El enfado de Olivia de Havilland lo puso difícil, pero por fin ha ocurrido: tras Feud: Bette & Joan, Ryan Murphy lanza por fin Feud: Capote vs. The Swans, la segunda entrega de su serie antológica sobre las rivalidades más crueles, a la par que estilosas, del mundo del espectáculo es una de las series más esperadas de febrero.
Esta vez con Gus Van Sant como director, el show aborda un conflicto que no solo hizo correr la sangre, sino que también dejó huella en la historia de la literatura: aquel que enfrentó al escritor Truman Capote con esa bandada de damas de la alta sociedad que él apodaba 'los cisnes' y que se preciaron de ser sus amigas y confidentes hasta que el autor de A sangre fría plasmó sus vergüenzas por escrito.
Plegarias atendidas era el título del libro donde Capote aspiraba a volcar todas esas anécdotas morbosas recopiladas durante años de cotilleo. En 1975, tras innumerables retrasos en la entrega del manuscrito y acuciado por la falta de fondos, el escritor publicó varios capítulos de la novela en la revista Esquire... y el resultado fue una guerra sin cuartel en la que sus examigas quisieron vengarse de él convirtiéndole en paria social.
Así de sórdida, amén de glamurosa, es la historia de Capote vs. The Swans. Y, para llevarla a la TV, Murphy y Van Sant se han procurado un reparto lleno de rostros a la altura. Aquí te los presentamos, junto con los personajes a los que dan vida.
Truman Capote (Tom Hollander)
Homosexual, alcohólico, drogadicto y genio, en sus propias palabras, Capote llevaba siendo la comidilla del mundo literario en EE UU desde 1948, cuando publicó Otras voces, otros ámbitos. El volumen de relatos Desayuno en Tiffany's y la novela-reportaje A sangre fría, entre otras obras, cimentaron su reputación y le permitieron dar rienda suelta a su esnobismo alternando con lo más de lo más del pijerío neoyorquino.
La cima de su influencia sobre las altas esferas fue el llamado 'Black and White Ball' (1966), un evento celebrado en el hotel Plaza cuya lista de invitados funcionó como un 'quién es quién' de las personas más elegantes e influyentes de la Gran Manzana. Esas mismas que, a partir de 1975, querrían poner su cabeza en una bandeja.
Las tribulaciones personales de Capote le llevaron a descuidar su obra, primero, y a enemistarse con sus amigas, después. Falleció en 1984, a los 59 años, hecho un guiñapo tras décadas de adicciones y abandonado por su antigua camarilla, dejando solo unos pocos fragmentos de Plegarias atendidas que fueron reunidos póstumamente.
Babe Paley (Naomi Watts)
Presencia fija en las listas de mujeres mejor vestidas del mundo, esta mujer nacida en el cogollito de la alta sociedad de Boston trabajó como redactora jefe de Vogue antes de convertirse en el más poderoso de los 'cisnes' de Truman Capote. ¿La razón? Su segundo matrimonio, en 1947, con el magnate de los medios William S. Paley, presidente de la CBS.
Capote, que trabó amistad con Babe en 1955, fue una de las pocas personas con acceso a la intimidad de una mujer considerada fría, hermética y obsesionada con los detalles. "Solo tenía un defecto: era perfecta", anotó el escritor en sus diarios.
Diagnosticada con un cáncer de pulmón en 1974, Paley montó en cólera al leer La Côte Basque 1965, el segundo capítulo publicado de Plegarias atendidas. Un texto en el que Capote se permitía narrar, disfrazándola apenas, cierta anécdota sobre un encuentro adulterino que dejó como prueba unas sábanas manchadas de flujo menstrual: los auténticos protagonistas del hecho habían sido el marido de Babe y la esposa del gobernador de Nueva York.
Babe Paley murió en 1978. Su último acto como socialite fue un funeral que ella misma había planeado minuciosamente y al que Truman Capote, por supuesto, no asistió.
Slim Keith (Diane Lane)
Procedente de las altas esferas de California, y también conocida por su estilo y elegancia, Keith fue el 'cisne' con mayor influencia en el mundo cinematográfico: su primer marido fue Howard Hawks, y el segundo el productor Leland Hayward. Para el tercer matrimonio, se decantó por el banquero y aristócrata Kenneth Keith. Además, tuvo romances con Clark Gable, Ernest Hemingway y, según la serie, con William S. Paley.
