Elizabeth Olsen, la buena hermana

La Olsen sin gemela (ni falta que le hace) que pudo ser Daenerys Targaryen compagina lo mejor del 'indie' con Bruja Escarlata.
Elizabeth Olsen en la premiere de 'Vengadores: Endgame'
Elizabeth Olsen en la premiere de 'Vengadores: Endgame'
GTRES
Elizabeth Olsen en la premiere de 'Vengadores: Endgame'

En los 90, quien tenía una hermana gemela (en Hollywood) tenía un tesoro (profesionalmente hablando). Para prueba. Las gemelas de Sweet Valley, Tia y Tamera Mowry, de Cosas de hermanas, o esas Mary-Kate y Ashley Olsen que empezaron turnándose en la piel de Michelle Tanner en Padres forzosos. Elizabeth Olsen (Sherman Oaks, 1989) no tenía gemela, pero acompañaba a sus hermanas a los sets de rodaje. “Era lo que hacían, era normal", recordaría años después. 

Lo de que la pasión por la interpretación le viene de cuna a la pequeña de los Olsen puede sonar a cliché, pero tiene algo de real. 'Lizzie', como todos la llaman, creció entre platós de sitcoms como Padres forzosos o Cosas de gemelas, y llegó a tener pequeñas participaciones en algunos shows de sus hermanas. Pese a todo, su vida poco tuvo que ver con la de Ashley y Mary-Kate. 

Elizabeth vivió una niñez normal: iba a la escuela Campbell Hall School en North Hollywood con sus amigas de toda la vida ("Las familias de mis compañeros tenían asientos a pie de pista para ver a los Lakers", ha afirmado), comía yogurt helado de vainilla, almendras y canela (su sabor favorito), y asistía a clases de canto y ballet mientras las cada vez más famosas gemelas Olsen estudiaban con profesores particulares y viajaban por todo el mundo rodando películas.

Ashley, Elizabeth y Mary-Kate con su madre, Jarnie
Ashley, Elizabeth y Mary-Kate con su madre, Jarnie

"Nuestras vacaciones en familia siempre tenían que ver con el trabajo de mis hermanas", contaba Elizabeth a The New York Times hace una década, cuando daba sus primeros pasos en el cine: "Hasta hace un par de años, no me di cuenta de lo duro que tuvo que ser para ellas. Yo pensaba que era divertido, pero ellas trabajaban todos los días, ya fuera en un crucero o en un viaje a Canadá". 

Ahora, a sus 33 años, Elizabeth Olsen puede fardar de tener una de las carreras más variadas, acertadas y prometedoras de Hollywood. Sus hermanas se dedican a la moda mientras ella recorre el mundo promocionando Doctor Strange en el multiverso de la locura, donde comparte protagonismo con Benedict Cumberbatch. Reivindicamos la carrera de esta Olsen con nombre propio en la industria.

La hermana pequeña

Elizabeth Chase Olsen puede presumir de ser una angelina de cuarta generación. "Nuestra familia por parte de madre vivía en Beverly Hills cuando aquello era tierra agrícola", revelaba en una entrevista para Nylon. También de haber crecido rodeada de 'Hollywood'. "Las familias de todos a mi alrededor eran parte de esta industria", explicaba: "No tenía que ver con mis hermanas. El padre de mi mejor amiga, Rick Baker, es un maquillador con siete premios Oscar. Y la familia de otro de mis amigos creó Days of Our Lives". 

Pese a haber crecido entre platós soñando con dedicarse a la interpretación y haber estudiado actuación durante la adolescencia, Elizabeth siempre supo que quería ser una "actriz adulta". Y no, no fue aquel casting fallido de Spy Kids lo que le quitó las ganas de ser 'niña Disney'. Ella aspiraba a protagonizar musicales clásicos con Frank Sinatra, Pal Joey o Ellos y ellas, "musicales en los que no aparecían niños" (terminó descartando este género porque no cantaba lo suficientemente bien). 

