La saga de terror gore más excesiva convirtió su cuarta entrega en una serie de culto y salió ganando

Sam Raimi y Bruce Campbell regresaron al universo de 'Posesión infernal' con un serial de TV.
Fotograma de 'Ash vs Evil Dead'
Fotograma de 'Ash vs Evil Dead'
Cinemanía
Fotograma de 'Ash vs Evil Dead'

De entre todas las producciones de terror de serie B surgidas durante los años 80, la trilogía Posesión infernal (Evil Dead en el original), compuesta por Posesión infernal, Terroríficamente muertos y El ejército de las tinieblas, quizá sea la que mejor haya soportado el paso del tiempo.

Su creador, Sam Raimi, dirigió las tres entregas de la saga (al contrario que franquicias como Pesadilla en Elm Street, Hellraiser o Halloween) y las dotó de una fusión única de gore extremo y comedia, entre el slapstick y los Looney Tunes. De una película a otra, la trilogía fue mutando, evolucionando e incluso reinterpretándose.

Pero, con el paso de las décadas y con Raimi aupado a las grandes ligas de Hollywood gracias al éxito de la trilogía de Spider-Man estrenada entre 2002 y 2007, la esperanza de que regresara al universo y al género que le abriera el camino para su carrera en Hollywood cada vez parecía más lejana. 

El batacazo crítico (que no comercial) de Spider-Man 3 hizo que el director se replanteara su carrera y se refugiara en una suerte de back to the basics como fue Arrástrame al infierno, una pequeña película de terror estrenada en 2009 con las mismas constantes tonales y de estilo que su trilogía infernal.

En paralelo, el auge del horror de principios del siglo XXI, más la influencia de la French New Wave Extremity y el relativo éxito de reinterpretaciones de títulos fundacionales de los 80 como La matanza de Texas (2003), Viernes 13 (2009) o Pesadilla en Elm Street (2010), hizo que Universal decidiera rehacer en 2013 la Posesión infernal original, pero desde una perspectiva más seria y menos carnavalesca, potenciando el horror y aplacando su componente humorístico. 

El encargado de ello fue el cineasta español Fede Álvarez y, aunque el experimento funcionó correctamente -ya que como filme de horror jumpscare era muy efectivo, honrando y distanciándose a partes iguales de la modesta película original de Raimi- los aficionados de la inimitable saga original echábamos de menos, no solo esa perfecta hibridación entre comedia y horror made in Raimi, sino también a su protagonista Ash Williams, interpretado por Bruce Campbell.

De 'Evil Dead 4' a 'Ash vs Evil Dead'

La realidad es que el director y su hermano, Ivan Raimi, estaban preparando algo en paralelo a dicho remake. En un principio, la idea, que fue anunciada de manera sutil por el propio Raimi durante la promoción de uno de sus trabajos menos celebrados, Oz un mundo de fantasía (2013), era crear un libreto que se convertiría en Posesión infernal 4.

Pero los costes de producción de esta cuarta película, las posibilidades en la taquilla de la nueva entrega (en relación a lo elevado de su presupuesto previsto) y la posible falta de libertad de ofrecer un Evil Dead a la antigua usanza hizo que decidieran no seguir desarrollándola para la gran pantalla.

Fotograma de 'Ash vs Evil Dead'
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Los hermanos Raimi no habían pensado en la televisión y tuvo que llegar el productor Robert Tapert (colaborador de Raimi desde sus inicios junto a Campbell) para proponerles reconvertir las ideas que tenían para esa cuarta entrega en un serial televisivo filmado en Nueva Zelanda y producido por el canal de cable Starz.

Y así, en el año 2014, Raimi anunciaría en la Comic Con de San Diego el estreno, a finales de 2015, de la primera temporada de Ash vs Evil Dead. La noticia fue recibida con alborozo por los fans de la saga, algo que Raimi recalcará en cada una de las entrevistas realizadas por aquella época, explicando que, en toda su carrera, la única petición que había recibido de manera insistente por parte de sus seguidores había sido que regresara al universo de Posesión infernal.

El pasado de Ash Williams

El anuncio de la nueva serie del universo de Evil Dead no venía solo. La otra gran sorpresa de esta continuación televisiva de la saga era la vuelta por todo lo alto de Bruce Campbell, quien se había convertido, gracias a su interpretación de Ash, en icono cultural del fandom del género de terror. 

Su personaje había tenido una vida fuera del medio cinematográfico, sobre todo en el mundo del cómic: en expansiones de la propia trilogía en editoriales como Dynamite ComicsDark Horse Comics (de la mano del guionista Mark Verheiden y el dibujante John Bolton), en crossovers con otros personajes del cómic americano como Marvel Zombies, Vampirella Danger Girl, y en otras franquicias del terror de los años 80 en su versión en cuatricromía como Reanimator, Freddy Krueger o Jason Voorhees.

