Cada pueblo y ciudad de España tiene sus propios postres tradicionales, delicias dulces, muchas de ellas con siglos de historia, que aún satisfacen a los paladares más golosos. En la Comunidad de Madrid, destacan postres como las rosquillas de San Isidro, los buñuelos de viento o los barquillos. Pero hay otras recetas, quizá menos conocidas fuera de sus lugares de origen, que completan el mapa de los dulces madrileños. Buen ejemplo de ello es la Costrada, un dulce típico de la ciudad de Alcalá de Henares.
La Costrada de Alcalá es una receta emblemática de esta ciudad, que se une a otras como las Rosquillas de Alcalá y las Almendras garrapiñadas. Callejeando por las plazas y calles de esta ciudad, considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se puede ver este postre en casi todas las pastelerías y restaurantes.
La pastelería Salinas, situada en pleno centro de Alcalá, en la plaza de Cervantes, fue la encargada de popularizar este dulce, que se ha convertido en un icono de Alcalá de Henares y su gastronomía. Esta pastelería es la más antigua de la ciudad y abrió sus puertas en 1846. Tuvo el honor de ser proveedora de la Casa Real y cuenta la leyenda que los reyes Alfonso XII y Alfonso XIII ya disfrutaban de su costrada.
La Costrada de Alcalá es una milhoja de hojaldre con dos tipos de relleno: crema pastelera y merengue. El postre se corona con almendra picada tostada y azúcar, una mezcla de sabores solo apta para los más golosos. Su receta es sencilla y tradicional, y se ha ido versionando y modernizando a lo largo de los años, aunque manteniendo su esencia original. Hoy en día, la Costrada de Alcalá se puede encontrar en la mayoría de los restaurantes de la ciudad.
Una receta con origen en el siglo XIX
Para cocinar una costrada hay que tener paciencia y buena mano. Primero, como se explica desde la Concejalía de Turismo de Alcalá de Henares, se debe preparar el merengue, tal como se indica ya en 'Arte de repostería', un libro de Juan de la Mata escrito en 1747: "Bien batidas seis claras de huevos frescos, se irán echando poco a poco en media libra de Azúcar clarificado a la Pluma, algo templado y bien maduro, o emblanquecido con unas rayaduras de Limón o Naranja; se meneará sin cesar hasta que esté en su punto, que se conocerá cuando tomando algo de la masa con la cuchara se deje caer, y si se queda encima de la pasta, está en su perfección".
Una vez se consiguen todos los ingredientes, se dispone una de las planchas de hojaldre y se cubre con el merengue. Encima, se coloca otra vez hojaldre y después una generosa capa de crema pastelera, cerrando el conjunto de nuevo con otra capa fina de hojaldre. Todo el postre se cubre con merengue y, después, con una capa de azúcar y almendra molida finamente. Posteriormente, se pasa al horno hasta que tueste la almendra.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios