Claves para entender 'Berlín', la precuela de 'La casa de papel'

Adiós al Banco de España, hola a las catacumbas parisinas: Pedro Alonso es un ‘bon vivant’ que
canta a la vida, al robo y al amor en 'Berlín', la ansiada precuela de ‘La casa de papel'.
Pedro Alonso en 'Berlín'
Pedro Alonso en 'Berlín'
Cinemanía
Pedro Alonso en 'Berlín'

Fue justo después de que La casa de papel llegara a Netflix y arrasara con todo. Era un día lluvioso en Aravaca, nos cuenta Esther Martínez Lobato, y Pedro Alonso llegó con un paraguas. “Íbamos a hacer la tercera temporada de La casa, que no estaba prevista, y Álex [Pina], Pedro y yo nos preguntábamos qué iba a pasar con Berlín, un personaje que nos había dado tantas alegrías en la escritura, era tan versátil y con el que la gente conectó de manera insólita. ¿Cómo podíamos hacer para que no estuviera muerto?”. 

Pina recuerda que Alonso quería resucitarlo a toda costa: “Decía: ‘Nadie vio los disparos”. Sin embargo, los creadores detrás del fenómeno en mono rojo y careta de Dalí se negaban a engañar así al espectador y prefirieron explorar su pasado. 

“Ya entonces dijimos que, si hubiera la posibilidad real en algún momento de continuar con otra historia, iba a ser con este personaje que nos daba mucho juego y echábamos de menos”, afirma Martínez Lobato. “Yo me pasé dos años alegando en prensa que mi personaje había muerto. ¡Dos años!”, añade Alonso.

En noviembre de 2021, coincidiendo con la promoción de la temporada final de La casa de papel, Netflix finalmente anunció Berlín, una precuela que llega ahora alejada del envoltorio enclaustrado y belicoso de la serie madre, una comedia romántica en la que el robo es casi una excusa para hablar de amor. 

Al fin y al cabo, esta no es una misión sacada de la mente del Profesor (Álvaro Morte) y ejecutada por sus atracadores con nombres de ciudades; este hurto de guante blanco pertenece a la mente psicodélica y hedonista de su hermano en sus años dorados. ¿El objetivo? Una casa de subastas en París. 

En un giro romántico que la acerca a Rififí u Ocean’s Eleven, el protagonista no tardará en distraerse con un nuevo interés amoroso, Camille (Samantha Siqueiros), pareja del hombre al que van a robar. 

“Después de una época de claustrofobia con La casa de papel y de contar historias muy duras en Sky Rojo, necesitábamos generar algo luminoso, confortable”, explica Martínez Lobato: “Mientras escribíamos, teníamos el marco de la guerra de Ucrania y sentíamos que la gente merecía ver cosas que le recordaran por qué el ser humano está en el planeta. Y la más grande es el amor”. 

Los creadores eran conscientes del riesgo que suponía lanzarse a la rom-com, pero estaban decididos a alejarse del tono “expresionista” de La casa y apostar por “algo clásico, feel good, trabajar la línea dandi de Berlín”, dice Pina. “Queríamos hacer algo como los blockbusters de los 90, con mucho peso del romance y robos sin violencia”, añade.

Los seis de Berlín

El reparto de 'Berlín'
El reparto de 'Berlín'
Cinemanía

Pedro Alonso reconoce que siempre ha tenido “sentimientos ambivalentes” hacia el personaje que lo ha catapultado a la fama mundial, un rol que, además, le ha exigido reinventarse en cada interpretación. “Cada vez que me he relacionado con él, he tenido que empezar de cero de alguna manera”, asegura. Pese a llevar seis años dándole vida, le sigue sorprendiendo que este maleante narcisista sobreviva a cualquier cambio de registro o estilo. 

“Se le podría meter en una de Shakespeare”, afirma sobre un rol al que define como “varias muñecas rusas, todas trastornadas”. Esta vez, Berlín le ha permitido adentrarse en la comedia romántica, un género al que le tenía ganas: “Ha sido un ejercicio por el alambre, sin desnaturalizar al bicharraco, pero jugando en otra tesitura y color”.

