Los calamares y los chipirones son dos de los pescados más populares en cualquier carta de raciones, y es que ya sea a la plancha, en salsa, rebozados o a la romana, no hay paladar que se resista a estas delicias del mar.
Si además de disfrutar de los calamares y los chipirones cuando sales a comer o cenar fuera te gusta comprarlos para preparar en casa tus propias recetas con estos cefalópodos, seguramente sepas diferenciar a simple vista una especia de la otra, si no compras asiduamente estos pescados puede que te surja confusión.
El tamaño, el color, los tentáculos... ¿son lo mismo o son variedades diferentes de cefalópodos? Te contamos en qué debes fijarte para diferenciar los calamares de los chipirones cuando acudes a tu pescadería de confianza.
Un mismo producto de diferente tamaño
Si lo que quieres comprar son calamares, o bien para hacerte un buen bocata a la madrileña y para prepararlos a la romana, por ejemplo, tienes que fijarte lo primero en su color, entre transparente y rosado.
El tamaño de los calamares suele rondar los 20 centímetros y debemos encontrar una cabeza perfectamente diferenciada, dos tentáculos y ocho brazos.
Por su parte, los chipirones son una delicia que se suelen comer en su tinta o fritos en cualquier punta de la geografía de nuestro país, aunque no son otra cosa que calamares pequeños a los que se les da otra denominación que comenzó a usarse en País Vasco para referirse a los calamares de playa de tamaño pequeño.
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