Fotograma de 'Posesión infernal'
Fotograma de 'Posesión infernal'
Cinemanía

Además, a lo largo de la saga de películas, ya habíamos visto a Ash Williams evolucionar y pasar de ser una presencia unidimensional y utilitaria a ser un avatar en carne y hueso de un prototípico cartoon salido de la imaginación de un Tex Avery bajo la influencia de un mal viaje de psicotrópicos. Para cuando llegó el tercer filme, el personaje de Campbell era un antihéroe white trash tan épico como patético.

Sin embargo, por conflictos empresariales y de derechos con Laurentiis Entertainment Group y Universal Pictures, la tercera entrega tuvo que ser obviada en la primera temporada de la serie y mencionada tangencialmente en las otras dos.

Humanizando al protagonista

Esa evolución y humanización progresiva de Ash Williams acabaría desembocando en lo que nos encontramos en Ash vs. Evil Dead, un serial de tres temporadas de duración, cada una compuesta por 10 episodios, que continúa, desarrolla y profundiza en los elementos de la saga creada por Sam Raimi, productor ejecutivo junto a Robert Tapert, Bruce Campbell y su hermano Ivan Raimi, y encargado de la dirección y el guion del episodio piloto.

Dicho capítulo se presentó como un festival de 45 minutos de duración de sangre, humor, vísceras y terror que serviría de demostración, no solo de que la saga no había perdido ni un ápice de sus excesos y particularidades en su traslado al medio televisivo, sino de que el formato televisivo incluso mejoraría las ya de por si excelsas virtudes de la trilogía cinematográfica original.

Fotograma de 'El ejército de las tinieblas'
Fotograma de 'El ejército de las tinieblas'
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Aunque la presencia directorial de Raimi desaparece tras ese primer episodio, su espíritu se siente a lo largo de las tres temporadas gracias al showrunner Craig diGregorio quien, inspirándose en Buffy, cazavampiros de Joss Whedon (un serial que ya de por sí bebía en algunos aspectos de las películas dirigidas por Raimi), no solo recupera y reinventa la saga original, sino que introduce nuevos tonos y elementos, mejorando si cabe esa particular mezcla entre horror y humor. 

Así, en primer lugar, la nueva producción presenta a un Ash crepuscular interpretado por un Campbell pletórico que recoge y potencia las características de su personaje y que, treinta años después, vuelve al universo de la saga con Williams situado casi en la misma posición donde le encontrábamos en el epílogo de El ejército de las tinieblas.

En segundo lugar, el serial introduce dos nuevos personajes que reinterpretan a Xander y a Willow, los sidekicks que acompañaban a Buffy a lo largo de sus siete temporadas. La aparición de Pablo y Kelly (Ray Santiago y Dan DeLorenzo) contrasta con el componente solitario de Ash en las entregas previas y sirve para introducir un elemento de cotidianeidad emocional de la que carecía la versión cinematográfica (y que, en su momento, tampoco necesitaba).

Expandiendo y homenajeando el universo 'Evil Dead'

Nuevos personajes que comparten espacio con la estrella de la función, pero que en ningún momento reducen su presencia y su importancia. Tanto es así que, gracias al formato televisivo, los seguidores de la saga son testigos de la reconstrucción y el desarrollo de un arquetipo como era Ash Williams.

Durante las tres temporadas, la serie rinde homenaje a las tres entregas previas, tanto argumental como formal y estéticamente. Las season finale de su primera y segunda temporada son, consecutivamente y de una manera harto inteligente, una reinvención y expansión, con un pie en el pasado y otro en el futuro, de Posesión infernal y Terroríficamente muertos, con su correspondiente evolución del personaje de Campbell.

Fotograma de 'Ash vs Evil Dead'
Fotograma de 'Ash vs Evil Dead'
Cinemanía

A lo largo de sus 30 episodios, además de expandir y enriquecer los mitos del Necromicón, se nutre del pasado desconocido de un Ash Williams que, gracias al descubrimiento de sus orígenes familiares, acaba transformándose en un antihéroe crepuscular, tan sensible como falible, sin perder (y esto es gracias al buen hacer de Campbell) la esencia chulesco-patética que lo elevaría a estrella de la pop culture.

Un triunfo artístico que lamentablemente no fue suficiente para renovar por una cuarta temporada que habría colocado a Ash en un futuro entre lo lovecraftiano y lo post-apocalíptico. Una renovación que, en los últimos meses, ha cobrado fuerza, pero cambiando la imagen real por la imagen animada, tal y como ha anunciado el propio Campbell. Un nuevo medio a conquistar para una de las sagas más honestas, relevantes e influyentes del cine de terror.

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