Maitland Ward, la actriz de la serie 'Yo y el mundo' que se hartó y se pasó al porno

"Es una máquina que te construye pero luego te destroza", afirma la actriz, orgullosa de la decisión que tomó.
Maitland Ward, Danielle Fishel y Trina McGee en 'Yo y el mundo'
Maitland Ward, Danielle Fishel y Trina McGee en 'Yo y el mundo'
ABC
Maitland Ward, Danielle Fishel y Trina McGee en 'Yo y el mundo'

Maitland Ward cree que la suya es una historia que “empodera a las mujeres y a todo el mundo”. Por eso mismo, acaba de contarla en Rated X: How Porn Liberated Me from Hollywood, una autobiografía donde la californiana relata cómo pasó de estrella de una telecomedia a actriz de cine para adultos, y cómo reaccionó la industria de Hollywood a su inesperado giro profesional. 

“Se trata de vivir tu verdad y no escuchar lo que todo el mundo te dice que hagas”, aseguró. “Durante mucho tiempo, Hollywood me dijo que sólo podía ser de una determinada manera”.

Como muchas otras niñas de su entorno, Ward creció soñando con ser actriz. Su primer papel fue el de Jessica Forrester en el culebrón Belleza y poder, donde trabajó entre 1994 y 1996. Después, se incorporó al elenco de Yo y el mundo, aquella sitcom americana, creada por Michael Jacobs, donde un crío (interpretado por Ben Savage) mostraba al espectador cómo era eso de hacerse mayor. 

La actriz recuerda su etapa en la serie como una época “muy confusa”, por los contradictorios mensajes que recibía por parte de los productores. Según ellos, su personaje (la recepcionista Rachel) debía atraer a los espectadores masculinos al mismo tiempo que parecía casta y buena.

"En un programa como Yo y el mundo, podría ser sexy, y podría ir con una sábana con pequeñas plumas en las fotos de desnudos que tenía para mi novio, y eso sí está bien", dijo hace poco, refiriéndose a la trama de un episodio en el que los amigos de Rachel compartían en broma una foto picante de ella. 

"Si alguna vez llevara algo así o hiciera algo sugerente como eso en la vida real, Disney, los productores y Hollywood se me habrían echado encima. Era muy confuso. Durante mucho tiempo, dificultó mi exploración sexual y el descubrimiento de quién era yo”, añadió.

'Yo y el mundo'
'Yo y el mundo'
Cinemanía

El desamor con la industria

Aquellos dos años que Ward pasó grabando la serie del canal ABC le bastaron para calar a Hollywood. "La gente estaba fascinada por mis largas piernas, por mi altura y por mi pelo rojo, y era como si eso estuviera bien". 

"Se me acercaban y me daban palmaditas en el culo, un pellizco o me decían: '¡Oh, mira qué buena estás! Mira tus tetas”, contó la actriz, que ya entonces intuía que la meca del cine no era para ella. Aun así, como ella no es de las que abandonan fácilmente, quiso darse un tiempo e intentarlo.

Según cuenta en sus memorias, deseaba con toda su alma asumir otro tipo de papeles y pensó en formas de reinventarse, pero ni siquiera consiguió que algún productor la llamara para hacer un casting. Viendo que escapar a los estereotipos parecía una misión casi imposible, acabó con la autoestima por los suelos

“Te contratan por ser de una manera determinada, por tener un aspecto determinado”, ha comentado. “Pero si te quedas igual, pierdes el éxito. Lo que te hace famoso es lo que te impedirá que te contraten para otra cosa. Hollywood es una máquina que te construye pero luego te destroza”.

Con la esperanza de forjar una carrera diferente, Ward se puso a estudiar guion en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). En aquella misma época, empezó a publicar en sus redes sociales fotos donde se la veía luciendo bikinis monos. Sus seguidores se multiplicaron inmediatamente. 

