“Ni la mitad del libro es cierta”: Críticas a ‘Tokyo Vice’ por la veracidad de sus fuentes

La serie de Michael Mann se basa en las memorias del periodista Jake Adelstein.
Fotograma de 'Tokyo Vice'
Fotograma de 'Tokyo Vice'
HBO Max
Fotograma de 'Tokyo Vice'

En principio, el único problema con el que debía lidiar Tokyo Vice era con la imagen pública de su actor protagonista, Ansel Elgort. Quien encabezara el reparto de West Side Story había sido acusado de abuso sexual, sin que este cargo trascendiera el marco de las redes sociales, de modo que la llegada de Tokyo Vice a HBO Max hace unas semanas estuvo marcada casi por entero por la euforia de volver a ver a Michael Mann dirigir. El firmante de Heat es productor de esta serie y se ha encargado de dirigir el piloto, topándose con buenas críticas que de repente contrastan con un reciente reportaje del Hollywood Reporter. Uno que cuestiona la etiqueta “basada en hechos reales” que acompaña la serie.

Tokyo Vice se centra en las peripecias de Jake Adelstein (Elgort), periodista estadounidense que comienza a investigar el submundo criminal de Tokyo, metiéndose en líos con la Yakuza. Tokyo Vice se basa pues en las memorias de Adelstein publicadas en 2009 bajo el título Tokyo Vice: An American Reporter of the Police Beat in Japan, refiriendo unos supuestos hechos de años anteriores según los cuales la vida del periodista fue amenazada por la mafia japonesa. Buena parte de esto ocurrió mientras escribía para el periódico tokiota The Yomiuri Shimbun, donde uno de sus compañeros de trabajo era Naoki Tsuji. El mismo que, consultado ahora, afirma dudar que lo que cuenta el libro sea cierto.

Tsuji afirma que Adelstein le cae bien, y que le impresionó lo rápidamente que el estadounidense se integró en un periódico japonés, asumiendo una cultura que no era la suya. Ahora bien, muchas de las cosas que cuenta en sus memorias son de lo más improbables. “Es absolutamente imposible que un periodista del Yomiuri tenga permiso para ir de incógnito, un periodista ni siquiera preguntaría a sus jefes si puede hacerlo. En Japón ni siquiera los policías hacen ese tipo de operaciones; es básicamente ilegal y no se pueden obtener pruebas de ese modo, aunque recientemente se han producido algunas reformas… el Yomiuri era muy estricto con ese tipo de cosas”, asegura el periodista.

También hace referencia a una de las primeras escenas del libro, durante una fiesta de fin de año que involucraba a Adelstein en una espectacular pelea de artes marciales con uno de los empleados. Tsuji estuvo en esa fiesta y niega que hubiera “ningún tipo de pelea”. “Japón es un país que funciona según sistemas, así que ciertamente hay cosas en el libro que no pueden haber ocurrido. Definitivamente hay exageraciones. Pero eso es parte de lo que hace interesante a Jake”, concluye Tsuji. Adelstein, por su parte, ya ha insistido en que “todo está escrito tal y como ocurrió”, entrevistado por el periodista Gavin J. Blair. “No hay ninguna norma de ese tipo para obtener información: se podía recurrir a cualquier medio salvo la compra de información, que está prohibida”.

Otras opiniones

En lo relativo a los productores de la serie, no se percibe una gran preocupación por defender la veracidad de Tokyo Vice. Josh Lesher, productor ejecutivo, cree que lo importante es que funcione como ficción. “Hubo muchas cosas que embellecimos y creamos que no tenían nada que ver con la historia real de Jake Adelstein. Tanto si el libro está en lo cierto como si no, deberías consultarlo con él y con las personas que aparecen. Yo no estaba allí”. HBO marca distancia frente a la polémica.

Quien no se muestra tan amistoso con Adelstein es el documentalista Philip Day, mucho más duro que Tsuji. En 2010 Day estaba trabajando en un proyecto sobre el crimen organizado japonés, por título Crime Lords of Tokyo. Como para entonces Adelstein ya era una eminencia en el tema, Day contactó con él, y tuvo dudas de que fuera fiable en cuanto le conoció. Previamente a reunirse con él, Adelstein aseguraba que un yakuza le había agredido por el camino. “La forma en que lo describió no me pareció creíble en absoluto”, recuerda el documentalista. La anécdota precedió una colaboración muy decepcionante.

Adelstein apenas fue de ayuda en el proyecto, y Day discutió agriamente con él, llegando a llamarle mentiroso en varias ocasiones. Sobre Tokyo Vice, él lo tiene claro: “No creo que la mitad de las cosas que aparecen en el libro hayan sucedido, solo están en su imaginación. Es ficción”. Y como tal quizá debamos tratar de disfrutarla.

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