Crítica de 'El problema de los tres cuerpos' en Netflix: los creadores de 'Juego de tronos' lo han vuelto a hacer

Netflix tiene un nuevo fenómeno entre manos: David Benioff y D. B. Weiss reformulan la ciencia ficción con una serie totalmente opuesta pero tan ambiciosa y adictiva como 'Juego de tronos'.
Fotograma de 'El problema de los 3 cuerpos'
Fotograma de 'El problema de los 3 cuerpos'
Cinemanía
Fotograma de 'El problema de los 3 cuerpos'

[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE EL PROBLEMA DE LOS 3 CUERPOS] 

“Vendrán a salvaros de nosotros mismos”, dicen en El problema de los 3 cuerpos. La ciencia-ficción es, probablemente, el género más flexible en cualquier formato. Se entremezcla con otros relatos a sin dificultad, permite extender sus límites más que cualquiera y otorga mayor libertad creativa a quienes lo trabajan. Sin embargo, incluso dentro del género más ecléctico hay subgéneros encorsetados, como pueden serlo las invasiones alienígenas.

El problema de los 3 cuerpos es la historia de una conquista extraterrestres y, a la vez, no lo es. Basado en la trilogía del autor chino Liu Cixin, David Benioff y D. B. Weiss han vuelto a confiar en un éxito literario en su primera colaboración con Netflix tras el éxito arrollador de Juego de tronos. 

La dupla, que para este nuevo proyecto suma a Alexander Woo (True Blood) al equipo creativo, demuestra una vez más lo bien que se le da trasladar un universo ficticio plasmado en las páginas y reinterpretado en la mente de cada lector a la pantalla, volviendo a cuidar el aspecto visual y a sus personajes protagonistas. 

Desde la Revolución Cultural china de los 60 hasta la Gran Bretaña contemporánea, pasando por varios mundos de realidad virtual, la apuesta televisiva aborda las consecuencias en el presente de la fatídica decisión que tomó una joven en los años 60. 

Cinco amigos y científicos brillantes, conocidos como los ‘cinco de Oxford’ (Jovan Adepo, John Bradley, Eiza González, Alex Sharp y Jess Hong) deben colaborar con un policía poco ortodoxo (Benedict Wong) para enfrentar la futura llegada de los San-Ti, la raza alienígena que ya ha emprendido su viaje de 400 años hacia la Tierra con el objetivo conquistarla.

El problema de los 3 cuerpos es la apuesta más sugestiva y diferente que hay ahora mismo en televisión, la combinación perfecta entre cine de invasión, thriller de espías y drama humano. Es un análisis en profundidad de la reacción humana ante una crisis global. ¿Somos realmente insectos que necesitan ser exterminados?

'El problema de los 3 cuerpos', una serie de personajes

A menudo, la ciencia ficción, absorta en la creación de mundos y nuevas realidades, descuida el corazón que debe tener cualquier historia, pero eso no pasa en El problema de los 3 cuerpos. Tiene la ambición y la espectacularidad que esperas de ella, pero siempre a disposición del componente humano. 

Como decíamos, esta no es una serie de invasiones alienígenas. Aquí lo de menos es la ocupación; no en vano para cuando los San-Ti alcancen la Tierra ya no quedará vivo nadie de los presentes. Aquí lo que interesa es la respuesta del hombre ante una amenaza que podría desembocar en extinción en un futuro, reflejada en los protagonistas, pero también en el resto de personajes.

La comparación con el cambio climático resulta inevitable: hay quien quiere atajar el problema en el ahora, quien prefiere despreocuparse por algo que no le tocará vivir, quien se sacrifica por el bien común y quien acepta el fin de una humanidad que se ha condenado con sus actos. 

La conquista es una excusa para contar una historia de personajes, de protagonistas imperfectos que dudan, que luchan, se corrompen o que se rinden, planteando si hay salvación posible. Destacan Alex Sharp, brújula emocional de este viaje, y Benedict Wong como poli que opera según sus propias reglas. También a Eiza González, la 'Oppenheimer' que tiene el poder para destruirlo todo, un caro coste para su salud mental.

'El problema de los 3 cuerpos' no es 'Juego de tronos'

Weiss y Benioff saben lo que es morir de ambición y éxito. Les pasó en Juego de tronos. Con El problema de los 3 cuerpos, han conseguido el primer objetivo que tenían: hacer algo totalmente diferente a la fantasía épica que los catapultó. De su paso por los Siete Reinos queda lo bueno: el talento de la dupla para sacar provecho a mundos literarios, la violencia exacerbada en momentos clave (la masacre del canal de Panamá es la 'Boda Roja' de esta serie) y los colaboradores que repiten. 

Los creadores consiguen sorprender y emocionar en esta exploración de la condición humana desde el campo de batalla de la ciencia ficción, y han aprendido a contener esa espectacularidad gratuita de la que a veces abusaban en Poniente, sobre todo en sus últimas temporadas.

Esto no es Juego de tronos. Esto no es ciencia ficción convencional. Tampoco es otra invasión alienígena. Es un nuevo fenómeno del streaming por mérito propio, uno que no ha olvidado que las amenazas ajenas y batallas futuras no son sino una herramienta más que, usada con tino, nos permiten conocernos más. Y, en el proceso, sigue regalando entretenimiento diferente y excitante.

Somos insectos, pero los insectos no se van a ninguna parte. Ahora solo queda tenerlo presente para no terminar muriendo de ambición o éxito. 

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