¿Qué era un 'Shogun' en el Japón antiguo? El significado de la serie de Disney+

Los señores feudales del archipiélago pasaron siglos masacrándose entre ellos para ostentar este rol. 
'Shogun' cuida su apartado artístico con mucho detalle
Hiroyuki Sanada en 'Shogun'.
Disney+
'Shogun' cuida su apartado artístico con mucho detalle

Manejarse con las cosas del Japón feudal es difícil. Que se lo digan a ese Blackthorne (Cosmo Jarvis) más perdido que el barco del arroz ante las costumbres del país del Sol Naciente y las intrigas entre sus daimíos (señores feudales). Unas intrigas que, conforme se escoran más y más hacia la guerra, giran progresivamente en torno a una palabra: "Shogun".

En honor a la verdad, la serie más samurái de Disney+ se las apaña bastante bien a la hora de sumergir a los bárbaros occidentales en su ambientación. No obstante, en beneficio de los gaijin (forasteros, en el sentido más peyorativo posible) que nos la tragamos cada semana, bien está repasar antiguos poemas épicos y crónicas repletas de sangre e higadillos, a fin de explicar qué implica ese título tan importante. 

¿Qué significa "shogun"?

Aunque se suele traducir a las lenguas occidentales como "dictador" o incluso "generalísimo", la palabra "shogun" tiene una etimología más complicada. 

En su forma más primitiva, sería una abreviatura de "Sei-i Taishôgun": "comandante en jefe de la fuerza expedicionaria contra los bárbaros". Así, hablamos de líderes militares que dirigían incursiones contra los pueblos del norte del archipiélago (especialmente los emishi de la isla de Honshû) para someterlas al poder imperial.  

Con el tiempo, este significado cambió, ajustándose al progresivo dominio de la casta samurái sobre la aristocracia cortesana, un giro que se volvió irreversible a partir de la guerra Genpei (1180-1185). Narrado por las crónicas en términos semilegendarios, este conflicto entre los clanes Taira y Minamoto convirtió a los militares, que hasta aquel momento habían sido poco más que perros con espadas, en señores absolutos de Japón.

En 1182, el daimío Minamoto no Yoritomo fue nombrado shogun por el emperador, convirtiéndose en gobernante de facto y dotando al término con su significado actual: el de un caudillo militar que, apoyado en la fuerza de sus ejércitos, controla el país mientras el monarca y su corte quedan relegados a una función meramente simbólica. 

Yoritomo y sus descendientes gobernaron durante el llamado 'shogunato Kamakura'. Tras la caída del mismo y la guerra civil de rigor, nos encontramos con el shogunato Ashikaga (1336-1573). El hundimiento de este régimen durante la guerra Onin (1467-1477) dio al traste con una estabilidad siempre precaria, poniendo en marcha el período Sengoku: la sucesión de luchas entre clanes que asoló Japón durante un siglo y medio. 

¿Qué ocurre durante la serie?

Con sus épicos baños de sangre y su reparto de figuras carismáticas (que caen como chinches, bien a manos de sus enemigos, bien haciéndose el seppuku cuando les toca), el período Sengoku es campo abonado para la ficción histórica. Tanto en literatura como en cómic, TV, cine y videojuegos, la cultura japonesa ha bebido de él durante siglos. Y, como demuestra Shogun (tanto la novela original de James Clavell como la serie), los autores occidentales tampoco son ajenos a su atractivo.  

Poblada por nombres que suenan a entrechocar de katanas (Takeda Shingen, Uesugi Kenshin, Date Masamune...), esta era de la historia nipona llegó a su fin justo en la época que nos muestra Shogun. Y esto se debió a tres figuras (los "grandes unificadores") que, si bien disfrazadas, ya han aparecido en el show. 

La primera de ellas es Oda Nobunaga, un señor feudal tan brillante como cruel que destruyó los últimos restos del shogunato Ashikaga, y al que la serie rebautiza como Kuroda. La segunda fue Toyotomi Hideyoshi: este antiguo campesino que, tras llegar al poder, sometió a su clase de origen y destruyó la movilidad social, nos es conocido con el título de Taiko.

En cuanto al tercero de los grandes unificadores, dejémoslo en que atendió en la vida real por Tokugawa Ieyasu... y en la ficción por Yoshii Toranaga (Hiroyuki Sanada). Gracias a su talento político y su afilado oportunismo, este antiguo esbirro de Nobunaga y Hideyoshi logró imponerse al resto de señores feudales, poniendo fin al período Sengoku en la batalla de Sekigahara (1600) y el asedio de Osaka (1615). 

Tras la proclamación de Ieyasu como nuevo dictador, el shogunato Tokugawa acabó con las guerras civiles y cerró Japón a toda influencia extranjera (incluyendo el cristianismo). Este régimen duró más de dos siglos, pero la restauración Meiji acabó con él a su vez en 1868, devolviendo el poder a manos del emperador. Como avisa un viejo poema, "el sonido de las campanas de Gion nos recuerda la fugacidad de todas las cosas...".

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