El despertar sexual

Cuando algunos fans empezaron a animarla a vender contenido erótico, a la actriz se le iluminó la bombilla. “Empecé un Patreon y en una semana tenía miles de suscriptores. Quería explorar mi sexualidad", señaló Ward, que en poco tiempo se posicionó como la creadora de contenido para adultos número uno en Patreon.

En octubre de 2006, la estadounidense se casó con un agente inmobiliario llamado Terry Baxter, que le brindó apoyo incondicional cuando, en 2019, decidió dar un paso al frente y debutó en el mundo del cine para adultos con una película titulada Drive (amén de un contrato de exclusividad firmado con la productora Deeper). 

“Cuando empecé a recorrer el camino hacia el entretenimiento para adultos, los detractores decían que solo buscaba fama barata”, cuenta en su libro. “Eso, o que me habían drogado, que me habían obligado a hacerlo, o que simplemente había perdido la cabeza. Pero no hice un vídeo sexual para llamar la atención, como Paris [Hitlon] o Kim [Kardashian]. Yo no intentaba imitarlas y conseguir quince minutos de fama. Quería un compromiso a largo plazo haciendo algo que me gustara y de lo que pudiera estar orgullosa. Quería años. Y eso es algo que el Hollywood convencional me ha negado durante mucho tiempo. El porno me ha dado eso”.

Ahora bien, es indudable que el camino de Ward no ha sido un paseo exento de dificultades. Más bien ha estado repleto de miradas inquisidoras y de frases condescendientes por parte de conocidos y compañeros de profesión que trabajan en esa ciudad abierta pero llena de mentes cerradas que es Los Ángeles. “Mis coprotagonistas de Yo y el mundo”, comenta, “no han salido en mi contra ni han intentado avergonzarme pero, en su mayoría, tampoco me han defendido públicamente. Supongo que hacen la vista gorda”.

Sinsabores y recompensas

Tampoco han faltado en sus redes sociales los mensajes privados enviados por machos alfa incapaces de controlar su morbosa curiosidad, su instinto poligámico, o ambas cosas a la vez. “El marido de Tori Spelling me hizo una proposición en Twitter”, aseguró la actriz. “Me escribió varias veces y me preguntó si podíamos quedar, y no creo que fuera para hablar de su colección de rock… O quizá sí. Las celebridades, especialmente las estrellas del deporte, me hacían proposiciones regularmente. La estrella del fútbol americano Terrell Owens me invitó al cine, y quería saber cuándo podríamos quedar. Me escribió repetidamente y cuando no le di la respuesta que quería, me dejó de seguir”.

Serán los gajes de un oficio que ha llevado a Ward a consagrarse como una de las grandes estrellas de la productora Vixen Media Group, y a ganar este 2022 el premio Xbiz (algo así como los Globos de Oro del cine para adultos) a la estrella mediática del año. “Tengo más fama, más dinero y más oportunidades de las que nunca he tenido”, ha comentado. 

“Puedo crear papeles. Tengo diálogos largos y retorcidos. Puedo escribir guiones. Puedo hacer todo lo que quería hacer. Ahora incluso tengo más respeto por hacer exactamente lo que quiero hacer sin pedir disculpas. ¿Cómo puedes avergonzar a alguien que no se avergüenza?”, sentencia. 

La californiana, de 45 años, presume orgullosa de que muchas mujeres se acerquen ahora a ella para decirle que las ha ayudado a sentirse empoderadas sexualmente. “Da miedo forjar tu propio camino, pero es la única forma de ser feliz”, opina una mujer que espera que su viaje inspire a otros a dejar de vivir para cumplir las expectativas de los demás. 

“Se trata de hacer esfuerzos conscientes y tomar decisiones a lo largo del tiempo para llegar al lugar en el que quieres estar, abrazando tu verdad. Quiero que la gente acepte su verdad y viva como quiera y sea quien quiera ser. La gente se siente atraída por eso", concluye.

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