Eso sí, a punto estuvo de abandonar su sueño de ser 'actriz adulta' tras ser testigo excepcional del acoso mediático que sufrían sus hermanas. Un hecho especialmente traumático para Elizabeth fue cuando estas cumplieron la mayoría de edad y la prensa empezó a especular sobre la bulimia de Mary-Kate.

Elizabeth Olsen con su familia durante la entrega de la estrella en el Paseo de la Fama a sus hermanas
Elizabeth con su familia durante la entrega de la estrella en el Paseo de la Fama a sus hermanas

En una entrevista para Nylon, la actriz se refería así a lo sucedido: "En aquel momento, vi lo abusivos que estaban siendo los medios con mis hermanas y pensé que no quería estar en la industria. Cumplieron 18 años y lo que pasaba en la vida de Mary-Kate estaba en todas las portadas. Nos seguían cuando íbamos de compras y mis hermanas casi tuvieron un accidente de coche por los paparazzi. Yo no quería ser parte de eso".

Debut estelar

La vocación pudo más (y también una profesora que la reconcilió con la profesión a través del teatro) y la pequeña Olsen terminó trasladándose a Nueva York para estudiar en la universidad Tisch School of the Arts: "Pensé que el teatro era diferente a ser actor en Hollywood. Lo convertí en un lugar seguro en el que no te acosaban". Fue precisamente durante sus años de estudiante, que compaginó con obras para la Atlantic Theater Company y un semestre en la Art Theater School de Moscú ("amaba a Stanislavsky y Chekov"), cuando consiguió una agente, Rhonda Price, y uno de sus roles más aclamados hasta la fecha.

Hablamos del de la protagonista de la apabullante Martha Marcy May Marlene (2011), una joven traumatizada tras escapar de una secta, que la encumbró como joven promesa en el Festival de Sundance de aquel año. Su compañero de reparto, John Hawkes, describiría el carisma de Lizzie de la siguiente manera: "No puedes evitar enamorarte de ella. Es abierta, alegre, pero también viva y con una inteligencia increíble para alguien de su edad". 

"Lo realmente impresionante de Lizzie", añadiría Sarah Paulson, su hermana en la película, "es que ha estudiado el oficio. Podía haber conseguido un agente solo con su apellido, pero no tomó el camino fácil". 

Tal y como recuerda Elizabeth, "cuando las críticas de Sundance salieron a la luz y se refirieron a ella como 'La chica del festival', 'El descubrimiento' o 'Es una Olsen', "mi padre me decía: '¿No saben que llevas haciendo esto toda tu vida? Deberían estar escribiendo que llevas trabajando toda la vida". Ciertamente, llevaba estudiando y preparándose para la actuación desde que era una niña. Y todo ese trabajo empezaba finalmente a dar sus frutos.

Olsen junto a Sarah Paulson en 'Martha Marcy May Marlene'
Olsen junto a Sarah Paulson en 'Martha Marcy May Marlene'

Por aquel entonces, la joven tenía 22 años, aún no se había graduado, pero ese mismo año había trabajado en cinco películas independientes. Entre ellas, La casa silenciosa, Amor y letras, Luces rojas (con De Niro y Weaver), y Paz, amor y malentendidos, del director Bruce Beresford. "No hay nada de falso en ella", aseguraría el cineasta de Paseando a Miss Daisy: "Jane Fonda está hablando en una escena y Lizzie no dice nada, pero no puedes evitar sentirte fascinado por ella. Podría ser la próxima Cate Blanchett, puede hacer lo que quiera". 

