ha servido para desafiar a sus problemas hasta doblegarlos. Diríase que son el paradigma de una curiosidad virgen que, con frecuencia, olvidamos.

De manera que cada vez que alguna mujer duda de su capacidad de liderar, o de su influencia en las demás, les narro esta historia. La del empoderamiento de unas mujeres sin recursos, sin medios, sin formación ni apoyos, que desde su rebeldía frente a la muerte lograron desarrollar un modelo de acción y presión social admirable.

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