El poliamor y otras formas de volver a enamorarte de tu pareja, según Natasha Lunn

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La etapa 'luna de miel' deja paso a otras, ni mejores ni peores, diferentes.
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El mito del amor romántico, la pérdida del deseo y el trabajo como zancadilla emocional son algunos de los aspectos de los que hablamos con Natasha Lunn, que en su nuevo libro, ‘Hablemos sobre amor’ (Península), conjuga su propio testimonio sobre su andadura amorosa con el de expertos y reconocidos autores

Podría parecer que a estas alturas, está todo escrito acerca del amor y que es imposible que todavía aprendamos cosas nuevas sobre el sentimiento que mueve el mundo (¿o era el dinero?), pero Natasha Lunn nos invita en ‘Hablemos sobre amor’ (Península) a entender el amor en toda su pluralidad y complejidad para dar respuesta a todas estas preguntas que nos hacemos a diario. Desde cómo encontrarlo hasta cómo mantener viva la pasión, hablamos con la periodista sobre sexo, amor y amistad para descubrir cuáles son las enseñanzas obtenidas tras hablar con terapeutas, escritores y expertos como Roxane Gay, Dolly Alderto o Lisa Taddeo, entre muchos otros.

La autora se pregunta cómo es posible que tengamos tantas expectativas sobre el amor cuando en realidad, sabemos tan poco de él. “Es como si quisiéramos sumergirnos en las profundidades del océano sin tomarnos la molestia de aprender a nadar”, asegura. Hoy, nos lanzamos con ella a este mar de dudas, emociones y cambios para ahondar en sus profundidades sin olvidarnos de salir de vez en cuando a la superficie a coger aire.

Hablemos sobre el amor (Península).
Hablemos sobre el amor (Península).
Cortesía

El mito del amor romántico

Natasha asegura que aunque no se arrepiente de su primera fantasía romántica, sí lo hace del modelo de amor que obtuvo de ella y de todos los años sucesivos en los que trató de moldearse para encajar en ese ideal. “Para cada uno, el mito del amor es diferente. En mi caso, me di cuenta de que había estado obsesionada con el amor, algo que le ocurre a mucha gente. Crecemos pensando solo en el amor, por lo que lo convertí en el epicentro de mi vida, pero cuando empecé a enamorarme de verdad, me di cuenta de que en realidad no me había obsesionado con el amor, sino con la idea idealizada del romance. El mito del amor no era del amor, sino de la obsesion escondida de amor. Se trataba de ser querida y de recibir amor, no solo de darlo. Me pasé todo el tiempo preguntándome cuándo encontraría a alguien que me quisiera y si siempre iba a estar sola. Nunca pensé cómo sería dar amor y sacar lo mejor de la otra persona, contribuir a su felicidad e intentar comprender su punto de vista. Y es una pena, porque dar amor es tan gratificante como recibirlo, y es una aventura igualmente apasionante de la que rara vez nos damos cuenta”, explica.

La escritora y activista feminista Kate Millet hablaba del amor como del opio de las mujeres. Aseguraba que mientras las mujeres amaban, los hombres (las) gobernaban, por lo que el amor se empleaba, según su parecer, para engatusar a las mujeres y hacerlas dependientes. Sin embargo, Natasha nos asegura que todos los hombres a los que ha entrevistado estaban tan ‘obsesionados’ con encontrar el amor como las mujeres. 

La diferencia radica, entonces, en cómo lo retrata la cultura pop. “La ficción televisiva, musical, cinematográfica y literaria pinta a las mujeres siempre como personas con el corazón roto e inmersas en la búsqueda constante del amor. Apenas hay historias así sobre hombres”, comenta. En el libro pregunta qué quiere decir ser amado, y por eso le planteamos esa misma duda a lo largo de nuestra conversación. “Se trata de crear un hogar (no necesariamente físico) con alguien, un lugar al que perteneces, en el que te sientes entendida y en el que cuidan de ti. Se trata de que alguien se preocupe por cómo estás en el mundo sin que haga falta convencerle de que se preocupe por ti. Me he pasado muchos años en relaciones en las que no me sentía querida y era una lucha constante. Sin embargo, cuando te sientes querida, estás segura de que le importas a la otra persona, que no te hace sentir que es algo complicado”. Precisamente esta ha sido una de las mayores enseñanzas que ha obtenido al escribir el libro: que el amor no tiene que ser tan difícil. Ella pensaba que al igual que ocurre con la salud y con nuestras carreras, el amor requiere acción, esfuerzo y trabajo, pero fueron muchas las personas que le dijeron lo contrario. 

