Para qué sirve el líquido refrigerante para el coche y cada cuánto tiempo debería cambiarlo

Nuestro vehículo requiere un mantenimiento para funcionar correctamente.
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El funcionamiento de los motores de combustión produce temperaturas elevadas que pueden dañar el corazón del vehículo si no hay detrás un buen sistema de refrigeración que consiga absorber el calor que produce esta pieza por el mero hecho de trabajar para arrancar el coche. En este circuito juega un papel crucial el líquido refrigerante. 

El líquido refrigerante es un compuesto químico que tiene entre sus propiedades la capacidad de regular la temperatura gracias al etilenglicol. Puede trabajar, según explican desde Euromaster, entre los 30 y los 140 grados de temperatura, por lo que consigue regular el calor del motor y mantenerlo estable en torno a los 90 grados centígrados. 

La función principal, pues, del líquido refrigerante es evitar que el motor sufra sobrecalentamientos que puedan dañarlo o limitar su rango de funcionamiento. Además, en invierno este líquido evita que las piezas se congelen. Por otro lado, también actúa como un lubricante y previene la oxidación de los elementos mecánicos del motor, protegiéndolos gracias a sus propiedades anticorrosivas. 

40.000 kilómetros

Para que el líquido refrigerante cumpla con sus funciones a la perfección y proteja el motor debe ser renovado cada cierto tiempo, ya que el uso y el paso de los meses hacen que pierda sus propiedades. Además, es importante prestar atención al estado de todo el circuito ya que las fugas también impedirían que líquido realizara su labor. 

Lo más idóneo es, siempre, consultar el manual del usuario del coche para saber cuándo recomienda cambiar el líquido el fabricante. Sin embargo, la norma general como bien señalan desde Mapfre es sustituirlo cada 40.000 kilómetros o, en el caso de no llegar a esta cifra, cada dos años. 

De todas formas, a fin de controlar el sistema, posibles fugas o el estado del líquido; es aconsejable echar un vistazo al circuito cada 20.000 o 30.000 kilómetros. Los líquidos refrigerantes contienen, además, colorantes que permiten detectar rápidamente pérdidas.