'Barbie' demuestra por qué Ryan Gosling debería hacer más comedias

Recopilamos unas cuantas escenas que demuestran que Ryan Gosling lleva la comedia en la sangre y Hollywood lo está desaprovechando. 
Ryan Gosling es Ken en Barbie.
Ryan Gosling es Ken en Barbie.
Cinemanía
Ryan Gosling es Ken en Barbie.

Todos tenemos un Ryan Gosling favorito. Hay muchos… Está el actor que fue capaz de interpretar a un judio neonazi en The Believer, un buen dramón para comenzar su carrera. También está el que protagonizó el romance que marcó a varias generaciones, El diario de Noa con ese beso increíble bajo la lluvia que luego repitieron él y Rachel McAdams, cuando ya no se odiaban, en la gala de los MTV.

Tenemos al protagonista de películas independientes que empieza a despuntar como uno de los mejores actores de su generación, el Ryan Gosling de Lars y una chica de verdad o Half Nelson. El actor que se codea con los mejores en thrillers como Fracture o Los Idus de marzo, robando escenas a Anthony Hopkins o George Clooney.

También está la versión contemporánea del samurai de Alain Delon en Drive. Al elegante y graciosísimo galán de Crazy Stupid Love, un poquito Cary Grant, un poquito Gary Cooper. Y al macarra impresionante de Cruce de caminos porque Ryan Gosling también puede ser Marlon Brando.

Ha sido un gangster, un joven banquero, y el músico de jazz que baila y que canta y que se enamora en La La Land. Un detective en los 70, un Blade Runner a la altura de Harrison Ford, que no es poco. Ha probado con el biopic convirtiéndose en el primer astronauta en pisar la Luna. Y después de ser agente de la CIA ha vuelto a tocar techo con Ken.

Esperad… Y el joven Hércules.

¿Con cuál te quedas? Difícil elección. Pero te aseguramos que la comedia es lo que mejor le queda. Aquí os dejamos con las algunas escenas cómicas de este tipo que es, sencilla y llanamente, el mejor.

Empecemos por el principio:

'Lars y una chica de verdad'

Aquí, ya no solo en esta escena sino en la película entera, Ryan Gosling hace algo increíble con su manera de moverse, su mirada o sus silencios… Su talento es dejar la atmósfera perfecta para que el resto de secundarios se luzcan con su vis cómica.

El mérito parece de ellos, pero en realidad es de él.

Esta película que no es una comedia desternillante, sí que es el tipo de comedia con la que te pasas su duración entera sonriendo como un idiota. Y sigue siendo así años después. Gran parte del mérito es, por supuesto, del bigote.  

'Crazy Stupid Love'

La escena entera en el centro comercial es divertidísima, pero solo los 13 segundos del gag de la cartera con velcro ya merecen la pena y son más que suficientes para demostrar que Ryan Gosling es un cómico increíble.

La manera de colocar la mano, de mover el cuerpo hacia atrás y mirar la cartera de Steve Carrell hacen que esta escena justifique un Oscar, si es que alguna vez les diera por premiar a los cómicos. 

'La La Land'

La química se tiene o no se tiene. Y Emma Stone y Ryan Gosling la tienen bastante fuertecita, además. Lo han demostrado tres veces, ojalá que lo podamos ver en otras tantas más.

En esta escena los dos están absolutamente graciosos y encantadores. Ambos, Mia y Sebastian, se encuentran después de meses, cuando tuvieron un momento un poco desagradable por culpa de él, así que ella decide vengarse y le humilla delante de un público que en realidad está a otra cosa. Pero él tiene su ego, claro, y le fastidia y se cabrea y de paso, empieza a colarse por ella, también.

Interpretar todo eso con gracia no es fácil excepto para él: Cuando golpea el teclado con desgana, cuando se muerde el labio, cuando se pone las gafas de sol… Todo funciona. 

'Dos buenos tipos'

Por qué Shane Black no dirige más películas es un misterio.

En esta especie de revisión de su primera película Kiss Kiss Bang Bang, Black pone a Russell Crowe y a Ryan Gosling en mitad de un argumento rocambolesco y ambos se lucen con unos diálogos buenísimos y un estado de forma excepcional que les permite parodiar un género cinematográfico y de paso también un poco a ellos mismos. .

Podríamos haber elegido cualquier escena de esta película porque Ryan Gosling está bien todo el tiempo. Escayolado durante la mayor parte del metraje en un maravilloso detalle que, obviamente, nos lleva al Jack Nicholson de Chinatown

¿No os da un ataque de risa cuando se le empieza a cerrar el ojo al bajar del ascensor? Resulta que Gosling hace comedia con todo el cuerpo. 

'Papyrus'

Este sketch de Saturday Night Live está bastante cerca de ser el mejor trabajo que ha hecho Ryan Gosling en el género de la comedia.

Ya no solo es que el argumento del tipo obsesionado con que el logo de una de las películas más taquilleras de todos los tiempos esté hecho con una palabra y una tipografía de Office sea brillante. Sino que Ryan Gosling ofreciendo su cuerpo y su alma a este personaje en los tres minutos de duración es algo digno de escuela de interpretación. Cómo mezcla la obsesión, la desesperación, casi el brote psiquiátrico con la cosa más absurda… Y ese clímax en la escena con la lluvia ya es demoledor.

Podría ser un fijo de SNL. 

'Just Ken'

No hay demasiado que aportar a lo que probablemente se convierta en el mejor fragmento audiovisual del año.

Greta Gerwig no solo ha sabido ver el potencial cómico de Ryan Gosling, además lo ha explotado a un nivel superior al resto de directores con esta película, que si no se convierte en la película de 2023, poco le va a faltar…. Nah, Barbie ya es la película más importante de 2023.

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