Kaya Scodelario (Londres, 1992) repetía insultos de las primeras películas de Guy Ritchie antes incluso de haberlas visto. Aquellas frases la introdujeron en su cine. “Tenía un grupo de amigos que se sabía prácticamente todos los diálogos de Snatch y era muy divertido, casi nostálgico, estar en el patio, el parque o donde fuera, todos gritándonos insultos los unos a los otros”, nos cuenta.
Theo James (Oxford, 1984) ríe a su lado y también reconoce el impacto que Lock & Stock (1998) y Snatch. Cerdos y diamantes (2000) tuvieron en él: “La banda sonora, los cortes, el trabajo de cámara... Estas producciones formaron a nuestra generación cuando éramos niños”.
Dos décadas después, James y Scodelario protagonizan The Gentlemen: La serie, extensión de The Gentlemen: Los señores de la mafia (2019), el filme del británico que nos trajo a Matthew McConaughey, Hugh Grant y Colin Farrell envueltos en el tráfico de marihuana.
Tras flirtear en las últimas décadas con franquicias y blockbusters (Sherlock Holmes, Operación U.N.C.L.E., El rey Arturo, Aladdin), este universo que ahora se expande en televisión marca el regreso de Ritchie a esos bajos fondos de Lock & Stock, Snatch o RocknRolla (2008) que lo catapultaron en sus inicios.
'The Gentlemen' y sus protagonistas
Recuperando del filme homónimo el ecosistema podrido de ricachones y gánsteres, de dinero y violencia, el cineasta se rodea de nuevos personajes y viejos conocidos como Vinnie Jones en una serie que produce, coescribe junto a Matthew Read y cuyos dos primeros episodios dirige.
La trama sigue a Eddie Horniman (James), un oficial del ejército que, después de heredar la finca de su aristocrática familia tras la muerte de su padre (Edward Fox), descubre que esta alberga una enorme plantación de marihuana. “Me gusta interpretar a un hombre que, en esencia, es una persona con moral. Alguien que vuelve a casa y se da cuenta de la corrupción que hay alrededor, pero es levemente seducido por el lado oscuro, por la violencia y el poder que lo envenenan”, afirma James sobre Eddie, el nuevo duque de Halstead.
Pese a la intención inicial del protagonista de romper con los negocios turbios de su progenitor, las deudas generadas por las adicciones a las drogas y al juego de su hermano Freddy (Daniel Ings) lo arrastran a ese submundo de mafia y perdición, donde sus mejores aliados resultan ser los propietarios de la plantación que se esconde debajo de su hogar: el capo del cannabis Bobby Glass (Ray Winstone) y su hija, Susie Glass (Scodelario).
Susie es quien realmente dirige el día a día del imperio familiar. Sin muchos referentes cinematográficos que le mostraran cómo actúan ellas dentro del crimen organizado, la actriz buscó al personaje en mujeres que conoció en su infancia y adolescencia.
“Algunos amigos míos venía de familias poco fiables y siempre era la madre la que más miedo me daba", cuenta: "La matriarca es la figura escalofriante porque ve todo lo que está pasando y está al mando sin que sea obvio. Susie es tranquila, callada, observadora. Hay algo muy poderoso en eso, así que me inspiré en las mujeres con las que crecí, que siempre estaban al mando, pero tal vez no lo decían”.
'The Gentlemen' y las malas calles de Londres
Londres es frenético, impredecible, sangriento y demente en manos del mejor Guy Ritchie. James, recién salido del paraíso contenido y falseado de The White Lotus, tuvo que adaptarse a este nuevo escenario. “Fue un cambio para mí, sobre todo a nivel de estilo. Guy es muy específico, debes meterte de lleno en su estilo y, honestamente, lleva un tiempo hacerse a él, pero cuando entiendes que tienes que confiar en el proceso, se vuelve divertido”, nos cuenta sobre la forma de trabajar del creador.
McConaughey y otras estrellas que han colaborado con Ritchie previamente han revelado que el autor modifica el guion en el set, y James da fe de ello: “Es bastante específico, pero luego también llega al set y dice: ‘Nada, nada, que le den a esto, vamos a hacer otra cosa’. Lo reescribe contigo en el momento y vas encontrando lo que quiere. Puede ser satisfactorio, aunque también desconcertante”.
Otro aspecto que coinciden en alabar quienes han trabajado con Ritchie es su forma única de contar historias, esa mirada tan personal con la que retrata las calles más revueltas y enviciadas de Londres. Para Scodelario, que se introdujo en el mundo de Ritchie gritando los insultos de sus criminales más icónicos, es un privilegio forma parte del legado del cineasta.
“Cuando empecé a adentrarme en sus películas, disfruté mucho viendo cómo mostraba la cultura británica a una escala tan global”, explica la intérprete: “Es muy raro que veamos producciones de nuestro país que se sientan tan londinenses, con dialectos que reconocemos. Me parece increíble tener el presupuesto para mostrar esa realidad a lo grande y, como británicos, estamos muy orgullosos de sus obras. Para mí es muy emocionante ser parte de todo esto”.
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