La falta de suministros para la fabricación de coches en España es una realidad que ha aquejado a las grandes concesionarias durante los últimos dos años, problema que hoy continúa más vigente que nunca.
Este viernes se ha conocido que la fábrica de Opel España en Figueruelas, del grupo Stellantis, frenará su producción por cuatro días debido a problemas de suministros para la fabricación de ciertos vehículos, situación a la que se suma la planta de Volkswagen Navarra, que también cerrará el día 2 de septiembre por el mismo motivo.
De acuerdo con la consultora estadounidense, Arthur D Little, este problema que afecta a gran parte de Europa se extenderá más allá del 2023, causando una mayor interrupción en el abastecimiento de ciertos elementos como los semiconductores.
Las causas de la escasez de suministros
Si bien la pandemia de la COVID-19 y la invasión que adelanta Rusia en Ucrania son dos factores que han afectado a la cadena de suministros de las fábricas, tanto españolas como europeas, existen otras causas que no están contribuyendo a mejorar esta situación.
Félix García Fernández, director de comunicación y marketing de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), ha detallado a 20minutos que "la subida de la factura energética y de los combustibles no ayuda tampoco a la estabilidad económica deseada para una mejora de la coyuntura, la confianza del consumidor y, por ende, de la actividad económica en general".
Sin embargo, ha señalado que, desde la ANFAC prevén que las cifras de producción en España para este año mejoren ligeramente respecto al año pasado y que, en 2023, mejore la producción de chips a nivel mundial.
"Esperamos y deseamos el cese de las hostilidades en Ucrania y una rebaja de las tensiones geopolíticas, lo que redundará en una estabilización económica y un control de la inflación", ha manifestado Fernández.
Lo cierto es que el manejo que han gestionado las grandes empresas de coches es fundamental a la hora de contrarrestar los efectos de esta crisis para evitar que el sector siga teniendo cifras negativas.
"Las multinacionales fabricantes de automóviles están manejando la crisis de los semiconductores a través de planes de contingencia en la producción y cadena de suministro, y aplicando medidas de flexibilidad consensuadas con sus trabajadores y/o establecidas en los convenios colectivos. Cada fabricante establece su hoja de ruta en función de sus necesidades productivas", ha explicado Fernández.
La crisis también afecta a los trabajadores
Esta situación no solo afecta a las grandes empresas, sino también a sus trabajadores, quienes se muestran preocupados por lo que pueda pasar en medio de la crisis de suministros.
Raúl Portillo, secretario general de LAB en Volkswagen Navarra, ha comentado a 20minutos cuáles son las consecuencias les genera el cierre de la fábrica por falta de piezas.
"Cada vez que cierra Volkswagen, al tener un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) hasta final de año, la plantilla acaba pagando con sus contribuciones el cierre", ha indicado.
Portillo ha resaltado que la deslocalización también ha ocasionado que los trabajadores terminen pagando las consecuencias que dejan situaciones como los cierres en los puertos, las huelgas de transporte o la incertidumbre en la fabricación de microchips.
De acuerdo con el secretario general del sindicato, los trabajadores le piden a Volkswagen "que se olviden de la deslocalización, que vuelvan a traer todas las piezas que se llevaron fuera para disminuir costes, porque lo que están haciendo es repercutir a los empleados cuando se presentan estos problemas de suministro".
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