“Me di cuenta de que no tienes que convencer a alguien de que te quiera. El esfuerzo y el trabajo se han de invertir en el mantenimiento de las relaciones, tanto las amorosas como las familiares y amistosas. Tienes que hacer pequeñas elecciones para mantenerlo, y eso es lo complicado”, explica.

Trabajo, relaciones a largo plazo y pasión esquiva

En la actualidad, vivimos tan absorbidos por el trabajo que muchas relaciones se ven debilitadas e incluso dinamitadas por las exigencias laborales, pero durante una de sus charlas reflejadas en el libro, una de las participantes habla del trabajo como de una forma de amor en sí mismo. “También entrevisté a alguien cuyo marido había sufrido un daño cerebral y al despertar del coma, no se acordaba de ella. Han tenido que construir esa relación de vuelta y ahora están regresando los recuerdos. Ella es una guionista muy conocida, y dice que esta experiencia le ha demostrado que no quiere poner su nombre en Google para ver en qué película ha trabajado y si es relevante, pues lo que te hace relevante es saber si significas algo para alguien. Tras haber tenido estas conversaciones, en el mes de enero planteo mis objetivos alrededor del amor para hacerlos tan importantes, o incluso más, que el trabajo. No creo que en mis últimos días esté en mi lecho de muerte pensando que podría haber cogido ese proyecto extra, sino que ojalá hubiera pasado más tiempo con mi madre”, asegura la autora.

Mira Jacob señala en el libro que la gente prefiere ver el amor más viejo como algo seguro porque nos aterra pensar en su fragilidad. Hablamos con Natasha sobre las relaciones estables y sobre qué ocurre cuando la pasión escasea. “Solía pensar que cuando te enamoras, llegas a un lugar seguro, porque se habla del amor romántico como de un estado casi amistoso de compañía. Ya sabes: la clásica imagen de dos abuelitos felices en un banco. Pero mi entendimiento de las relaciones a largo plazo ha cambiado. Te enamoras una y otra vez en diferentes partes de la relación, por lo que no tienes que buscar en otro lugar. Cambias tanto y tu vida cambia a su vez contigo que siempre hay nuevas oportunidades. Creo que en este año me he enamorado más a fondo, y de una forma más intensa, que en la fase inicial conocida como la de la luna de miel. Ahora me hace feliz la idea de que con mis amigos y con mi pareja pueda tener décadas en las que nos enamoremos, e incluso nos desenamoremos, muchas veces y nos volvamos a encontrar”.

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Al hablar de la fase de luna de miel, Natasha indica que en la etapa temprana más ardiente de una relación, “el mecanismo de apego impulsa en nuestro cerebro el proceso químico, lo que nos hace querer formar un vínculo con la otra persona para asegurar dicho apego, y una de las formas de hacerlo es a través del sexo”. 

En su conversación con la educadora sexual e investigadora Emily Nagoski, habla de cómo hay muchas parejas que programan el sexo, algo que resulta complicado, pues emerge el miedo al rechazo. “Por lo general, el miedo al rechazo es lo que dificulta el placer”, indica Nagoski. ¿Está nuestra relación perdida si tenemos que agendar nuestra vida sexual? “Lo interesante que señala Emily en el libro es que a veces deseas tanto el sexo porque no estás seguras en la relación. Te sientes tan atraída por alguien que no comprendes por qué no te trata bien del todo, por lo que te obligas a tener sexo, que se convierte en un vínculo. Ahora estoy más relajada cuando estoy en esos periodos en los que no deseo tanto practicar sexo y comprendo que es realmente normal desearlo solo a veces. Eso no quiere decir que hayas perdido tu deseo sexual. Al comienzo de la treintena pensé que tenía premenopausia, porque no tenía muchas ganas de sexo. Sin embargo, tras tener un bebé, me es más fácil llegar al orgasmo. Tu cuerpo y tu deseo sexual pasan por muchos episodios, y lo importante es no juzgarlos ni sobre analizar lo que quieren decir”, explica.

Para finalizar, le preguntamos su opinión sobre el poliamor, y nos sorprende al asegurar que precisamente se arrepiente de no haber entrevistado a alguien inmerso en una relación poliamorosa. “Es genial que ahora podamos seguir escribiendo nuevos episodios en las relaciones y que no sigamos el mapa habitual. Quizás el poliamor es una forma diferente de tener tu propio espacio desde el que observar la relación, y quizás desde ese nuevo lugar puedas apreciar de nuevo a tu pareja. No tenemos que buscar un modelo de relación que funcione, sino que tenemos que estar abiertos a las diferentes formas que existen para encontrar una conexión”, asegura.

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