Seguro que alguna vez te ha pasado. Es verano, vas a montar una fiesta en tu casa, los invitados están apunto de llegar y resulta que se te ha olvidado comprar hielos. Darles una bebida caliente no es una opción. Pero no te preocupes porque hay varios trucos para enfriar rápidamente tus bebidas, ya sea cerveza, vino, agua o refrescos, sin necesidad de comprar o hacer hielo. Aquí te contamos algunos de los mejores trucos.
Agua y papel de cocina
Si tienes un congelador cerca, este es, probablemente, el truco más rápido, sencillo y efectivo. Para enfriar tu bebida, ya sea una lata, botella de cristal o de plástico, empapa un papel de cocina con agua y un poco de sal. A continuación, envuelve la lata o botella que quieras enfriar y métela al congelador. En tan solo 10 minutos ya tendrás tu bebida fría.
¿Por qué añadimos sal? Al mezclar agua y sal se produce una reacción endotérmica mediante la que la sal absorbe energía de la bebida. Como la sal necesita calor para disolverse, lo cogerá de la lata o la botella en cuestión y provocará que el frío del papel congelado llegue mucho más rápido al recipiente.
Vasos congelados
Otra de las opciones que te damos si se te han olvidado los hielos es usar el congelador para enfriar los vasos, como vemos hacer en muchos bares y restaurantes. La solución es meter jarras o vasos de cristal grueso en el congelador y, en poco tiempo, quedarán congelados. Si echamos nuestra bebida, aunque esté a temperatura ambiente, se enfriará por el contacto con el cristal frío.
El método más tradicional: un botijo
Aunque las nuevas generaciones desconocen en muchas ocasiones la utilidad de los botijos, es una técnica infalible para mantener agua fresca en los meses de calor. La clave está en que los botijos están hechos de un barro arcilloso que da a las paredes cierta porosidad. A través de estos poros, se filtra el agua de su interior (se dice que el botijo suda) y, una vez en contacto con el medio ambiente, se evapora. Para ello, necesita un aporte de energía, una parte del calor la suministra el entorno pero, al no ser suficiente, lo toma de la propia agua del botijo, enfriándola. Aunque no es el método más rápido, sí es una opción interesante para mantener agua fresca en sitios donde no contamos ni con hielo ni con una nevera.
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