Podía hacer lo que quisiera y, en aquel momento, las aspiraciones de Olsen estaban claras: quería teatro. "Quiero interpretar a Ofelia en Hamlet, a Masha en Las tres hermanas". Aunque eso no le impidió probar suerte en cierto casting para dar vida a una tal Daenerys en algo llamado Juego de tronos. Elizabeth Olsen la recuerda como la peor audición de su vida, pero años más tarde ese tropezón le permitiría entrar en el universo más prolífico de la gran pantalla. ¿Oldboy? Va a ser que no. ¿Godzilla? Tampoco. ¿La escena postcréditos de Capitán América: El soldado de invierno? ¡Bingo! Llegó Bruja Escarlata. 

La bruja novata

Saoirse Ronan, Sasha Pieterse o Lindsay Lohan fueron consideradas para dar vida a la todopoderosa hija de Magneto en la saga marvelita que se estaba gestando a principios de la década pasada. Sin embargo, fue Elizabeth quien se hizo con el papel.

Con un origen diferente al de los cómics (la culpa es de Marvel y su venta de derechos) y acompañada de su hermano Pietro (Aaron Taylor-Johnson), la sokoviana Wanda Maximoff debutó en el MCU con Vengadores: La era de Ultrón, la segunda aventura superheroica de los Vengadores (y la más vapuleada, sí). 

El personaje seguiría creciendo en las próximas aventuras vengadores: en Capitán América: Civil War, al lado del 'Capi'; en Vengadores: Infinity War, Edimburgo y Visión; y en Vengadores: Endgame, el estallido final. Bruja Escarlata bien ha merecido más tiempo en pantalla durante estos años (no solo por su importancia en los tebeos, también por el buen hacer de su actriz), pero, pese a todo, Olsen se las apañó para dibujar con tino el retrato de una joven herida, sensible y poderosa, sobre todo a través de su historia de amor con Visión (Paul Bettany).

En Bruja Escarlata y Visión, la primera serie de Marvel Studios para Disney+ y el regreso de Marvel tras la pandemia, Olsen brilló más que nunca abrazando toda su vis cómica y poniéndola al servicio de los diálogos, la gestualidad y los movimientos en las sitcoms a lo largo de la historia. En blanco y negro o a color, con voz cantarina o enfatizando las últimas sílabas, Wanda era puro goce en manos de una actriz versátil y polifacética como Olsen. 

Más allá de Wanda

Dicho mal y pronto: Marvel tiene la maldita costumbre de arrasar con todo a su paso. También con la carrera de sus estrellas, que se ven obligadas a trabajar casi en exclusiva para esta franquicia. Afortunadamente, Lizzie ha sabido sacar provecho del rol secundario de Bruja Escarlata en el MCU y labrarse una carrera más que interesante fuera del universo cinematográfico de Kevin Feige (aunque el dolor por haber tenido que rechazar Langosta por sus compromisos marvelitas sigue ahí). 

Entre sus proyectos más recientes, merecen una mención especial sus papeles en Ingrid Goes West, como la 'influencer' a la que venera Aubrey Plaza; Wind River, thriller crudo en el que comparte protagonismo con Jeremy Renner; y la serie Sorry for Your Loss, una reflexión severa sobre la pérdida y la aflicción, y su primer proyecto como productora.

La actriz junto a Aubrey Plaza en 'Ingrid Goes West'
La actriz junto a Aubrey Plaza en 'Ingrid Goes West'

Elizabeth ha logrado lo imposible: en menos de una década, se ha convertido en una de las actrices más aclamadas de su generación, sin que el peso de su apellido la haya favorecido ni perjudicado. Tampoco ha podido con ella el encasillamiento que sufren los protagonistas de grandes blockbusters. 

Ahora, la Fase 4 del MCU es inconcebible sin Wanda, sobre todo tras el apabullante estreno de Doctor Strange en el multiverso de la locura, en la que la bruja vuelve a acaparar los focos gracias al trabajo de la actriz. Afortunadamente, sea cual sea el futuro de Bruja Escarlata, estamos convencidos de que la californiana se las arreglará para seguir dando cuenta de su talento en otros proyectos. Al fin y al cabo, esta angelina de cuarta generación puede hacer lo que quiera.

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