La importancia de revisar los fuelles de transmisión del coche: pueden provocar averías en cadena

Detalle del escape del coche .
Detalle del escape del coche 
Pixabay
Detalle del escape del coche .

La transmisión del coche es uno de los sistemas indispensables para el funcionamiento del vehículo, ya que consigue transmitir la potencia del motor a las ruedas y las dirige en la conductor. Cada uno de los elementos de este sistema tiene una función indispensable y se necesita que todos trabajen de manera coordinada para que no haya fallos. 

Una de las piezas que forman la transmisión son los fuelles, unas piezas que se usan para cubrir las juntas de lubricación de la transmisión, evitando que la grasa se pierda y no cumpla su cometido, en cuyo caso las juntas podrían acabar deteriorándose. Aunque puede haber fuelles en varias zonas, lo más normal es que se estén situados en el árbol de transmisión y en los palieres y solo se encontrarán en las ruedas motrices del vehículo. 

Mantenimiento primordial

El desgaste de esta pieza provocará un deterioro en ciertos elementos puntuales de la transmisión que pueden acabar estropeando todo el sistema, por eso es primordial mantener los fuelles en perfecto estado y revisarlos con frecuencia, ya que su sustitución es relativamente barata (entre 50 y 100 euros) y puede evitar averías más graves. 

Desde Mapfre especifican cuáles son las averías y los fallos que puede provocar un fuelle de transmisión en mal estado, como por ejemplo que la junta homocinética se deteriore al no mantenerse correctamente engrasada. Esto provocará que se doblen los palieres, causando daños en el diferencial del coche con su correspondiente gasto económico.

Además, circular con uno de estos fuelles rotos es una falta grave que impedirá superar la ITV, lo cuál supone una pérdida de tiempo y dinero. Lo mejor es cambiarlos en cuanto se detecte que están averiados. Un síntoma muy sencillo que ayuda a descubrir un problema en los fuelles es detectar manchas de grasa debajo del automóvil, a la altura de las llantas. Igualmente, al estar desgastados y provocar pérdida de lubricación, se escucharán golpes secos al girar las ruedas

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