Los cuatro alimentos que se descomponen más rápido con los que tendrás que tener cuidado

Algunos productos son un poco más sensibles al calor y, por lo tanto, aguantan menos, en buen estado. Si quieres tenerlo en cuenta antes de comprarlo o después, quédate a ver cuáles son. 
Pescado y marisco
Pescado y marisco
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Pescado y marisco

Durante los meses de verano es importante tomar precauciones adicionales en la manipulación de alimentos que pueden acabar en mal estado más pronto. La cuestión es que con el calor, los alimentos, además, son especialmente sensibles por el riesgo de toxiinfección alimentaria que aumenta con las altas temperaturas, ya que favorecen el crecimiento bacteriano.

Antes de nada, hay que tener en cuenta que, mantener los alimentos a la temperatura adecuada, es decir, en la nevera cuando sea necesario retarda el crecimiento de microorganismos sin que se vean alterados sus cualidades nutricionales y organolépticas.

Una sola bacteria que permanezca durante ocho horas a una temperatura que se acerca a los 25 °C puede llegar a producir 17 millones de las mismas. Por esto debemos tener bastante más cuidado con la higiene y la conservación durante esta temporada. 

Para que lo tengas en cuenta a la hora de ir al supermercado, te vamos a decir cuáles son los alimentos más vulnerables a estropearse y cómo puedes evitar que se deterioren tan rápido.

Los cuatro alimentos que más rápido se estropean en verano

En primer lugar, el huevo. Es importante fijarse sobretodo en la cáscara, para tener en cuenta que esté limpia y bien etiquetada. También, por su puesto, es importante comprobar la fecha de consumo preferente y si estamos en casa, conservarlos en la nevera.

A la hora de manipularlos, no es necesario que los lavemos antes de guardarlos en la nevera, pero sí antes de usarlos. También es importante que te laves las manos y que estén limpios los utensilios que vas a utilizar antes de manipular el huevo. 

Cuando estemos cocinando, no debemos romper el huevo cerca del plato o en el recipiente donde lo vayamos a batir y una vez hayamos cocinado con huevo, es importante que no dejes la tortilla a temperatura ambiente, sino que esté tapada y bien refrigerada. 

Huevos
Huevos
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Por otro lado, el marisco, al ser fresco, es muy sensible y caduco. Se descompone muy rápido y puede no ser seguro para comer, después de un corto periodo de tiempo. 

Para evitar que se ponga malo antes de tiempo, cuando vayas al supermercado, tienes que fijarte en que la cáscara sea lisa y brillante y que las conchas estén bien cerradas. Lo ideal es que lo consumas el día de la compra y que lo cocines en el punto ideal, para eliminar los virus y bacterias. Pero si no lo haces el mismo día debes conservarlo en la nevera. 

Mariscos
Mariscos
Lisovskaya Natalia

La carne, por su contenido en proteínas y en agua, es un alimento muy susceptible a la contaminación bacteriana por SalmonellaListeria y E. coli. Como es mejor prevenir que curar, cuando estés en el supermercado tiene que ser de los últimos alimentos que añadas a tu carro de la compra, para reducir el máximo tiempo posible de su conservación en la nevera o el congelador. 

Durante su preparación, debes estar atento a que se cocine toda la pieza. Cuanto más cruda esté la carne, más posibilidades hay de que se produzca una intoxicación alimentaria. A todo esto, evita que la carne que ya esté cocinada, se junte con la que se va a cocinar para evitar que se crucen contaminaciones. 

Carne cruda
Carne cruda
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El pescado se ve bastante amenazado por patógenos que afectan a su seguridad como son Vibrio, Campylobacter y Staphylococcus aureus y bacterias como Salmonella, Listeria monocytogenes y Shigella, que pueden aparecer en el pescado si se alcanzan temperaturas superiores a 10ºC. 

El deterioro microbiológico del pescado tiene dos puntos clave, la manipulación desde que se captura y la temperatura de conservación. Cuanto más elevada sea la temperatura, mayor será el riesgo de que se desarrollen microorganismos.

Para que sea apto para el consumo, un pescado tiene que respetar las normas de frescura, higiene y sanidad. Mantenerlas, pasa por limpiar cada pieza, eliminar las vísceras, congelar el pescado que se quiera consumir crudo y cocinar la cantidad justa. La temperatura de conservación y cocción son claves para mantener el pescado en buen estado. Un pescado estropeado tiene un aspecto seco, sin brillo, con los ojos y la pupila hundidos y sucios y la carne blanda. 

Pescado fresco
Pescado fresco
TONO BALAGUER

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