¿Todavía te queda seca? Aprende el truco para que la tortilla francesa te salga jugosa pero hecha

El huevo es uno de esos alimentos que te va a sentar bien el día después de consumir alcohol.
Hasta la sencilla tortilla francesa tiene su pequeña ciencia.
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El huevo es uno de esos alimentos que te va a sentar bien el día después de consumir alcohol.

Nada tan fácil como hacer una tortilla francesa. Eso lo consiguen hasta los más torpes en la cocina: desde el estudiante bisoño de piso compartido, al marido (machista) que se queda por unos días sin su esposa (la que cocina), pasando por el guiri inglés que ha decidido vivir en España. Pero no.

Hacer una tortilla francesa sin más sí, es fácil. Se baten los huevos se echan a la sartén y en un pispás se retira. Pero la buena tortilla tiene más arte y algún truco, por ejemplo, para que quede jugosa pero hecha.

Pueden pasar por el congelador, pero deberán hacerlo sin la cáscara, ya que esta puede romperse. Por tanto, claras, yemas o huevos duros podrán aguantar varios meses conservando sus propiedades.
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Pixabay/Peggychoucair

La base es batir muy bien los huevos. Se trata de conseguir algo así como la textura de una mousse. Pero no es fácil. Por eso los grandes cocineros tienen su método para conseguir ese batido perfecto.

Lo que hacen es trabajar por separado las claras de las yemas. Separamos unas de otras; batimos las claras en un bol, hasta que casi estén a punto de nieve; las yemas, en otro; y sólo al final, las mezclamos y acabamos de batir.

De este modo conseguimos tener una base mucho más esponjosa (mucho más mousse). Sí, nos va a llevar algún minuto más, pero lo vamos a agradecer en el resultado final.

Otras instrucciones fundamentales

Separar claras y yemas es el truco que pocos conocen, pero hay más pautas que nos van a ayudar a lograr la tortilla perfecta, hecha pero jugosa en su interior. De entrada, los huevos. Deben ser frescos y estar a temperatura ambiente.

Preparación de una tortilla francesa.
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El tamaño de la sartén también importa. Es lógico. Cuando la sartén es muy grande, la tortilla no encuentra límite; se extiende y se extiende, de modo que toda ella está en contacto con el metal (el calor). El resultado es que se hace por completo; no hay parte suave y melosa. Por el contrario, si utilizamos una sartén demasiado pequeña, la tortilla no cuaja bien: poco por dentro y demasiado por fuera.

La potencia de fuego también es básica. Lo adecuado es empezar a fuego medio (el primer minuto) y luego ya a fuego bajo. Finalmente, la sal. Nunca se añade antes de batir los huevos. Es decir, batimos los huevos (ahora ya sabemos que claras y yemas por separado) y después la sal, las especias o lo que queramos ponerle, chorizo, queso, jamón, etc.

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