La enorme historia real de Nacho Vidal, la mayor estrella española del cine porno

Consiguió convertirse en un icono del cine para adultos gracias a su carisma y potencia sexual.
Nacho Vidal en la premiere de 'Nacho'
Nacho Vidal en la premiere de 'Nacho'
Europa Press via Getty Images
Nacho Vidal en la premiere de 'Nacho'

La vida de Nacho Vidal empezó a cambiar el día que se dio cuenta de que había nacido con un gran don que podía utilizar no solo para valerse por sí mismo, sino también para llegar a ser una persona famosa. Aquella dádiva de los dioses tenía un tamaño de 25 centímetros y le llevó a convertirse en el actor porno español más cotizado del planeta. De ello da fe Nacho, la serie biopic de Bambú Producciones que desde el 5 de marzo está disponible en Atresplayer Premium.

En ocho capítulos, la ficción narra el ascenso de Nacho Vidal desde su infancia feliz en la localidad valenciana de Enguera al estrellato. Se trata de una historia “inspirada en hechos reales” aunque, según señalan sus creadores, algunos personajes y algunas situaciones hayan sido ficcionados deliberadamente. 

En este sentido, una de las guionistas de la serie, Gema R. Neira, comenta a nuestra revista que “al tratarse de una ficción, nosotros hemos cogido la esencia de su vida y de cómo sucedieron los acontecimientos, y la hemos estilizado para que sea potente dramáticamente”.

Maestro del golferío

Nacho Vidal, que además ha colaborado en la producción de la serie, nació en el seno de una familia burguesa valenciana, aunque su padre, gran empresario textil, se arruinó luego con la crisis del petróleo y, desde ese momento, pasó a vivir sumido en una depresión. El catalán siempre fue un joven activo y un malísimo estudiante y, cuando a los catorce años dejó el colegio, empezó a transformarse en un auténtico maestro del golferío y en un quebradero de cabeza para sus conservadores padres.

Tanto le gustaba la juerga al de Mataró que se le olvidó incorporarse a la mili cuando tenía que hacerlo y, debido a ello, pasó un año buscado por la policía militar. Para evitar entrar en la cárcel, el actor no tuvo más remedio que alistarse como miembro de la Legión Española. Después buscó las habichuelas trabajando como transportista y cultivó su afición por las prostitutas.

Durante una noche de juerga, se encaprichó por una de ellas, Sara Bernat, y debido a ello acabó dejando a su novia, con la que llevaba saliendo cuatro años. Los dos tortolitos empezaron a buscar un empleo que les permitiera vivir bien. Por consejo de unos colegas, se pasaron un día por la Sala Bagdad, en la que se forjaron algunas de las principales figuras del erotismo, y allí empezarían a dedicarse al sexo en vivo.

Fotograma de 'Nacho'
Fotograma de 'Nacho'
Cinemanía

“Fuimos allí, nos hicieron un casting y funcionó”, contó el actor, que entonces tenía veintiún años. “Ese día trabajé bien, pero las dos siguientes semanas mi pene era un gusanito escondido. Me pasé dos semanas sin funcionar, con dos pases diarios y 200 personas mirándome. Fue horrible. Afortunadamente, al cabo de dos semanas aquello subió y nunca más bajó”.

Potencia sexual en el cine

Mientras trabajaba en la legendaria sala barcelonesa, Nacho conoció a José María Ponce, entonces director del Festival Internacional de Cine Erótico de Barcelona. De su mano debutaría en el mundo del cine para adultos, donde entonces despuntaba ya su rival y amigo el catalán Toni Ribas, con quien en la serie se lleva regular, tirando a mal. Sara también probó en el porno pero, a diferencia de Nacho, el negocio no acabó de seducirla (en la ficción aparece rebelándose contra los abusos que algunas actrices experimentan).

Al principio, Nacho tuvo que actuar en proyectos de bajo presupuesto, rodados en lugares de Europa como Budapest, que solían reportarle más satisfacción y aprendizaje que dinero. “Yo no me muevo de forma mecánica, lo hago con pasión. En cada escena lo pongo todo”, ha comentado sobre sí mismo el actor, quien destacó sobre el resto por su gran carisma y su enorme potencia sexual (en cuatro días era capaz de copular con cien mujeres).

