¿Quién es el general negro que aparece en 'Napoleón', y por qué pasó su hijo a la historia?

La película de Ridley Scott le ha hecho un hueco a Thomas-Alexandre Dumas, el hijo de una esclava que se ganó el apodo de 'Diablo Negro' a las órdenes de Bonaparte
Thomas-Alexandre Dumas (izq.) y Joaquin Phoenix en 'Napoleón'
Thomas-Alexandre Dumas (a la izq.) y Joaquin Phoenix en 'Napoleón'
Cinemanía
Thomas-Alexandre Dumas (izq.) y Joaquin Phoenix en 'Napoleón'

A este paso, al Napoleón de Ridley Scott le están cayendo las invectivas de los historiadores a un ritmo que ni las balas de cañón sobre los austríacos en Wagram. Desde el respeto del guion de David Scarpa a los hechos históricos a la edad de Joaquin Phoenix, pasando por el estilo de los uniformes, ningún aspecto del filme se libra del escrutinio... y de esos reproches a los que el director contesta con su estilo inimitable. 

Seguro que, entre esos pinchazos, más de un espectador ha señalado la presencia de un general negro (interpretado por Abubakar Salim) entre las tropas del Emperador. Sin embargo, sentimos decepcionar a aquellos en perpetua búsqueda de señales de wokismo e inclusividad forzada, porque dicho personaje es rigurosamente histórico. 

Thomas-Alexandre Dumas, que así se llamaba el general, tuvo una vida apasionante que hubiese merecido su propia película. Y no solo eso, porque su hijo llegó a ser mucho más famoso que él mismo, ayudando a conservar su memoria. Si quieres saber a qué nos referimos, sigue leyendo. 

Del Caribe a los Alpes, sable en mano

Thomas-Alexandre Dumas nació en 1762 en la colonia francesa de Santo Domingo, actual Haití, hijo del marqués Alexandre Antoine Davy de la Pailleterie y de una esclava negra llamada Marie-Cessette Dumas. Pese a este origen aristocrático, el futuro general solo se libró de una vida de servidumbre gracias a que su padre le hizo viajar a Francia cuando tenía catorce años, mediante la argucia de venderle como esclavo a un amigo y darle la libertad en cuanto pisó el suelo de la metrópoli. 

Así, el joven Dumas pudo beneficiarse del estatus de su familia en la época prerrevolucionaria. Una generosa asignación le permitió vivir a todo lujo y recibir una educación exquisita que incluyó lecciones de esgrima a cargo del Chevalier de Saint-Georges, otro personaje ilustre de ascendencia africana. Su destreza en esta disciplina llegó a tal extremo que, según las crónicas, "cada movimiento de su espada hacía caer a un hombre". 

Célebre ya por su atractivo, su enorme fuerza física y un temperamento de gatillo fácil, Thomas-Alexandre Dumas ingresó en el ejército francés en 1786. Algo que no estuvo exento de complicaciones: aunque los hijos de la nobleza podían incorporarse a filas con el rango de oficial, su nacimiento ilegítimo y su "piel de ébano" le impedían gozar de este privilegio, obligándole a alistarse como soldado raso.

A instancias de su padre, que quería evitar una deshonra para la familia, el recluta se incorporó al regimiento de Dragones de la Reina con el nombre de "Alexandre Dumas". Decisión que, como veremos, traería cola en el futuro, pero que (de 1789 en adelante) tuvo el bienvenido efecto de evitarle disgustos por llevar un apellido aristo. 

Llegada la Revolución, el ascenso de Dumas fue meteórico: sirviendo a las órdenes del marqués de Lafayette, destacó tanto por su coraje en el campo de batalla como por su prudencia y buen trato a la población civil. En 1792, asumió el rango de teniente coronel en la Legión Negra, un cuerpo formado en su mayor parte por esclavos manumitidos donde coincidió con su antiguo maestro Saint-Georges.  

La hoja de servicios de Dumas al frente de la Legión Negra fue tan brillante como de costumbre, facilitando en 1793 un nuevo ascenso que le convirtió en el primer general negro de un ejército europeo. Sin embargo, su poco amor por las ejecuciones en masa, que le había granjeado el mote de 'señor Humanidad' por parte de los revolucionarios más radicales, le hizo figurar como candidato a una cita con la guillotina. 