El hecho de que Keith ostentara el título de baronesa gracias a su último matrimonio inspiró a Capote para retratarla en su novela con el alias de 'Lady Ina Coolbirth', caricaturizándola como una bocazas y una cotilla de aúpa. La revelación enfureció a Slim de tal manera que la dama se planteó demandar a Truman por difamación.
Lee Radziwill (Calista Flockhart)
La protagonista de Ally McBeal interpreta en Capote vs. The Swans a nada menos que la cuñada de JFK. Es decir, a Caroline Lee Bouvier, hermana menor de Jacqueline Bouvier (después Kennedy, después Onassis): una princesa sureña cuya puesta de largo tuvo su propio reportaje en la revista Life y cuyo segundo matrimonio (de tres) fue con el aristócrata polaco Stanislaw Albrecht Radziwill.
Mientras duró su amistad, Lee Radziwill desahogó con Capote la inseguridad que le producía vivir a la sombra de su celebérrima hermana. Pero en 1977, cuando el escritor le pidió que declarase a su favor en un pleito por difamación que le enfrentaba con Gore Vidal, su archienemigo literario, ella se negó.
C. Z. Guest (Chloë Sevigny)
Amazona, columnista de sociedad, experta en jardinería y diseñadora de moda, Lucy Douglas Guest fue también pariente de Winston Churchill tras matrimoniar con un primo lejano del estadista británico. Durante su vida gustó de alternar con artistas de diverso pelaje, algo que puso en aprietos a su familia cuando tuvo que comprar un cuadro en el que había posado desnuda para Diego Rivera.
Asimismo, Guest fue una de las amigas de Capote que se libró de aparecer (con seudónimo o sin él) en La Côte Basque 1965. Seguramente debido a ello, fue el único de los 'cisnes' que mantuvo su amistad con el escritor tras la publicación del malhadado capítulo.
Ann Woodward (Demi Moore)
La única mujer de esta lista que no mantuvo amistad con Truman Capote fue también la única que nació en una familia de clase obrera. Tal vez por eso el escritor se cebó con ella más que con ninguna otra de sus víctimas después de que fuera acusada en 1955 de asesinar a su marido, el banquero William Woodward Jr., desencadenando un huracán mediático que la acosó hasta su muerte.
Si bien el juicio de rigor determinó que el homicidio había sido accidental, eso no detuvo a Capote a la hora de apodar a Woodward 'Miss Bang Bang', de burlarse de ella durante su único encuentro y, finalmente, de ponerla como un pingo en Plegarias atendidas. Ann no llegó a ver la publicación de La Côte Basque 1965, sin embargo, ya que se había suicidado el año anterior.
Joanne Carson (Molly Ringwald)
Modelo y presentadora, exmujer del famosísimo Johnny Carson (The Tonight Show), Joanne no se libró de aparecer caricaturizada en La Côte Basque 1965. Sin embargo, fue la única de las víctimas de Capote que se tomó su retrato con humor, manteniendo su amistad con él.
Hasta tal punto fue así que su casa en Bel Air se convirtió en un refugio para Truman después de que los 'cisnes' le declararan la guerra: allí fue donde el escritor falleció en 1984.
William S. Paley (Treat Williams)
El último papel interpretado por Williams antes de su muerte en 2023 es, después de Truman Capote, la figura masculina más importante de la serie. No solo por el inmenso poder que el esposo de Babe Paley acumuló al frente de CBS, en parte gracias a los contactos de ella, sino también por ese desliz con Happy Rockefeller del que ya hemos hablado y cuya plasmación en La Côte Basque 1965 marcó el principio de la guerra entre el escritor y sus examigas.
Jack Dunphy (Joe Mantello)
Capote y Dunphy, escritor y actor, entablaron una larga relación que se prolongó desde 1948, año en el que ambos se conocieron, hasta la muerte del primero. Si bien el romance fue irregular e intermitente, Truman se refería a Jack como el único hombre al que había amado de verdad, y le hizo beneficiario de su testamento.
John O'Shea (Russell Tovey)
En 1973, este ejecutivo de banca casado y con cuatro hijos abandonó su trabajo y a su familia para ejercer como amante y manager de Truman Capote, con quien entabló una relación marcada por los abusos y el alcoholismo. La relación acabó en 1976, cuando Capote acusó a O'Shea de robarle el manuscrito de Plegarias atendidas.
Irónicamente, el escritor trabó una gran amistad con una de las hijas de su ex, la futura modelo Kerry O'Shea, acogiéndola en su casa y ejerciendo como una suerte de padre adoptivo. Si quieres saber más sobre esa historia, échale un vistazo al documental The Capote Tapes.
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