¿Cómo puedes pagar menos por tus multas de tráfico?

Recurrir una multa de tráfico no es tan difícil si se sabe qué pasos seguir.
Recurrir una multa de tráfico no es tan difícil si se sabe qué pasos seguir.
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Recurrir una multa de tráfico no es tan difícil si se sabe qué pasos seguir.

¿Sabías que puedes librarte de pagar una multa de tráfico? O que, en la mayoría de los casos, ¿puedes pagar solo la mitad? No siempre que se recibe un expediente sancionador hay que pagarlo a ojos cerrados: mejor revisar que toda la información es correcta y que no hay ningún defecto ya que, de haberlos, podríamos ahorrarnos esos euros. Igualmente, es mejor no dejar para mañana el pago de la multa si lo puedes hacer hoy, ya que la opción de la reducción por pronto pago está sujeta a un plazo de tiempo determinado. 

Hay varios mecanismos para pagar menos por una multa de tráfico o bien no evitar tener que pagarla. El primero de todos ellos es la reducción por pronto pago. Para ciertas sanciones, la DGT permite que el infractor pague solo la mitad de la multa si lo hace en un plazo de 20 días naturales. En este artículo te explicamos cómo disfrutar de la reducción por pronto pago y recuerda: se recurres la multa perderás automáticamente este descuento, aunque estés todavía dentro de plazo. 

Después, existen varios motivos que pueden ayudarnos a quedar libres de pagar una multa de tráfico. Según Eroski Consumer, el primero de todos es que nos la comuniquen tarde: las sanciones leves deben comunicarse al infractor en tres meses, las graves en seis y las muy graves, en un año. Si la administración excede estos plazos, el infractor podrá no pagar la multa ya que habrá prescrito. 

Utilizar los plazos de prescripción a nuestro favor

Igualmente, haciendo referencia a estos plazos de comunicación, el afectado podría tratar de retrasar los tiempos para provocar la prescripción: apurando el plazo de recurso, presentando alegaciones... Así, se dilata todo el procedimiento y se puede forzar la prescripción de la sanción, aunque este método no siempre es efectivo. 

Se puede solicitar la anulación de la multa si hay defectos de forma, pero es cierto que tienen que ser errores como que no aparezca el número de matrícula, que haya confusiones en los datos o que la descripción de la infracción no concuerde con lo que sucedió realmente. Si, por ejemplo, hay un fallo en la redacción que se entiende como subsanable, la administración podría volver a mandarnos el expediente con los datos corregidos, pero alegar errores en una multa podría ayudarnos a ganar tiempo y, como en el paso anterior, que la sanción prescriba. 

Las multas que no son notificadas en el momento tienen que llegar al domicilio correcto, así que este motivo puede ser otra razón para recurrir. A veces, la sanción no ha llegado a nuestra casa, pero sí que ha sido reclamado el pago por parte de la Agencia Tributaria. Si la DGT no ha indagado lo suficiente y se equivocan de dirección al notificar la multa, deberemos recurrirla. 

Misma infracción, distinta multa

Si recibimos dos sanciones diferentes por dos infracciones iguales, los expedientes deben ser iguales. Si hay diferencias entre uno y otro (es decir, en uno se quitan puntos y en otro no, las cantidades de la multa no concuerdan...) podremos alegar diferencias alegando la vulneración del principio de igualdad ante la ley. Aunque no se retire la sanción, sí se reducirá el importe a abonar. 

Por último, el agente de tráfico que ha detectado la infracción y ha redactado el expediente debe identificarse y ratificar su versión de los hechos, sobre todo cuando no hay imágenes disponibles de la infracción (como cuando nos paran por ir con el móvil). Si el agente no da su declaración, la cambia o no concuerda, el conductor quedaría libre de pagar la sanción. 

Se puede solicitar, así mismo, el informe con la ratificación del agente para comprobar su descripción de los hechos, teniendo siempre en cuenta que en el caso de los agentes de policía se aplica la presunción de veracidad. 

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