Salchichas y calamares: así de “creativa” es la receta de la paella de ‘Ozark’

Las temporadas pasan y poco a poco Ozark se va distanciando de la etiqueta de “el Breaking Bad de Netflix” que se le endosó al poco de estrenarse en 2017. Este thriller desarrollado por Bill Dubuque y Mark Williams ha ido defendiendo su propia identidad, gracias a la tensión que transmiten unos guiones ejemplarmente actuados por Jason Bateman o Laura Linney, y un devenir dramático que no excluye (como pasaba con el título de Vince Gilligan) los ramalazos de comedia negra. El último de ellos que ha sorprendido a las redes sociales ha venido aparejado con la llegada de su cuarta temporada.

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Este 21 de enero Netflix estrenó la nueva temporada de Ozark, que también resulta ser la mitad inicial de la recta final de la historia, cuyos últimos episodios llegarán a lo largo de 2022. En su cuarto episodio, muchos espectadores se han quedado sin habla ante la conversación que mantienen el cocinero Kerry Stone (Eric Lardin) y el gerente del hotel donde se aloja, interpretado por John Gettier. Y es que este último anda preocupado por si su receta de paella no es la apropiada; incluso deja caer que su prometida le abandonó por no saber cocinar este plato, de modo que le plantea sus dudas a Stone.

“Una vez le hice una paella a mi exprometida y dijo que no le sabía auténtica. He pensado que, como le tengo delante…”, declara el personaje de Gettier. Impasible, Stone le pregunta qué ingredientes le echó, y la respuesta es una pesadilla culinaria capaz de conducir a conflictos autonómicos: pollo, salchichas, gambas, calamares, tomates, cebolla, ajo, mejillones… Stone va lanzando palabras sin parar, y a todas ellas el gerente del hotel asiente con la cabeza. Por último, el cocinero dice “ya, es que es demasiado, tío” y se marcha mientras Gettier asiente y apunta algo en el papel. Consulta terminada.

En Netflix son conscientes de las pesadillas que esto puede provocar en los integristas paelleros, por lo que ha colgado la escena completa en Twitter con el mensaje inevitable: “sufriendo en valenciano”. Así se las gastan en la localidad de Ozark, Arkansas.

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