Les llaman patatas revolconas o meneás. Es un plato sencillo, rústico incluso, pero ahora, con el frío, entran como capricho de dioses. Deliciosa y humilde comida de campesinos castellanos.
No pueden ser más básicas: patatas, ajo, pimentón (idealmente debe ser de la Vera) y panceta o torrezno. Gustan y se elaboran desde hace mucho tiempo en Ávila, Cáceres, Salamanca y en la comarca de Talavera de la Reina (en Toledo).
Son estupendas para olvidar el frío que sopla ahí fuera. Pero no conviene abusar de ellas. Son, como parece, un plato muy calórico y de alto contenido en grasas.
Ingredientes
Patatas (medio kilo)
Panceta fresca (125 gr)
Ajo (2 dientes)
Laurel (1 hoja)
Agua (medio litro)
Pimentón (1 cucharada)
Aceite de oliva
Sal
Elaboración
1- Pelamos las patatas y las cortamos en cuadrados.
2- Vertemos el medio litro de agua en una cazuela y lo ponemos al fuego.
3- Cuando el agua hierva, echamos las patatas, el laurel y una cucharadita de sal. Lo cocinamos durante 20 minutos.
4- Retiramos el laurel, colamos las patatas (guardamos un poquito del agua de la cocción) y las reservamos.
5- En el mortero machacamos los dos dientes de ajo con un poco de aceite de oliva.
6- La panceta la freímos en una sartén grande con aceite durante unos 10 minutos. Reservamos.
7- En ese mismo aceite echamos el ajo machacado. Cuando coja color añadimos el pimentón y removemos de inmediato para que no se queme (mejor fuera del fuego).
8- Sólo 1 minuto e incorporamos las patatas cocidas.
9- Mezclamos y, con un tenedor, vamos aplastando y haciendo un puré rústico. Al tiempo vamos echando caldo de la cocción (que habíamos reservado).
10- Servimos colocando la panceta frita en trozos por encima de las patatas.
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