'Janja', la socióloga feminista que enamoró a Lula, será la próxima primera dama de Brasil y no piensa "quedarse en casa"

Luiz Inácio Lula da Silva besa a su esposa, Rosângela Silva, tras su triunfo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil.
Luiz Inácio Lula da Silva besa a su esposa, Rosângela Silva, tras su triunfo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil.
SEBASTIÃO MOREIRA / EFE
Luiz Inácio Lula da Silva besa a su esposa, Rosângela Silva, tras su triunfo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil.

Rosângela da Silva, más conocida como "Janja", quiere ser como Evita y Michelle Obama. Siempre al lado de Luiz Inácio Lula da Silva, la futura primera dama de Brasil se ha destapado como una figura política que ha levantado suspicacias hasta en el Partido de los Trabajadores (PT).

21 años más joven que Lula

A esta socióloga de 56 años, veintiuno más joven que el presidente electo, hay quien la compara ya con Evita Perón, la histórica lideresa argentina, sobre la que ha hecho pública su admiración y dice que se inspirará a partir del 1 de enero, cuando Lula asuma el poder.

Su fuerte protagonismo en la campaña electoral, de la que salió victorioso el dirigente progresista frente al actual gobernante, Jair Bolsonaro, y en el proceso de transición ha sido más que notorio.

"Janja" (1966, União da Vitória) participó en prácticamente todos los mítines de Lula, en los que incluso agarraba el micrófono y se ponía a cantar las canciones de la campaña de su marido ante cientos de personas.

La 'Janja' política

El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, junto a su entonces novia, Rosângela da Silva, tras salir de prisión el 9 de noviembre de 2019, en Sao Bernardo do Campo (Brasil).
El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, junto a su entonces novia, Rosângela da Silva, tras salir de prisión el 9 de noviembre de 2019, en Sao Bernardo do Campo (Brasil).
SEBASTIÃO MOREIRA / EFE

También hizo de articuladora política informal en los comicios de octubre para sumar apoyos a la candidatura de su esposo y está organizando la fiesta del 1 de enero, día de la investidura de Lula, a la que ha invitado a decenas de artistas y donde se espera que comparezcan 300.000 personas en Brasilia.

Recelos dentro del PT

Su omnipotente presencia ha generado recelos dentro del PT, que temen la enorme influencia que pueda tener sobre el mandatario electo. Ella atribuye esas críticas a "envidia" y "machismo".

Amante del fútbol, el carnaval y la música, se define como una "soñadora con los pies en el suelo".

En una reciente entrevista con TV Globo, afirmó que quiere "resignificar el contenido" de lo que es "ser primera dama".

Ya ha avisado que no piensa "quedarse en casa" y que pretende poner en boga temas que considera importantes, como la violencia contra la mujer, el hambre y el racismo.

La 'Janja' militante

Rosângela da Silva con Luiz Inácio Lula da Silva
Rosângela da Silva con Luiz Inácio Lula da Silva
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A pesar de que en su casa no se hablaba de política, Janja se implicó desde muy joven en movimientos estudiantiles, en los estertores de la dictadura militar (1964-1985).

En 1983, en medio del fervor social con el movimiento "Diretas Já", que en plena dictadura exigía el voto directo para elegir presidente, se afilió al PT, que Lula había fundado tres años antes junto a un centenar de sindicalistas e intelectuales de izquierdas.

Tenía tan solo 17 años. De Lula, que entonces era un barbudo aguerrido, diferente del estadista de hoy, le marcó su "liderazgo", aunque su primer encuentro solo sería años después.

Trabajó como asesora parlamentaria y después pasó al sector privado, impulsando programas de responsabilidad social.

En 2003, primero de los ocho años de Lula en el poder, comenzó a trabajar en la hidroeléctrica Itaipú, que Brasil comparte con Paraguay.

La 'Janja' esposa

En la represa coincidió alguna vez con el ahora presidente electo. Pero la chispa del amor solo surgió en diciembre de 2017, durante un partido de fútbol benéfico.

En la época, Lula estaba viudo, tras perder a su segunda esposa, Marisa Letícia Rocco, en febrero de ese año por culpa de un derrame cerebral.

Da Silva, que había acudido a ese evento porque quería ver al cantautor Chico Buarque, acabó comiendo en la mesa de Lula. "Él pidió mi teléfono a alguien" y "nos fuimos aproximando", relató.

Él pidió mi teléfono a alguien y nos fuimos aproximando

Cuatro meses después, Lula entró en prisión por unas condenas por corrupción que más tarde serían anuladas por la Justicia.

"Fue muy difícil. Todos los días nos intercambiábamos cartas", narró.

En esas misivas hablaban de "esperanza", de "amor" y de sus planes de boda cuando saliera de la cárcel, lo que ocurrió el 8 de noviembre de 2019.

Ese día, en medio de la fiesta montada a las puertas de la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba por su excarcelación, Lula presentó en sociedad a Janja.

"Ustedes saben que conseguí la proeza de, preso, conseguir una novia, enamorarme y ella acceder a casarse conmigo; tiene mucho coraje por su parte", dijo exultante.

Se casaron el pasado 18 de mayo en una ceremonia íntima, mientras el país calentaba motores para las elecciones que han devuelto a Lula a la Presidencia. "Voy a estar a su lado durante buena parte del tiempo, contribuyendo en lo que pueda contribuir", adelantó la futura primera dama.

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