En verano, tendemos a estar mucho más en carretera y a desplazarnos cubriendo distancias más largas. Los viajes con motivo de las vacaciones suelen recorrerse en el coche particular y varias horas de trayecto pueden acabar cansando a cualquiera. El cansancio al volante provoca que el conductor se despiste más e incluso cometa ciertos errores al volante de manera inconsciente.
Aunque no se cometan queriendo, tener ciertos comportamientos al volante puede ser peligroso, además de ser gestos sancionados con sus respectivas multas de tráfico. Por ello, es mejor parar a descansar cada dos horas o cada 200 kilómetros, como recomienda la DGT, y prestar atención a no cometer estos errores.
Circular por el carril izquierdo o el central
Con el aumento del volumen del tráfico se incrementa el número de conductores que el "síndrome del carril izquierdo": en vías de dos o más carriles, los vehículos circulan por el izquierdo o el central. La norma especifica que lo correcto es circular solo por el carril derecho y utilizar el izquierdo o el central para adelantar.
No mantener la distancia de seguridad
Cuando el tráfico es denso, pero no hay atascos, tiende a no respetarse la distancia de seguridad, algo que es muy peligroso porque en caso de colisión o frenazos repentinos podemos acabar sufriendo un accidente de tráfico, produciéndose el llamado efecto acordeón. Tratar de mantener siempre la distancia de seguridad nos permitirá reaccionar a tiempo a los imprevistos en carretera y a evitar multas de hasta 200 euros.
Viajar en las horas centrales del día
Vale, no nos pueden multar por esto, pero sí que es una costumbre que puede aumentar las probabilidades de sufrir un accidente de tráfico a causa del calor o de un tráfico más denso. Viajar a primeras o últimas horas del día permite circular con un tráfico fluido y sin retenciones, haciendo un menor uso del aire acondicionado por la baja radiación solar.
Sentarse de forma incorrecta
Este aviso sirve para conductores y pasajeros: apoyar los pies en el salpicadero delantero, tumbarse en el asiento trasero, sentarse mal al volante... Son gestos muy peligrosos que, de producirse una colisión frontal, convertirán el airbag en un arma de doble filo al aplastar al ocupante contra el asiento. También se puede sufrir el llamado efecto submarino.
Conducir con calzado o vestimenta inadecuados
Los zapatos y la ropa usados para conducir son muy importantes para mantener en todo momento el control necesario sobre los mandos del coche. Las chanclas o alpargatas pueden salirse del pie o engancharse en los pedales y entorpecer nuestras reacciones, mientras que conducir sin camiseta puede provocar que el cinturón o el airbag nos causen quemaduras.
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