Ya sabemos que las compras de Navidad no se pueden dejar para el último momento. Pero ni los regalos ni mucho menos la comida. Lo primero porque si dejamos lo de comprar los productos a última hora, el precio de la cesta de la compra se nos va a disparar a medida que no acercamos a Navidad, y lo segundo porque corres el riesgo de quedarte sin aquellos ingredientes que necesitas.
Tener claro cómo congelar y descongelar marisco es fundamental nos encontremos o no en fechas navideñas, aunque en estas semanas cobra más sentido que nunca, ya sea para comprar y congelar los días previos a la cena de Nochebuena o Nochevieja, o ya sea para que no se echen a perder las sobras y poder disfrutarlas en otro momento.
Si empezamos a comprar el marisco ya tenemos que congelarlo para evitar que se nos estropee. Y es tan importante el proceso de congelación como el de descongelación.
Cómo congelar
Antes de meter el marisco en el congelador tenemos que prepararlo, dependiendo de qué se trate. Si lo que vamos a congelar son centollos, nécoras o bogavantes lo primero que tenemos que hacer es cocerlos en agua dulce. Cuando estén cocidos, empapamos un paño de cocina en el agua de cocción, envolvemos el marisco y lo cubrimos con una capa de papel film. Listo para meterlo en el congelador. Eso sí, siempre con las patas para arriba, para evitar que se desparramen los jugos.
Si lo que vamos a congelar son langostinos, camarones o cigalas podemos hacerlo ya cocidos o no y en cuanto a las ostras y los percebes no es buena idea congelarlos, ya que pierden gran parte de su sabor. En el caso de los bivalvos, cuando los vayamos a congelar nos debemos asegurar de que estén vivos, por lo que debemos inspeccionar a fondo si hay ejemplares muertos antes de meterlo al congelador.
Cómo descongelar para mantener la calidad
Existe una diferencia entre descongelar el pescado que ya está cocido y hacerlo con el que no hemos cocido aún. Aquel marisco que hemos cocido antes, como el centollo o las nécoras debemos descongelarlo poco en el frigorífico, para que no sufran un cambio brusco de temperatura. Lo ideal es mantener este tipo de mariscos en la nevera hasta una hora antes de servirlos.
En el caso de las gambas, los langostinos y este tipo de mariscos que hemos congelado en crudo, es importante no sacarlo del congelador y meter todo el bloque de hielo a cocer de inmediato, porque de esta manera ocurrirá que las piezas que están por fuera se cuezan de más y se queden demasiado blandas.
Por ello, primero debemos dejar descongelando el marisco por lo menos hasta el punto que podamos separar todas las piezas que hemos congelado. Lo siguiente es meterlo a cocer en una cazuela con un buen puñado de sal y cuando haya alcanzado el punto de cocción, lo metemos en un bol con agua helada, para que la carne de este tipo de mariscos se quede tersa y conseguir así la textura que deseamos.
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