Las críticas y burlas a la nueva operación estética de Meg Ryan recuerdan el poder del edadismo

- "“Lo curioso de esta forma de comunicación es que es más probable hablar de nada que de algo, pero sólo quería decir que para mí, toda esta nada ha significado más que muchos algo. Por eso, gracias".
Fotograma de 'Tienes un e-mail".
Cinemanía
- "“Lo curioso de esta forma de comunicación es que es más probable hablar de nada que de algo, pero sólo quería decir que para mí, toda esta nada ha significado más que muchos algo. Por eso, gracias".

Meg Ryan, que rara vez se deja ver, ha acudido al estreno del documental de Michael J. Fox para encontrarse, de nuevo, con el escarnio de una sociedad que castiga a las que pasan por el quirófano y en realidad, también a las que no. La edad de la actriz y las comparaciones con ella misma cuando era más joven la vuelven a poner en el punto de mira.

"Meg Ryan reaparece irreconocible", es posiblemente el titular más repetido estos días tras haber acudido la actriz a la presentación del documental ‘Still’, de su amigo Michael J. Fox. Desde hace años, la intérprete ha decidido mantenerse alejada de la mirada pública, y teniendo en cuenta el escándalo que se generó en las redes cuando apareció en los Tony Awards a causa de su rostro, no es de extrañar que así lo haya hecho. Al igual que compañeras de profesión como Nicole Kidman y Renée Zellweger, cada vez que se enfrenta a los focos es consciente de que los medios y las redes van a convertir su rostro en el tema de debate. "Me sentía quemada. Tenía la impresión de que ya no sabía lo suficiente ni sobre mí ni acerca del mundo, algo que creo que se refleja en mi profesión. Me sentí aislada", aseguró para explicar su retirada, alegando además que los papeles que le ofrecían ya no le interesaban. El edadismo lleva toda la vida entre nosotras, y sin embargo, no ha sido hasta el pasado diciembre cuando la RAE ha incorporado el término.

La cárcel del antes y después de Meg Ryan y otras actrices

"De nuevo me veo envuelta en el ataque del edadismo y de la misoginia que siguen infiltrándose en el mundo que habitamos, un planeta que se niega a celebrar a las mujeres que superan los 45 años y que siente la necesidad de castigar a quienes quieren seguir trabajando y siendo aventureras. Nunca me he disculpado por las elecciones creativas que he tomado ni por cómo me visto ni luzco. He sido pisoteada desde el comienzo de mi carrera por los medios, pero entiendo que esta es una prueba más y estoy feliz de seguir para que quienes estén por llegar lo tengan más fácil", escribió Madonna en su perfil de Instagram tras haberse convertido su rostro en el tema de conversación estrella de los premios Grammy.

Lo llamativo de la forma en la que la gente se ha lanzado a criticar a Ryan es que siempre se habla de "envejecer de forma saludable". La sociedad exige a las mujeres que se cuiden y que cometan todo tipo de sacrificios en aras de la belleza, pero castiga a quien pasa por el quirófano o al menos, a quien tras hacerlo, se le nota. "Estoy confundida por lo que ahora quiere decir ser auténtica. ¿Soy menos auténtica por llevar ropa ecléctica y sombreros? No. Miro a mis compañeras, que se han hecho algún retoque, y me pregunto si son por ello menos auténticas… De ningún modo. Tampoco lo son menos quienes se han sometido a operaciones o retoques que han salido mal", dijo Diane Keaton en sus memorias.

Meg Ryan, antes y en la actualidad.
Meg Ryan, antes y en la actualidad.
REDES SOCIALES

Cuando se habla de que las mujeres tienen que envejecer de forma natural, de algún modo el mensaje que se manda es que han de aceptar el paso del tiempo de forma discreta y callada, relegándose a un segundo plano, mientras la sociedad aplaude a figuras como Meryl Streep, Kate Winslet y Helen Mirren por haber "envejecido de forma natural", asentando así un modelo de envejecimiento a seguir. El mensaje vuelve a ser que tenemos que envejecer con dignidad y de forma natural, pero jamás de una manera demasiado natural, pues no olvidemos que cuando Sarah Jessica Parker fue fotografiada con canas, el mundo se le echó encima. Se castiga a las mujeres que se atrevieron a ser deseadas y que después, decidieron envejecer sin retoques, así como a las que intentaron frenar el tiempo para evitar las mofas. En cualquier caso, es imposible salir bien del escarnio, como si tuvieran que enfrentarse inevitablemente al dilema de querer ser llamadas "vejestorios" o "monstruos del bótox". Envejecer, a día de hoy, es para las mujeres una suerte de Elige tu propia aventura que nunca acaba bien.

Aplaudimos a Jennifer Lopez porque parece ser ajena al paso del tiempo sin que su rostro de señales de que esté recurriendo a retoques (aunque bien sabemos que es más que probable que así sea), pero nos horrorizamos cuando una celebridad reaparece con un rostro diferente, bien sea por efecto de la cirugía o simplemente, por el paso del tiempo…

La edad como castigo

"Los medios de comunicación son una importante fuente de estereotipos que inciden directamente en cómo se trata a las personas mayores. Son una pantalla de cómo nos ve la sociedad y un espejo desde luego, y cómo las mujeres se ven reflejadas en el producto televisivo. Estamos muy estereotipadas", dice Anna Freixas, Doctora en psicología y autora de 'Yo, vieja' al Doctor en Comunicación Social Manel Domínguez en 'Sénior. La vida que no cesa'. “Algunas mujeres parece que viven en formol, se deben poner un ratito cada noche. Es una realidad, y ya es sabida la posición de poder que ocupan los hombres respecto a la mujer. El poder de la mujer en la pantalla reside en su presencia, la que proyecta un físico; en cambio, tal como indica el presentador su figura de persona mayor, de hombre, emite autoridad. La mujer en televisión tiene que reflejar juventud; el hombre, experiencia, aunque tenga arrugas; a la mujer no le es permitido", asegura.

Lo que queda claro es que si Meg Ryan recibe hoy un mensaje que diga "Tienes un email", es probable que apague el ordenador, las redes y se vaya a dar un paseo consciente de que el contenido del mensaje va a volver a ser una bofetada de odio. ¿El email que recibiría Tom Hanks? Probablemente, alabanzas.

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