En su nuevo delirio de amor, con París como escenario inevitable y privilegiado, el protagonista de Alonso se rodea de una banda reflejo de su personalidad, cinco atracadores con habilidades para el hurto y carencias en las relaciones. 

Michelle Jenner se pone las gafas de Keila, una ingeniera informática experta en ciberseguridad y no tan en sintonía con su parte emocional, que sentirá una fuerte e inesperada atracción por Bruce (Joel Sánchez), el miembro más disfrutón del grupo, capaz de resolver cualquier imprevisto. 

“No tienen nada que ver y, de hecho, Keila tiene una lucha extrema entre la mente, el corazón y el deseo del cuerpo porque no entiende qué le pasa, este tipo de ser humano nunca le ha gustado”, nos adelanta Jenner. Sánchez, que en su debut en Berlín asegura haberse “empapado” de la experiencia de sus compañeros, alaba a Jenner por la conexión entre la dupla: “Michelle ha sacado un personaje tan cómico que yo recibía lo que me daba y respondía”.

Keila representa junto a Damián, el catedrático interpretado por Tristán Ulloa, la prudencia y la razón dentro del grupo. “Se maneja bien en ámbitos más tecnológicos o científicos, pero en lo humano es torpe”, cuenta Ulloa: “Eso produce comedia”. Begoña Vargas y Julio Peña Fernández, en la piel de la enérgica Cameron y Roi, el pupilo de Berlín, cierran el sexteto agenciándose la mayoría de escenas de acción. 

“No había hecho este tipo de secuencias y ahora me doy cuenta de todo el tiempo que lleva, de la cantidad de gente que hay involucrada”, afirma Peña Fernández de la experiencia, que Vargas califica como divertida pero dura: “Son esos días que llegas a casa reventada, pero también son los días que mejor duermes”.

Todos ellos recorrerán las catacumbas de París para dar el golpe a la casa de subastas. Sin embargo, dos viejas conocidas entre los fans no piensan ponérselo fácil. Alicia Sierra (Najwa Nimri) y Raquel Murillo (Itziar Ituño), mucho más unidas y cómplices que en La casa de papel, se alían para dar caza a los protagonistas. 

¿Por qué regresan ellas en lugar de otro personaje de La casa más vinculado a Berlín, como el Profesor o Palermo (Rodrigo de la Serna)? Pina y Martínez Lobato buscaban un momento de complicidad con el espectador de la ficción previa, pero sin forjar grandes lazos. “No queríamos generar muchas vinculaciones con la etapa anterior”, cuenta Álex: “Ellas eran un buen guiño que no nos generaba muchas servidumbres narrativas respecto a La casa”.

Canciones de amor a ti

Fotograma de 'Berlín'
Fotograma de 'Berlín'
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Aunque Berlín trate de alejarse en contenido y forma del fenómeno al que sirve como spin-off, hay elementos que no pueden faltar dentro de este universo ladronesco, como una banda sonora entonada por su elenco. Al fin y al cabo, Pina y Martínez Lobato aseguran que conciben la música como una herramienta narrativa más en todas sus series. 

A Pedro Alonso ya le tocó deleitarnos con Ti amo en la cuarta temporada de La casa y, en Berlín, vuelve a subirse al escenario, micro en mano, para cantar Felicità acompañado esta vez por Tristán Ulloa. “Felicità estuvo muy pronto en el guion”, recuerda Pina sobre un tema que se desmarca de la insurgente Bella Ciao.

“Generalmente, ponemos en guion casi todas las canciones porque, con ellas, buscamos sensaciones, emociones", afirma: "De hecho, en Berlín hemos incluido muchos covers. Felicità es el ADN de lo que queremos contar”. Para Martínez Lobato, conecta con “el confort, la belleza y el romanticismo” de la nueva ficción.

Dos años después del final de La casa de papel, tenemos otro plan de atraco sin fisuras y un nuevo himno en italiano. También tenemos un desvío hacia la comedia romántica y el hurto de guante blanco. Tenemos una pandilla de incomprendidos con los corazones abiertos y a un Berlín extasiado, mitad líder desquiciado, mitad amante enajenado. 

Esta canción suena diferente, desprovista de estribillos en pro de la resistencia y llamamientos al matriarcado, pero, hasta con deje afrancesado, promete jarana.

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