El total de vehículos sin ITV involucrados en accidentes mortales de tráfico se duplica

Las cifras y estadísticas en lo que a ITV se refiere están empeorando durante los últimos años, dejando claro que cada vez hay más absentismo en unos controles de calidad y funcionamiento de los vehículos que sirven no solo para mantener la seguridad vial, sino también evitar que el nivel de las emisiones se dispare.

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Si primero se descubrió que el año pasado el porcentaje de vehículos que no habían acudido a las ITV cuando era pertinente llegó hasta el 40%, ahora los últimos datos de siniestralidad muestran que circular con la ITV caducada repercuten en la mortalidad en carretera. 

Del total de los accidentes de tráfico con víctimas que se contabilizaron en el pasado 2020, un 17% de los turismos en ellos involucrados no tenía la ITV al día. Este porcentaje es casi doble del 10% que se contabilizó el año anterior. Si bien es cierto que durante el 2020 hubo ciertos problemas para renovar la ITV al suspenderse durante el estado de alarma las pruebas, esta no es suficiente razón de peso que justifique el aumento del protagonismo de los vehículos que circulan sin haber superado la inspección.

Las motocicletas son las que más se salvan, pero suspenden igual: el porcentaje pasó del 12 al 15%. En los camiones y vehículos de hasta 3.500 kilos, la cifra se dispara de un 17% a un 33% según muestran los datos ofrecidos por AECA-ITV.

La antigüedad, un factor de riesgo

Los días de margen que tienes para pasar la ITV si te ha caducado

Los vehículos, conforme pasan los años de uso, se deterioran y comienzan a tener defectos que los convierten en peligros potenciales en carretera. Además del mantenimiento y las revisiones pertinentes, la ITV ayuda a detectar fallos y mantener unos estándares de seguridad. 

En un parque automovilístico tan envejecido como el de nuestro país, que es de 12,9 años de media en 2020, la seguridad vial de estos vehículos es un problema. En los accidentes de tráfico mortales, los vehículos involucrados tenían una edad media de 14,9 años que, sumando el factor de llevar la ITV caducada, hace visible el problema de conducir coches viejos sin someterlos a ningún tipo de control externo.