Fotograma de 'Nacho'
Fotograma de 'Nacho'
Cinemanía

Durante un tiempo, el actor intentó ocultar que se dedicaba al porno. Su madre lo intuyó después de encontrar ciertas prendas de ropa interior suyas en la lavadora. En la serie, sin embargo, hay una escena en la que lo descubre tras irrumpir de forma inesperada en Bagdad.

Su padre se enteró el día que bajó al bar de la esquina y un amigo le comentó que había visto a Nacho en la película porno de Canal Plus. Cuando padre e hijo hablaron del tema, el primero se limitó a pedirle que, si iba a ganarse la vida así, al menos se esforzase por ser el mejor.

Estrella internacional, director y escritor

El catalán siguió aquel consejo a rajatabla y, en 1998, se animó a cruzar el charco para intentar establecerse profesionalmente en Estados Unidos (que entonces producía alrededor de mil pelis porno al mes). Allí, la estrella del porno Rocco Siffredi lo presentó como su sucesor y, nada más llegar, le empezaron a llover las ofertas (podía hacer entre tres y cinco escenas al día, y llegó a cobrar mil dólares por cada una de ellas).

A partir de entonces, Nacho tuvo ocasión de empezar a dirigir y producir sus propias películas. “El gonzo es el estilo que mejor se adapta a mi forma de ser y de trabajar”, dijo. “No me gusta fingir. No me interesa contar historias y hacer posturitas. Prefiero grabar las escenas de sexo en directo, sin cortes, manejando la cámara yo mismo. Me vuelvo loco con los imprevistos. Me dan morbo. El porno químicamente puro es eso: un tío, una tía y una cámara en una habitación de hotel”.

Fotograma de 'Nacho'
Fotograma de 'Nacho'
Cinemanía

El actor de cine porno heterosexual más conocido del país gozaba ya de una abultada cuenta corriente cuando se atrevió a debutar como actor dramático en El alquimista impaciente (2002), un thriller de Patricia Ferreira donde daba vida a un mafioso ruso. “Tengo cabeza y manos y sé utilizarlas, así que puedo hacer lo que sea, pero no soy un actor”, aseguró en una entrevista. “De jovencito, estudié arte dramático durante seis o siete meses, pero me topé con una profesora que me odiaba por hacer porno y me largué”.

Luego, publicó sus memorias, Confesiones de una estrella del porno, que le llevaron a aparecer con asiduidad en programas de televisión interesados en conocer las hazañas de un hombre que en 2005 sorprendió a sus fans anunciando que dejaba el cine porno por amor a la modelo colombiana Franceska Jaimes (madre de sus dos hijos Violeta y León), y en 2015 participó en el espacio de telerrealidad Supervivientes, donde quedó segundo.

La doble moral

A lo largo de su vida, Nacho Vidal ha protagonizado varios miles de películas triple equis y algún que otro escándalo. El más sonado llevó a que una jueza le procesara en 2021 por un presunto delito de homicidio imprudente, tras la muerte de un fotógrafo durante el ‘rito del sapo bufo’ en la casa del actor en Enguera (Valencia). Queda por verse si Nacho —que según comenta su cocreador Ramón Campos tiene “vocación de continuidad”— abarca el asunto en futuras entregas.

“Cuando empezamos a escribir Nacho teníamos claro que su historia debía servir para conocer una industria que vemos siempre desde fuera y que socialmente negamos (pero tiene un consumo masivo)”, apostilla Neira. 

“Por un lado, hemos intentado lanzar esa pregunta al espectador: ¿por qué seguimos con esta doble moral, condenando a gente que se dedica a algo que casi todo el mundo consume? Cosificamos a sus actores y los juzgamos socialmente, y nos apetecía enseñar esa parte humana. Son como el resto de nosotros, con los mismos sufrimientos y alegrías. El porno es una profesión, nada más que eso”.

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