Diferencia entre centollo y buey de mar: de la textura al sabor de la carne

Centollo
Centollo
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Centollo

No vamos a negar que cualquier época del año es buena para ponernos finos a marisco, pero la Navidad es por excelencia, esa época del año donde disfrutar a la mesa de todos los manjares en un ambiente de lo más especial. 

Sin duda el marisco es uno de los platos más populares en estas fechas. Desde langostinos, gambas o quisquillas hasta langostas o centollos se convierten en los auténticos protagonistas de las mesas más suculentas preparadas para disfrutar con nuestros seres queridos. 

A no ser que seas un auténtico amante del marisco y recorras el país de marisquería en marisquería buscando los mejores productos del mar, es probable que aún te cueste distinguir algunas piezas como el centollo y la centolla, o el buey de mar. Toma nota de qué detalles debes tener en cuenta para descubrir si lo que tienes ante tus ojos es centollo o buey de mar. 

Centollo vs. buey de mar

Aunque de un primer vistazo si no conocemos demasiado estos mariscos, por su forma nos pueden parecer bastante similares, lo cierto es que de una manera sencilla podemos encontrar marcadas diferencias para conseguir identificarlos. 

Lo primero, es el color. Mientras que el buey de mar es de color pardo y con manchas blancas en el vientre, el centollo es más rojizo. La forma y la textura de ambos también suponen una clara diferencia ya que, el buey de mar tiene una textura lisa y una forma bastante ovalada, similar a la de un cangrejo pero de gran tamaño. Por su parte, el centollo tiene una forma menos achatada y protuberancias por todo el cuerpo y las patas con las que debemos tener cuidado para no pincharnos. En la parte frontal tiene dos protuberancias más marcadas y los ojos retráctiles. 

En cuanto a las patas, tanto el centollo como el buey de mar tiene pinzas en las dos primera y están cubiertas de algo de pelo. En el caso del centollo, los extremos de las patas son de color negro. 

En cuanto a su carne, la del buey de más es más delicada, sabrosa, y suele contener más que el centollo. 

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