Por suerte para Dumas, la caída de Robespierre y el fin del Terror le evitaron un adiós prematuro a su cabeza, permitiéndole sumar nuevas hazañas a su hoja de servicios. En 1796, descontento con su posición de segundo al mando en el Ejército de los Alpes, el general pidió un traslado... y acabó sirviendo en Italia a las órdenes de cierto general corso que ya por entonces daba mucho que hablar. 

El 'Diablo Negro' que se enemistó con Napoleón

Dumas y Napoleón nunca se llevaron bien. Aunque respetaba ese valor debido al cual sus enemigos austríacos le habían apodado 'el Diablo Negro', el Gran Corso nunca dudó en hacer de menos los méritos de su general o en dejarle tirado y sin refuerzos cuando la ocasión lo requería. 

Pese a las tiranteces, no obstante, Bonaparte incluyó a Thomas-Alexandre Dumas en la expedición a Egipto de 1798 como comandante en jefe de su caballería. Allí, el general alternó con nombres que ascenderían a lo más alto durante los años posteriores (Des Aix y Murat, entre ellos), participó en la batalla de las Pirámides y encabezó una memorable carga de caballería contra la Gran Mezquita de El Cairo.

Por muchos que fueran sus méritos, sin embargo, Dumas siguió teniendo graves desencuentros con su jefe, algo en lo que probablemente influía el hecho de que su carismática presencia amenazase más de una vez con hacerle sombra a este último. Sus choques de egos llegaron a tal extremo que Napoleón amenazó con fusilarle por rebelión. 

Tras la batalla del Nilo, con la flota francesa hecha picadillo por Horatio Nelson en Abukir, un Dumas enfermo, rodeado de tropas extenuadas y hasta las narices de la megalomanía napoleónica abandonó Egipto llevándose consigo un buen surtido de caballos árabes (con los que esperaba establecerse como criador en Francia) y casi dos toneladas de café moka. 

Por desgracia, el 'Diablo Negro' no tuvo ocasión de disfrutar en paz de ese café, porque el navío en el que viajaba fue capturado y él pasó dos años prisionero en el Reino de Nápoles, bajo unas condiciones penosas que minaron para siempre su salud. Liberado en 1801 por su antiguo compañero Murat, Dumas volvió a Francia para descubrir que Napoleón seguía teniéndole inquina: el entonces Primer Cónsul le negó incluso la pensión que le correspondía como general retirado. 

En 1806, dos años después de la coronación de Napoleón como emperador, Thomas-Alexandre Dumas murió víctima de un cáncer de estómago. Su esposa Marie-Louise (la hija de un posadero, con la que se había casado durante su período en la Legión Negra) y sus tres hijos no recibieron ninguna ayuda del gobierno, lo cual les sumió en la pobreza. 

Reivindicado por la historia

Hasta aquí, la vida del general Dumas ya resulta memorable: en ella hallamos un ejemplo de cómo la suerte y el carácter podían vencer incluso a las desigualdades del Antiguo Régimen, de cómo el ejército francés se benefició del paso a la meritocracia por encima de los privilegios de sangre, y también de cómo el ego de Napoleón le llevaba a prescindir de sus hombres más válidos por cuestiones de orgullo. 

Asimismo, lamentamos decir que la historia no ha reconocido a este hombre extraordinario como debería. El único monumento a su figura, erigido en 1912, fue destruido por los nazis treinta años más tarde. Y, de momento, las peticiones para que se le conceda la Legión de Honor a título póstumo no han tenido éxito. 

Pero aún queda un epílogo gracias al cual el 'Diablo Negro' se marcó su victoria final, y que lleva el nombre de su hijo Alejandro Dumas. Es decir, uno de los escritores más exitosos y queridos de la historia de Francia, autor de Los tres mosqueteros, El conde de Montecristo y muchos otros clásicos del folletín de aventuras.

Aunque apenas llegó a conocer a su padre, el escritor siempre le admiró profundamente y supo capear con elegancia los insultos que le cayeron por su condición mestiza. Sin ir más lejos, cuando un impertinente le soltó "Señor Dumas, si su padre era mulato y su abuelo era negro, ¿qué era su bisabuelo?", el padre de D'Artagnan respondió: "Un mono, señor: mi árbol genealógico empieza allí donde termina el suyo". Lo cual, a su manera, también es una muestra de fina estrategia.

¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento