'The Last of Us': El creador del videojuego explica ese beso que cambia lo que sabíamos

Neil Druckmann dirige el segundo episodio de la serie, donde aporta nueva información sobre la infección apocalíptica.
Anna Torv y Pedro Pascal en 'The Last of Us'
Anna Torv y Pedro Pascal en 'The Last of Us'
Cinemanía
Anna Torv y Pedro Pascal en 'The Last of Us'

[Este artículo contiene SPOILERS de 'THE LAST OF US' 1x02]

El segundo episodio de The Last of Us ha permitido a los espectadores de la serie de HBO familiarizarse con una característica particular del videojuego original: cada personaje que aparece corre el riesgo de morir en un abrir y cerrar de ojos. Esta semana, en el episodio que ha dirigido Neil Druckmann, con guion del showrunner Craig Mazin, hemos tenido ocasión de constatarlo de nuevo con el destino de Tess, el personaje interpretado por Anna Torv.

Además, el creador del videojuego original ha aprovechado este episodio para contar una faceta inédita hasta ahora de la propagación del hongo Cordyceps que causa el fin de la civilización cuando comienza a infectar a los seres humanos: la posibilidad de transmitir la infección no mediante un violento mordisco, sino con un delicado beso con lengua (perdón, zarcillos).

Así es como sucede al final del segundo episodio de la serie. Tess descubre que ha sido contagiada mediante el método tradicional de la dentellada tras su reciente encuentro con dos infectados en el museo de la ciudad. Ante la llegada de una peligrosa horda de infectados al cuartel de los Luciérnagas que ella, Joel (Pedro Pascal) y Ellie (Bella Ramsey) han encontrado arrasado, Tess decide sacrificarse para que sus compañeros tengan la oportunidad de huir mientras ella se queda atrás.

La muerte de Tess: diferencias con el videojuego

Aquí es donde la serie de The Last of Us difiere con el videojuego. En el juego, Tess moría enfrentándose a un grupo de soldados de FEDRA mientras facilitaba la huida de Joel y Ellie. En la serie sucede algo parecido, pero con la horda de infectados que se acercan. No obstante, la mayor aportación de la serie reside en el beso que recibe Tess de un infectado instantes antes de volar por los aires en la trampa explosiva que ha preparado.

Cuando llegan los infectados, uno de ellos se acerca al personaje de Anna Torv y, en vez de ir corriendo a morder su yugular, quizás como ya detecta que la infección ha empezado a desarrollarse dentro de ella lo que hace es abrir su boca junto a la suya e introducirle un ramillete de zarcillos (los pequeños tallos del hongo que ya hemos visto salir de las bocas de otros infectados) como si le estuviera dando un beso con lengua.

"Estas cosas no tienen que ser violentas a no ser que luches contra ellas para evitar su expansión", ha dicho Druckmann en declaraciones para Entertainment Weekly donde explica esta nueva incorporación a los elementos característicos de la infección de The Last of Us. "Lo que ocurre con [el personaje de] Anna [Torv] lo demuestra de una manera hermosa y terrorífica". 

Zarcillos contra esporas

Este detalle no contemplado en ninguno de los videojuegos de The Last of Us fue fruto precisamente de la voluntad de Craig Mazin de diferenciar a los infectados de Cordyceps de los zombies tan habituales en el cine y las series de los últimos años. "Es mucho más que un mordisco. Pasan más cosas", explica Druckmann, que es como llegaron a la idea de los zarcillos del Cordyceps para mostrar el efecto de mente colmena que también queda perfectamente retratado en el segundo episodio de la serie.

Estos zarcillos no son una invención salida de la nada. Mazin y Druckmann los sacaron de dibujos de concept art del videojuego, donde se podía ver zarcillos creciendo de la piel de los infectados consumidos por el hongo. "Teniendo en cuenta cómo crecen en las paredes, nos parecía lo más adecuado para explicar cómo salen también de los infectados".

Así llegamos a otra diferencia respecto al videojuego de The Last of Us que varios jugadores han comentado: en la serie no han aparecido las temibles esporas que tan mal lo hacen pasar mientras juegas. Druckmann deja claro que una cosa no tiene que ver con la otra, los zarcillos y las esporas son independientes. La serie no usa la infección por esporas (de momento) ya que obligaría a los actores a cubrirse las caras con mascarillas muy a menudo.

"Si hubiera tantas esporas y se transmitieran por el aire, la infección habría ido incluso más rápido. Se hace difícil creer que alguien hubiera podido escapar", explica Mazin respecto al universo que han establecido en la serie. "Pero no significa que hayamos eliminado las esporas de la serie. Simplemente no hemos llegado a ellas todavía. Es posible que vuelvan a aparecer. Lo que quiero transmitir es que quizás tengamos un plan".

¿Habrá esporas más adelante en la serie de The Last of Us? Si no es en esta temporada, puede que en la segunda ya no nos libremos de ellas.

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