¿Qué es y para qué sirve la cúrcuma? 3 recetas para aprovechar al máximo todas sus propiedades

La cúrcuma puede consumirse fresca, o en polvo.
La cúrcuma puede consumirse fresca, o en polvo.
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La cúrcuma puede consumirse fresca, o en polvo.

Marrón por fuera, anaranjada por dentro, la cúrcuma es una de las especias con mayores superpoderes saludables. ¿Los principales? Su acción antiinflamatoria y antioxidante.

Originaria del sur de Asia, esta especia de aspecto parecido al del  jengibre, puede utilizarse en la cocina fresca o en polvo. La primera puede encontrarse en herbolarios y fruterías especializadas; la segunda, en cualquier supermercado.

La cúrcuma forma parte del famoso curry (mezcla de muchas especias), y tiene miles de años de tradición en la cocina india. Los usos que podemos darle en la cocina son múltiples, aunque 'marida' especialmente bien en los arroces (a los que proporciona un color amarillo muy llamativo), los guisos de pollo, las cremas de verduras, y como toque exótico en los smothies.

¿Sabías qué…?

Sólo necesitas una pequeña cantidad para darle color y sabor a tus guisos, porque el poder colorante y saborizante de la cúrcuma es muy elevado. Prueba a sustituir el azafrán en los arroces por esta especia, y les darás un toque muy diferente y original.

La cúrcuma fresca la encuentras en herbolarios y fruterías especializadas.
La cúrcuma fresca se encuentra en herbolarios y fruterías especializadas.
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Aunque la cúrcuma se compra fresca o en polvo, su gran poder sobre la salud se multiplica cuando se cocina (al contrario de lo que puede pasar con otras especias, que pierden propiedades). Eso sí, ten la precaución de añadir esa cucharada de cúrcuma al final de la cocción, y no al principio. 

Respecto a esta especia existe una contraindicación: no está recomendada en personas que padezcan alguna anomalía hepática, ni tampoco en el embarazo. En cuanto a la dosis recomendada, puede tomarse a diario pero no más de 2 gramos, puesto que uno de sus principales problemas (que apenas existen) es la sobredosis.

Con la fuerza colorante de la cúrcuma debes tener precaución y manipularla siempre con guantes para no mancharte. Debes saber, además, que se mantiene fresca en la nevera durante meses y que no pierde propiedades por congelarla. Último consejo: no tires la piel, utilízala como saborizante cuando cuezas verduras para una sopa o puré.

Palabra de nutricionista

Como explica a 20minutos la dietista nutricionista de Naturae Nutrición Salena Sáinz, "a nivel nutricional, la cúrcuma es muy interesante. Contiene curcumina, que es un polifenol con gran actividad antioxidante y antiinflamatoria, además de que tiene propiedades beneficiosas para la salud digestiva y es antibacteriana. La cúrcuma contribuye a proteger nuestra microbiota intestinal, al tiempo que estimula el sistema inmunológico, lucha contra el envejecimiento de la piel y la inflamación de las articulaciones".

El calor aumenta las propiedades de la curcumina.
El calor aumenta las propiedades de la curcumina.
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Y la nutricionista añade a este diario: "al ser un compuesto inestable y de baja biodisponibilidad, una excelente costumbre al cocinarla es acompañarla de pimienta negra o jengibre, que multiplican enormemente su asimilación. A mí me apasiona la cúrcuma por todo lo que contribuye a nuestra salud, pero también porque nos ayuda a disminuir la sal en nuestras recetas".

La reina de las especias

Para continuar con el amplio listado de beneficios para la salud de la cúrcuma, diremos que es fuente de vitaminas como C, E, B1, B2… además de proteger el corazón al reducir el colesterol LDL (más conocido como 'el malo'). Aunque estudios recientes aún no confirmados apuntan en la dirección de que podría tener un efecto protector contra el Alzhéimer, lo que sí está demostrado es el efecto calmante y antidepresivo de la cúrcuma, así como la posibilidad de ayudar a reducir el azúcar en sangre.

Por otra parte, la especia naranja de la que estamos hablando activa la hormona de la felicidad, la serotonina, es cicatrizante, antibacteriana y antiséptica. Los más optimistas se atreven a aventurar que la cúrcuma podría tener cierto efecto anticancerígeno, especialmente en los tumores de colon, estómago, hígado y piel. Pero aún no es una certeza científica.

A continuación os explicamos tres maneras de cocinar la cúrcuma para sacarle todo el partido.

1) Infusión de cúrcuma

Una manera sencilla de tomar todos los días un poco de cúrcuma (hasta 2 gramos, cantidad diaria recomendada) es hacer una infusión con ella y tenerla a mano.

Tomar a diario una infusión con cúrcuma es una buena manera de disfrutar de sus beneficios saludables.
Tomar a diario una infusión con cúrcuma es una buena manera de disfrutar de sus beneficios saludables.
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Pon al fuego el agua de una taza y, cuando empiece a hervir, añade una cucharadita pequeña de cúrcuma. Remueve, baja el fuego y déjalo a temperatura baja durante 5 minutos. Cuando lo apagues, cuélalo, vierte sobre una taza y añade miel, canela y limón o naranja.

2) Crema naranja de verduras 

Otra manera de disfrutar de los beneficios saludables de la cúrcuma es añadirla, en el último momento de cocción, en la cazuela en la que cueces las verduras que tengas por casa para hacer después una exquisita crema. 

Crema de verduras y hortalizas con cúrcuma.
Crema de verduras y hortalizas con cúrcuma.
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También puedes sustituir esa cucharada final de cúrcuma por su piel desde el comienzo de la cocción, que le dará un sabor exótico a tu puré. Pon en una olla con agua puerros, calabaza, calabacines, un tomate, zanahorias, pimienta negra, sal y una cucharada pequeñita de cúrcuma al final. Después, bate con la batidora manual. Tendrás una crema de verduras espectacular.

3) Pollo en salsa de cúrcuma

El pollo es uno de los alimentos que mejor 'maridan' con el intenso y aromático sabor de la cúrcuma. Te proponemos que hagas unas porciones de pollo con esta salsa para sacarle todo el partido a la súper especia.

El pollo en salsa de cúrcuma, una pareja perfecta.
El pollo en salsa de cúrcuma, una pareja perfecta.
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Corta el pollo en trozos y pásalo por la sartén (vuelta y vuelta) con un poquito de ajo muy picado y mantequilla. Para conseguir la salsa, mezcla leche y harina de maíz con una cucharada pequeña de cúrcuma en polvo y una pastilla de caldo de pollo. Cocínala a fuego lento sin dejar de remover hasta que coja consistencia y se eliminen los grumos. Cuando termines, agrega la salsa a los trozos de pollo y tendrás un plato rápido y sencillo… de lo más sabroso.

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