Así vence el placer femenino a sus (múltiples) enemigos

Portrait of thoughtful young woman thinking with hand on cheek against grey background. Beautiful natural girl with bare shoulder looking away with funny expression. Close up face of pensive beauty woman with copy space.
‘Mujeres en la cima del mundo’, recoge las experiencias sexuales de 51 mujeres de todo el mundo..
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Portrait of thoughtful young woman thinking with hand on cheek against grey background. Beautiful natural girl with bare shoulder looking away with funny expression. Close up face of pensive beauty woman with copy space.

Hablamos con la activista Lucy-Anne Holmes sobre cómo el deseo y el placer de las mujeres logra salir a flote pese a las ahogadillas sociales a las que se enfrenta. Holmes es conocida por fundar en 2012 la campaña 'No More Page 3', que convenció a los propietarios y editores del diario ‘The Sun’ para que retiraran una página que mostraba fotos de modelos en 'topless'.

Lucy-Anne Holmes
Lucy-Anne Holmes
Laura Dodsworth

No cabe duda de que nuestro contexto social influye en la forma en la que nos enfrentamos a la sexualidad. En la actualidad, como señala en ‘Feminismo vibrante’ la periodista Ana Requena, el discurso sexual sitúa a los hombres como sujetos y a las mujeres como objeto, un discurso que atribuye a las mujeres la discreción, la espera, el deseo más leve y más controlable al servicio del amor.

Ella reivindica la fuerza del deseo. “El gozo es también una revolución y la revolución necesita seriedad y solemnidad, estrategia, reflexión, ira, enfado, táctica. Pero también necesita alegría y batucadas que nos hagan vibrar, perro y risas, baile helado, purpurina y camisetas con mensaje y goce, mucho goce, por todo el goce negado durante tanto tiempo a las mujeres en tantos lugares”, escribe la periodista. Es precisamente ese deseo a vibrar y a disfrutar el que ha movido a Lucy-Anne Holmes a escribir ‘Mujeres en la cima del mundo’, el libro en el que la activista británica recoge las experiencias sexuales de 51 mujeres de todo el mundo.

Si piensas durante el sexo, ¿no disfrutas?

Resulta curioso que el libro se pregunte en qué piensan las mujeres al practicar sexo cuando siempre hemos escuchado que, para alcanzar el orgasmo, tenemos que concentrarnos… ¿Es posible pensar en el capítulo de la serie ‘Euphoria’ que no hemos visto o en qué vamos a cenar y, sin embargo, disfrutar? “Diría que lo mejor es dejar de pensar. Tenemos que salir de nuestras mentes y de nuestros cuerpos, y eso no es una cosa fácil de hacer en la vida actual, en la que estamos tan ocupadas que nos olvidamos de conectar con nuestros cuerpos y sensaciones. Las mujeres con las que he hablado y que tienen el mejor sexo son las que mientras lo hacen, no piensan. Sin embargo, resulta interesante que muchas de ellas puedan llegar al orgasmo mientras se masturban, pero no con sus parejas. Creo que es porque solas podemos relajarnos sin preocuparnos por cómo lucimos/sabemos/olemos. Muchas hemos crecido creyendo que el sexo se enfoca más al placer masculino, dejando nuestro orgasmo relegado a un extra que quizás ocurra”, asegura Holmes.

El despegue del deseo femenino

La prueba ineludible de que la aclamada serie de Netflix, ‘Los Bridgerton’, es fruto del presente es la importancia que se otorga al placer femenino. Así lo señalaba en una entrevista la actriz Nicola Coughlan, que interpreta a Penelope Featherington. “Supone mirar atrás en el tiempo y preguntarse cuáles eran sus deseos y necesidades”. 

La apertura sexual que rodea a la serie supone el reflejo de dos cosas: por una parte, de la creciente importancia que las mujeres tienen en la industria, donde por fin se escuchan sus voces, algo que queda patente en las tramas y en la construcción de personajes. Por otra, del momento en el que se encuentra en la actualidad el deseo femenino, que gracias a juguetes sexuales como el archiconocido ‘Satisfyer’, por fin ha salido del armario. 

“Internet y las redes sociales han sido imprescindibles a la hora de cambiar la forma en la que hablamos de sexo. Ahora nos encontramos conversaciones online sobre todo tipo de asuntos sexuales, y las redes han dado a las mujeres una voz que les había sido negada”, opina Lucy-Anne Holmes. “El deseo sigue siendo tabú porque nos estamos enfrentando los frutos de siglos de opresión. Como es un tabú huimos de él, pero en lugar de romper ese tabú tenemos que enfrentarnos al sujeto del deseo, explorarlo en nuestra vida y hablar de nuestras experiencias, sentimientos y hallazgos sobre la sexualidad. Se trata de comenzar a pensar en el sexo y preguntarnos cómo lo disfrutamos, qué aspectos nos gustan, cuáles no, si nos sabemos proporcionar placer, si sabemos pedir que nos hagan lo que deseamos, qué buscamos al practicar sexo…”, indica.

Disfrutar pese a todo

Tras haber hablado con 51 mujeres completamente diferentes sobre sus deseos sexuales, no podemos evitar preguntar a la autora qué conclusión ha sacado de esta experiencia. “Se intenta frenar el deseo de las mujeres y su derecho a disfrutar de su sexualidad, y en muchos casos no hay siquiera educación sexual. También existen ideas culturales que hablan de que el sexo es de los hombres, mientras que a nosotras se nos habla de traumas sexuales, ideas religiosas que hablan del sexo como de un pecado y de otras mil cosas diferentes. Pese a todo, encontramos la forma de disfrutar. Hay muchas mujeres que al explorar y dialogar sobre su sexualidad rompen los patrones de las generaciones previas que abrazan el miedo sexual y la vergüenza”.

La sombra del trauma sexual acompaña a muchos de los relatos recogidos en el libro, y sin duda estos testimonios sirven de reflejo de las estadísticas que rodean a la violencia sexual, pues como recalca Lucy-Anne Holmes, una de cada tres mujeres será violada o golpeada a lo largo de su vida. Los relatos resultan esperanzadores, pues demuestran cómo, pese a los traumas del pasado, siguen buscando el placer.

En definitiva, al hablar de lo que les pasa por la cabeza a las mujeres en la cama no nos referimos a si piensan en sus próximos viajes, en reuniones o en el propio acto sexual, sino en cómo pese a la multitud de obstáculos que la sociedad nos pone, seguimos luchando por reclamar nuestro derecho a disfrutar.

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